Tres años y medio es lo que hemos tardado en recibir un nuevo disco de los norteamericanos Baroness. Quizás es demasiado tiempo, pero la certeza de que cada paso que dan los de Savannah es sinónimo de éxito, nos da la tranquilidad de que la espera, por muy larga que sea, siempre merece la pena.
El combo capitaneado por John Baizley se embarcó en su quinto trabajo a finales de 2018 con la novedad de Gina Gleason en la guitarra. John es ya único miembro fundador que queda en la banda, recordemos que no han andado en un camino de rosas estos últimos lustros como cuando su autobús se accidentó de forma espectacular cosa que motivó a Allen Blickle y Summer Welch, ambos miembros fundadores, a abandonar la banda en busca de tranquilidad.
Como siempre, un nuevo trabajo de la banda significa un nuevo paso en la evolución y la búsqueda de su sonido, si en Purple (2015) ya dieron pistas de cuál sería el nuevo camino a seguir, en Gold & Grey rompen con casi todo. Cual ave fénix, Baroness destruye su pasado y resurge con fuerza. Aquí el sludge no tiene sitio, la dureza musical ya no se mide bajo los parámetros establecidos.
Gold & Grey funciona como un todo, cada tema tiene conexión con el resto de temas, cada instante es precisamente el sucesor del anterior instante. Claro que puedes seleccionar temas sueltos, pero el poderío de este trabajo reside en el equilibrio, en el todo.
El rock y metal en la forma más progresiva se adueña de los 60 minutos que dura el disco. Un trabajo con 17 temas (sí, ¡17!) que seguro que te hace pensar en que esto que comento de progresivo es un error. Estamos frente a un progresivo diferente, un nuevo concepto. Un progresivo que fluye a través de la invisible linea cohesiva que mantiene el control y dominio de todo el trabajo sin que lo logres apreciar.
Los momentos más sublimes los encontramos en cortes como “Seasons”, “Tourniquet” o incluso en “Throw me an anchor”. También nos topamos con temas cortos que funcionan como bisagra entre temas de distinto sabor, unos temas que no llegan a los dos minutos de duración y en los que la improvisación toma el control, estoy hablando de “Sevens”, “Anchor Lament”, la oscura y bella “Blankets of Ash”, “Crooked Mile”, “Can Oscura” y la minimalista “Assault on East Falls”. Si evitas estos seis temas que suman apenas 10 minutos nos sale un disco de 11 cortes y 50 minutos, algo más estandarizado y menos vertiginoso (por si a alguien le asusta ver la friolera cifra de 17 temas en un disco).
Lo que si se conserva aquí es el alto gusto por la belleza en forma de ilustración. Una vez más, maravillosa portada a cargo del propio John Baizley. Pese a la enorme calidad de muchas de las composiciones que encontramos en Gold & Grey, debo decir que los temas cortos anteriormente citados restan calidad al concepto del álbum. Al menos desde mi punto de vista personal.
Al final, es preciso recordar que Baroness es una banda enorme y su capacidad de evolución e innovación es admirable.