Qué mejor situación que una tarde lluviosa y otoñal para disfrutar de la descarga de los siempre melancólicos, cálidos y oscuros Katatonia, una banda que me encanta y que, por algun motivo u otro, nunca había tenido la oportunidad de ver en directo. Si dejamos de lado su presencia en el Be Prog! My Friend de 2015, hacía ya siete años que no podíamos disfrutar de los de Jonas Renkse y Anders Nyström en las salas barcelonesas, y se podía palpar en el ambiente las muchas ganas que había de verlos. En esta ocasión, los suecos vinieron acompañados de dos grupos vagamente similares musicalmente pero diametralmente opuestos a ellos en cuanto a espíritu. Los daneses VOLA y los islandeses Agent Fresco se encargaron de aportar luz, positivismo y esperanza a una velada magnífica, en la que las tres bandas rayaron a un nivel altísimo y nos pusieron las emociones a flor de piel.
VOLA
Los daneses VOLA supusieron una pequeña sensación en el underground progresivo a raíz de la publicación de su disco de début Inmazes a principios de 2015. Reeditado hace pocas semanas, se trata de una original fusión de djent, pop ochentero y rock progresivo sazonado con moderadas dosis de electrónica que les ha puesto en el radar de los fans del estilo y de la experimentación en general. Aunque la sala presentaba un aspecto bastante decente durante la descarga del cuarteto de Copenhage, no tuve la sensación que fueran demasiado conocidos entre el público, pero en todo caso me parece que convencieron (sin estridencias, eso sí) a la mayoría. En directo los múltiples matices que podemos apreciar en el álbum son menos evidentes y en general suenan más potentes y monolíticos, pero su concierto fué correctísimo, con una ejecución limpia y precisa y un sonido nítido y poderoso. Sobre el escenario, no se trata de una banda demasiado activa ni parlanchina, pero supieron transmitir lo que pretendían puramente a través de la música.
El concierto empezó, al igual que lo hace el disco, con «The Same War», y uno tras otro fueron desgranando temas de Inmazes, que copó totalmente el repertorio. A destacar una «Starburn» potentísima, o la excelente y dinámica «Your Mind is a Helpless Dreamer», mi favorita, que hizo mover el culo de los muchos asistentes que se los miraban con interés impasible. Cuando parecía que iba a empezar el bailoteo, cortaron un poco el rollo con el acústico y sensible interludio «Emily», que puso a prueba los niveles de educación del público (con un resultado digamos que irregular) y dió finalmente paso a una emocionante «Gutter Moon», luminosa y llena de fuerza, que supuso uno de los mejores momentos del concierto, si no el mejor. Para acabar, su último single, «Stray the Skies», con un estribillo muy pegadizo, puso el broche de oro a una sólida descarga que quizás no me voló la cabeza pero se ganó la sincera y merecida ovación de todo el público.
Setlist VOLA:
The Same War
Starburn
Owls
Your Mind is a Helpless Dreamer
Emily
Gutter Moon
Stray the Skies
Agent Fresco
Los que tuvimos la suerte de ver a Agent Fresco en el Be Prog! My Friend de este verano ya sabíamos de lo que son capaces estos islandeses sobre el escenario. Son activos, sensibles, dulces y simpáticos, y te demuestran en todo momento, de forma totalmente creíble, que se sienten afortunados y agradecidos de poder estar cumpliendo el sueño de pasear sus canciones por el mundo. Y lo hacen con tal naturalidad que es imposible no empatizar con su energía positiva. Su música, en marcado contraste con lo que nos iba a venir encima con Katatonia en unos minutos, es esperanzadora y luminosa, y con solo dos discos en el mercado, Agent Fresco se han convertido ya en toda una realidad. Si su presencia en el festival del Poble Espanyol supuso una sorprendente y apabullante victoria que será recordada durante bastante tiempo, el concierto que dieron aquí no se va a quedar atrás en absoluto, confirmando que Barcelona adora a esta banda y reafirmándoles como un grupo al que seguir, con un horizonte que va mucho más allá del metal.
