Beartooth – The Surface

Siempre me costó conectar con Beartooth. La desesperación y oscuridad de su música más que atraerme me alejaba de ellos. No fue hasta que comprendí el motivo de todo ello que empecé a conectar con la banda. Entonces vi claro que Beartooth era un canalizador de una enfermedad tan compleja como habitual en nuestro día a día. La depresión de su líder, el carismático Caleb Shomo, salía a relucir canción tras canción, disco tras disco. A lo largo de sus trabajos podíamos empatizar con Caleb, entender su mente, apoyar su causa.

Y entonces llegó Below (2021), su disco más triste. Lejos de mejorar, todo parecía indicar que Caleb tocó fondo justo antes de entrar en su treintena. Sus 20 fueron duros y el camino más tortuoso de lo habitual. Pero ahora vemos luz, donde antes solo residió la oscuridad, podemos ver un Caleb esperanzador. The Surface (2023) simboliza lo opuesto a lo vivido en Below, la elección de moverse en una dirección positiva en su propia vida.

Beartooth finalmente sí ha funcionado de forma sanadora para un artista golpeado por la depresión. Cantar y hablar libremente sobre su estado le ha llevado a encontrar al fin el camino hacia la sana. Un escape terapéutico, saludable pero a la vez absorbente y peligroso. Veremos de ahora en adelante como evoluciona su salud.

The Surface es un disco luminoso muy arraigado en el formato pop. Para muchos supondrá un error abrazar una inmediatez y una estética más pop. Pero la voluntad y necesidad del artista y su banda ha sido esto, pues le aplaudimos. Pues The Surface es un disco ligero, agradable, repleto de bellas melodías y con un sentimiento positivo que podemos disfrutar en cualquiera de las piezas que lo forman. Para llegar a todo esto, Caleb trabajó primero en las letras y las melodías centrándose exactamente en todo lo que tenía que expresar. Podríamos decir que este quito disco cierra el círculo.

De los once cortes que dan forma a The Surface todos ellos son especiales de una u otra forma. Podemos conectar con la belleza de “Look the Other Way”, una canción de sensación lenta con guitarras melódicas casi acústicas sobre las que Caleb vierte unos versos mágicos. El crescendo central es majestuoso, pero lo que realmente te parte el alma es su tramo final con unas desgarradas voces.

También podemos disfrutar de momentos más musculosos como “What Are You Waiting For” o “What’s Killing You”, canciones que podríamos definir como metal moderno más allá de las etiquetas pasadas de la banda. O incluso con la homónima “The Surface”, quizás la más hardcore de todo el plástico.

O bien puedes desempolvar todos tus sentimientos conectando con la voluntad de Caleb en la brutal pieza que cierra el disco, “I Was Alive” en la que canta “When I die, I’ll know I didn’t just live. I was alive, I’ll know I didn’t just live. I was alive, live”. Imposible no tener la piel de gallina.

No voy a olvidarme de las canciones que llevan semanas (y meses) publicadas como anticipos. La más radiada es “Riptide”, ubicada en segunda posición en el disco, una clara muestra de intenciones de este nuevo sonido adoptado por la banda, con estribillo más poppy pero con cierta dureza a lo largo de la canción.

Más allá del disco como tal, The Surface tiene que ser analizado des de el prisma de la evolución personal de Caleb. Algo que celebro por encima de todo lo demás que se pueda analizar en el disco. De todas formas, y separando esto del disco como tal, puedo afirmar que este es el disco que más he disfrutado de Beartooth.

Beto Lagarda

Rock en todas sus extensiones