Meteórica carrera la de Battle Beast. Meteórica y complicada tras la marcha, en 2015, de su guitarrista y alma matter Anton Kabanen. Siempre es difícil sobreponerse a la salida del timonel, sobre todo si se dedica a crear otro grupazo como es, en su caso, Beast in Black y petarlo por todos lados. Las comparaciones son y serán obligatorias, aunque feas. Ha pasado infinidad de veces (Helloween / Gamma Ray, Megadeth / Metallica o Avalanch / Warcry, por poner un ejemplo patrio), en vez de disfrutar de dos grupazos, nos metemos en peleas absurdas. Y si los das formaciones sacan álbum el mismo año (incluso el mismo trimestre), no digamos…
Desde la portada al nombre del álbum, este disco parece darnos la bienvenido a una nueva era de grupo. Menos colorido, menos pomposo y, como dice el single y nombre, sin finales hollywoodienses. Sea como fuere, y según mi entender, este No More Hollywood Endings es el disco clave en la carrera de los fineses. En el anterior, Bringer of Pain (2017), aún podíamos sentirnos huérfanos de Kabanen, pero ahora los de Noora deben demostrar que son mayorcitos para andar solos… y vaya si lo demuestran. Esta nueva entrega las guitarras, aun sonando potentes, a veces están algo enterradas bajo unos teclados no-tan-discotequeros como los de su hermano. Los sonidos más heavys y power se entremezclan, en ocasiones, con cierto regusto hard rockero que hacen de la escucha de este álbum un rato muy divertido. Con 11 temas, es un disco diverso, lo suficientemente corto para no aburrir (cosa que sí podía pasar con el nuevo lanzamiento de Beast in Black) pero no tanto como para parecer un coitus interruptus. Y con una Noora Louhimo que demuestra que es una gran cantante, quizá la heredera de la diosa del metal Doro. Y si lo es, lo será por la voz.
Empezamos con fuerza con “Unbroken”, que no solo es perfecta para abrir el disco, sino como puente entre lo que fueron y lo que son. El tema es un ejemplo perfecto de lo que decíamos antes, esa combinación heavy – powermetalera y hardrockera, y con unos teclados que le añaden cierta épica. “No More Hollywood Endings” empieza con unos violines muy peliculeros que serán sustituidos por unas melodías de guitarra la mar de resultonas. En ciertos toques, en cositas muy muy muy sutiles, me recuerda a algo de Stratovarius. Pero ¡ojo! sólo en esos toques. El tercer tema, “Eden”, empieza con un piano delicado que, de repente, dejará paso a la fuerza. Medio tiempo poderosos, sinfónico (adjetivo que hasta ahora no he usado pero que debería) y melódico con una Noora espléndida.
“Unfairy Tales” tiene un comienzo tremendamente vacilón. El riff es hard rock glamero total, sensación que acentúan los teclados. ¿He escuchado algo de Bon Jovi ahí escondido? Me la imagino en directo y me parece tremenda. Y si estábamos con Bon Jovi, con “Endless Summer” nos sigue anclando en los 80 con un toque AOR indudable. Ya veo a Los Vigilantes de la Playa corriendo por la arena al son de esta canción. El inicio del sexto tema, “The Hero”, es Beast in Black total. El mismo tipo de ritmo discotequero bailable, los teclados, la épica… Y, de nuevo, una voz portentosa. El estribillo es genialmente divertido, muy a lo Bonnei Tyler.
El séptimo corte, “Piece of Me”, es de lo más heavy del disco, tanto por su riff como por la forma de cantar de Noora, sin duda la más agresiva del álbum. Medio tiempo con mala leche, estribillaco y la sensación que pondrá patas arriba cualquier sala en la que suene. Con “I Wish” llegamos a la parte dulce y lenta del disco. ¿Recordáis aquél término de hace unos años, power ballad? Pues le viene al pelo. Sinfónica, melódica, delicada a la par que poderosa. Está bien, aunque a mí no me llama especialmente la atención. El tercer triplete acaba con “Raise Your Fist”. Tras una intro instrumental que bien podría servir de banda sonora de película épica, nos encontramos con un tema muy en la línea de esa intro y del título: épica, fuerza y ganas de levantar el puño. No está mal, pero no es de las que más me ha gustado.
Y para el final, ¿qué han dejado? Pues dos pepinazos de la leche, de lo mejor del disco. “The Golden Horde” debe ser la más rápida del disco y con el pasado más presente que en todos los temas. El doblo bombo va que da gusto, las melodías (vocales, de guitarra… de todo) se tejen perfectamente, los solos son tremendos y el resultado es, quizá, el mejor tema de este No More Hollywood Endings. Por último, “World on Fire” baja las revoluciones, pero no la genialidad. Más melódica, con mayor presencia de teclados y con un estribillo que te volverá loco, tanto como la voz (bueno, esto durante todo el disco).
BATTLE BEAST tiene una piel nueva y brillante y la presentaremos con orgullo. Con música aún más poderosa, teatral y emocionalmente cargada, esta será la aventura más emocionante para los oyentes de BATTLE BEAST desde que comenzamos. Solo espera hasta que experimentes el nuevo material en vivo. ¡Ven a ver cómo ha nacido BESTIA de nuevo! (Noora)
El párrafo de arriba es una buena explicación de lo que es este disco y la evolución del grupo. Para tirarme piedras contra mi propio tejado y contradecirme, puedo decir que aunque el From Hell With Love (2018) de Beast in Black tiene puntos más altos, como disco global este No More Hollywood Endings me gusta más. Disco que irá directamente al top 5 anual (y si no, buenas noticias nos esperan), que da una vuelta de tuerca al estilo del grupo, ampliando fronteras, muy divertido de escuchar y lo suficientemente variado como para que no se haga monótono. Y en breve los tendremos por aquí en directo. ¡Casi nada!
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios.
Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo.
Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.