Los islandeses subieron al escenario bajo las notas de un delicado piano y los repiques de baquetas que nos introducen a «Anemoi», una canción sensible y melódica con la voz del magnético Arnór Dan Arnarson como gran protagonista, enlazada como siempre con la breve y gritona «He Is Listening», en la que Arnór se desgañita y Vignir (me perdonaréis que no ponga los kilométricos apellidos enteros) deja el piano que había estado tocando dulcemente hasta ahora para agarrar la guitarra y ponerse a destriparla con fiereza. En solo dos canciones tenemos la sintésis de lo que podemos esperar de este grupo: en un segundo vamos de la dulzura a la agresividad y viceversa, siempre manteniendo el nivel de emotividad y sentimiento en cotas muy elevadas.
Si los dos temas iniciales pertenecían a su disco de début A Long Time Listening (2010), a partir de ahora toca dar un repaso exhaustivo a su último y celebrado trabajo, un Destrier (2015) donde han desarrollado ya perfectamente su mezcla de rock alternativo y progresivo, math y art rock (nótese que hay bien poco metal aquí). «Howls» tiene un rollo un poco Biffy Clyro (una influencia clara), mientras que «Pyre» y «Wait for Me» son bastante más poperas. «See Hell» es una de mis favoritas de la banda, muy potente, con un riff rompecuellos inicial y un estribillo pegadizo y emocionante, pero es en «Angst» donde dejan ir toda la agresividad que tienen dentro. Corta, caótica, con un inicio progresivo lleno de falsetes y un final trallero repleto de berridos. Tanto en los temas más ligeros como en los más pesados, la banda suena magnífica, compacta y alegre, y su nivel de actividad en el escenario muta tan rápido como la música, siendo sensibles y emotivos cuando toca y sacudiéndose espasmódicamente y sudando la gota gorda en las partes más cañeras.
«Dark Water» fué probablemente el tema más celebrado por el público y uno de los puntos álgidos del concierto. La verdad es que es un temazo y sonó espectacular, con una base instrumental aparentemente caótica y una melodía vocal preciosa que te abraza y no te suelta mientras te lleva en volandas por las diferentes y múltiples mini atmósferas por las que transcurre. Nos acercamos a la parte final con «Eyes of a Cloud Catcher», con ese icónico y coreado «We are, we are, all here by your side», dedicada al fallecido padre de Arnór, que aprovechó para agradecer brevemente al público la posibilidad de ayudarles a vivir sus sueños, en un bonito y emocionante discurso que hace que te alegres enormemente de su incipiente éxito. El final de esta canción, a capella, sería una manera perfecta y emocionante de terminar su actuación, y la verdad es que, cuando arrancan con el siguiente tema, tiendes a pensar, «y por qué no han acabado con ésta?». Las dudas se disipan rápidamente a mitad de «The Autumn Red», un tema muy progresivo con una outro absolutamente apoteósica, repetitiva e hipnótica, uno de esos finales que recuerda al gran final de finales, como es el «Deliverance» de Opeth, y que supone una manera perfecta de terminar con lo que fué un bolazo sin paliativos.
Setlist Agent Fresco:
Anemoi
He is Listening
Howls
Pyre
Wait for me
See Hell
Angst
Dark Water
Eyes of a Cloud Catcher
The Autumn Red
Katatonia
Después del subidón y las sonrisas llegó la hora de que los grandes protagonistas de la jornada nos aplastaran pesadamente contra el suelo con su música grave, seria y melancólica. Katatonia arrastran la fama de no ser una banda del todo capaz de recrear sus excelentes canciones en directo, tanto musicalmente como por culpa de una cierta frialdad sobre el escenario. Por suerte, estos temores no tuvieron justificación hoy: si bien es cierto que se mantuvieron entre las sombras y su interacción con la gente fué más bien limitada, gozaron de un sonido magnífico, escogieron un repertorio que me encantó y, básicamente, dieron un concierto impresionante que convenció a los tres cuartos largos de aforo que se reunió para verlos en la Razzmatazz 2. Como curiosidad técnica, tocaron sin amplificadores: los instrumentos van enchufados directamente a las pedaleras y a la mesa y la mezcla final llega a los auriculares de cada uno de los miembros, de manera que los monitores no estan conectados y, presumiblemente, lo único que se oye desde el escenario es la batería. Esto hace que sonorizar el concierto sea bastante más sencillo, ya que no hace falta pelearse con el sonido que proviene de detrás de los músicos, que puede generar cierto ruido cuando se mezcla con lo que escupen los altavoces. No sé si será por eso, pero la banda sonó particularmente bien, poderosa, nítida, compacta y mucho más dura de lo que lo hace habitualmente en disco.
Mientras la preciosa, cálida y carismática voz de Jonas Renkse, que también llevaba una generosa pedalera, sonó clara, definida y cariñosa, la persona se mantuvo como siempre fría, estática y encorvada, escondiéndose en todo momento entre las sombras y cubriéndose la totalidad de su cara con el pelo. El resto de la banda se movió algo más, ni que fuera para sacudir sus melenas rubias rítmicamente, pero no hay duda que no se trata del grupo más entretenido visualmente, y priorizan generar una atmosfera misteriosa y melancólica a dar demasiado protagonismo escénico a ninguno de sus miembros. Para ello se ayudan también en una iluminación tirando a minimalista, dejando el escenario prácticamente a oscuras en muchos momentos y únicamente dejando entrever las figuras de los músicos entre los tenues focos. Si bien creo que ambientalmente fué todo un éxito, y por supuesto esto es lo más importante, para los fotógrafos es una situación totalmente infernal, teniendo que batallar entre las sombras tal y como se puede apreciar en las fotos que acompañan esta crónica.
Katatonia es un grupo que me encanta. Con el tiempo han logrado dominar perfectamente un estilo absolutamente personal y al margen de cualquier tendencia, deleitándonos por el camino con una colección de temazos para parar un carro. El quinteto sueco viene presentando en esta gira su último disco, publicado a principios de verano. The Fall of Hearts contiene todas las características que nos encantan de la banda sueca, incorporado a la vez una mayor cantidad de elementos puramente progresivos. Cuando en su momento escuché este disco en profundidad me gustó bastante, pero no logró emocionarme del todo. Ya vaticiné entonces la posibilidad de que, a la que recuperara este álbum después de un tiempo de descanso, fuera capaz de ver la maravilla que no supe ver entonces. Y así ha sido: muchos temas me suenan a clásicos instantáneos para añadir a su larga lista. Esta noche cayeron hasta cuatro de estas canciones, concentradas sobretodo en la primera mitad del concierto. La preciosa y atmosférica «Last Song Before the Fade», con unos teclados pregrabados que me dieron cierta rabia (ya podrían llevar un teclista!), fué la escogida para empezar, y también sonaron en estos primeros compases «Serein», directa, pegadiza y más típica de la banda, y la progresiva «Serac», que tiene un cierto rollo a Opeth y que probablemente fué el tema más largo que tocaron durante la velada. Todas ellas recibieron una respuesta entusiasta del público pero, como no podía ser de otra manera, fueron clásicos como la espectacular «Deliberation», uno de mis temas favoritos de los suecos, la potente «Dead Letters», que sonó muy cañera, o «Day and Then the Shade» los que pusieron las emociones de la gente a flor de piel en este primer tercio de concierto.
Llegados a este punto decidieron hacer una pequeña incursión en su material más antiguo (antiguo sin contar la época doom / gutural, claro, que de esos dos primeros discos no tocan nada desde hace ya tiempo). La inevitable «Teargas», uno de sus grandes himnos, no acabó de sonar del todo bien, muy comprimida y difusa y con un estribillo algo extraño. Es un tema muy celebrado entre el público, pero he de confesar que a mí nunca me ha gustado demasiado, como tampoco la inesperada «Saw You Drown», procedente de su disco Discouraged Ones (1998), un tema muy cercano al rock gótico / alternativo procedente de la época en la que empezaban a experimentar con el sonido tan personal que les iba a acompañar durante estas últimas décadas. Otra cosa muy distinta son los dos temas que escogieron de Viva Emptiness (2003), para mí el primer gran disco incontestable de la banda (sí, perdón, yo soy de los que les gusta más lo que han hecho en estos últimos diez años que lo anterior). Tanto «Criminals» como, sobretodo, «Evidence», sonaron maravillosas y pusieron a todo el mundo a corear sus pegadizos estribillos. Inmediatamente llegó uno de los momentos álgidos de la noche, ya que «Soil’s Song» sonó como un auténtico cañón, poderosa, energética e irresistible. Ante tal subidón de adrenalina, la bonita y atmosférica «Old Heart Falls» se encargó de compensar y descomprimir, con unas luces magníficas y una ejecución llena de sentimiento.
Entramos de lleno en la recta final del concierto de la mano de un «For My Demons» muy bien recibido y que, aunque sonara algo rara al principio, se recuperó sin problemas para acabar poniendo la sala patas arriba con su pegadizo estribillo. The Great Cold Distance (2006) es, fácilmente, mi disco favorito de Katatonia, así que me alegró que decidieran incluir muchos de sus temazos en el repertorio de esta noche. «Leaders» es uno de ellos, y aunque su icónica guitarra reverberada sonó algo discordante y descuadrada, toda la sala disfrutó del tema como si no hubiera mañana. Lo mismo pasó con la preciosa «In the White», que llevaba enganchada en mi cabeza toda la semana y que, con su melodía misteriosa y obsesiva, me atrapó hipnóticamente. Para acabar el set principal, escogieron un «Forsaker» lleno de contrastes que sonó de nuevo fabuloso y con la que la banda se despidió momentáneamente durante unos minnutos.
El bis empezó de forma un poco brusca con uno de sus temas más conocidos, un «My Twin» que no sonó demasiado bien y que, a pesar de ser una canción que me encanta, me dejó más bien frío. Esta pequeña decepción fué compensada con creces con la absolutamente espectacular «Lethean», perteneciente a Dead End Kings (2012), que me atrevería a decir que fué la mejor canción de la noche (superando por poco a «Soil’s Song), poderosa, emotiva y con un final absolutamente apoteósico que llevó el éxtasis a la sala. Por eso me sorprendió que no lo dejaran ahí, y si bien «July» es otro gran tema, me supo a poco después de lo que acabábamos de escuchar. Si dependiera de mí, probablemente cambiaría el orden de los dos últimos temas, o pondría a «July» en algun otro lugar del setlist. En todo caso, solo un pequeño detalle que no empaña la más de hora y media que pudimos disfrutar de un concierto magnífico, el mejor que la mayoría de gente con la que hablé habían visto jamás de Katatonia. Hubo algunos problemas menores, pero es innegable que dieron un bolazo, con un muy buen setlist y un sonido magnífico y compacto, haciéndonos olvidar durante un tiempo el frío que, pacientemente, nos estaba esperando de nuevo a las puertas de la sala. La lluvia, de todas maneras, había desaparecido, quizás evaporada por el calor y la emoción que emanó de los altavoces de la sala y de los poros de los afortunados que tuvimos la suerte de disfrutarlo.
Texto y Fotos: Albert Vila
Setlist Katatonia:
Last Song Before the Fade
Deliberation
Serein
Dead Letters
Day and Then the Shade
Serac
Teargas
Criminals
Saw You Drown
Evidence
Soil’s Song
Old Heart Falls
For My Demons
Leaders
In the White
Forsaker
—
My Twin
Lethean
July
Artículo publicado originalmente en: http://www.metalsymphony.com/barcelona-se-refugio-del-frio-y-de-la-lluvia-al-amparo-de-la-emocionante-calidez-de-unos-brillantes-katatonia-y-agent-fresco/
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.