«Pull up at the function and you know I’m Kojak
To all my party people that are on my bozack
I got more action than my man John Woo
And I got mad hits like I was Rod Carew.»
¡Al fin puedo hablar de los Beastie Boys, de la diversión hecha música! Vale, de acuerdo. «¿Por qué hablar de hip hop en un medio de música rock?» Si tú, estimado lector, te acabas de hacer esta misma pregunta para tus adentros, te suplico que, por favor, abandones la sala y salgas, dentro de lo posible, sin hacer demasiado ruido. Con tu impertinente pregunta, no solamente acabas de manchar la memoria de Adam Yauch (1964 – 2012), sino que tu supina ignorancia acaba de ponerte en evidencia. Los Beastie Boys son parte de la historia, no solo del rock, sino de la música, así que sácate el cerumen y escucha… lee.
Con sus tres primeros álbumes, y de forma consecutiva, los hijos pródigos de Nueva York se establecieron dentro del mundillo del hip hop de manera más que notable… muy a pesar del color de su piel. Su primer álbum, Licensed to Ill (1986), les colocó en el mapa como los asistentes a la fiesta por excelencia del rap. Con Paul’s Boutique (1989) acabaron por redefinirse como unos b-boys, locos y demenciales, muy a tener en cuenta dentro del oficio, con un estilo cada vez más único y original. Check Your Head (1992) podría ser una mezcla perfecta de sus dos primeros asaltos, pues está a medio camino entre el hip hop y el rock; si te molan ambos palos, ¿por que hacerle ascos a uno de ellos?
Recordemos, y no estoy aquí para descubrir nada nuevo a nadie, que los orígenes más remotos del trío se remontan a inicios de los años 80, época en la que su sonido era radicalmente diferente del sonido hip hop generalmente asociado con la banda. Estamos hablando de hardcore neoyorquino, puro y duro. Los EP’s en cuestión llevan por título Polly Wog Stew (1982) y Cooky Puss (1983) y actualmente están ultra-mega-descatalogados, y la única manera de hacerse con ellos es a través del recopilatorio Some Old Bullshit (1994) -que vio la luz unos meses antes del trabajo que aquí nos ocupa-, en el cual también se incluyen fragmentos grabados del Noise the Show, un popular programa de radio hardcore de la emisora WNYU de Nueva York que reproducía las primeras grabaciones de los Beastie Boys.
Como resultado de toda esta mezcla explosiva, el año 1994 quedó totalmente abierto, con unos Beastie Boys capaces de ir en la dirección que quisieran, y con una legión de fans de culto capaces de seguirles dondequiera que fueran. El trío había logrado en menos de 10 años lo que muchos artistas de hip hop jamás consiguen en toda una carrera musical: ser referentes de algo. Incluso si Ill Communication no hubiera sido una bomba, creo que ellos tenían poco o nada de qué preocuparse.
Sin embargo, los fans de los Beastie Boys tenían una preocupación menos, porque Ill Communication no llegó a explotar como debiera… aunque llegara a ocupar durante varias semanas el puesto número 1 del Billboard. Prácticamente, toda la totalidad del ruido que provocó este álbum se debe al single «Sabotage», que llegó al público bastante antes de que Ill Communication llegara a las tiendas. La canción tomó todas las influencias que conformaron la carrera de los Beastie Boys hasta aquel momento y los fusionó en un todo que, esta vez sí, resultó ser una bomba tan gorda que detonó y destrozó -literalmente- todo el puto planeta. El soberbio ritmo de bajo de MCA establece el ritmo al principio, al cual se une Mike D con un ritmo funky de batería y segundos más tarde entra el riff de Ad-Rock. Esos primeros 15 segundos de canción son oro puro, y deberían estar grabados a fuego en todas vuestras putas cabezas. Todo se acumula durante esos momentos hasta que la rabia toma las riendas con ese «AHHHHHHHHHI can’t stand it, I know you planned it. I’ma set it straight, this Watergate!» que perfora el riff de guitarra. Uno incluso podría fácilmente confundir la pista con una canción de Rage Against the Machine por todas las obvias razones que te vienen a la cabeza. Gracias a los graves de MCA, los scratches de DJ Hurricane en el coro y el espléndido video musical que dirigió el bueno de Spike Jonze, la canción se coló por TODAS PARTES. Hasta el día de hoy es una de sus canciones más conocidas… aunque el siguiente single, «Get it Together» (en el que colabora el rapero Q-Tip de A tribe Called Quest), también déjalo correr. La canción es una diversión lírica llena de momentos cómicos con una línea de bajo candente que te mantiene al loro en todo momento; eso es cuando no te estás riendo de todas las mierdas que no paran de interrumpir el tema. El tema acaba con Q-Tip repitiendo «Like Ma Bell, I got the ill communication!», de donde proviene el título del álbum.
Otro tema que destaca es «Sure Shot», y aquellos de vosotros que estéis familiarizados con el álbum, estoy seguro que habréis reconocido el fragmento lírico que abre esta reseña. Tal vez ninguna letra sea más apta para este álbum. Incluso las canciones que no terminaron siendo lanzadas como singles acabaron por llegar lejos y hacen de este álbum una joya valiosa para tener en tu colección. «Heart Attack Man» es un inesperado pero agradable retroceso a los primeros días en que los Beastie Boys eran una banda hardcore. «Tough Guy» es otro claro ejemplo de los duros que pueden llegar a sonar estos tipos cuando quieren. Por cierto, ¿os habéis parado a leer la letra en alguna ocasión? ¿Os gusta la NBA? Si la respuesta a la primera pregunta es negativa, y a la segunda, positiva, os recomiendo encarecidamente que leáis un poco… sobre todo si sois fans de Los Angeles Lakers de inicios de los 90 y odiabais -tanto como yo- a los Detroit Pistons, a los «Bad Boys» de Bill Laimbeer.
La pista «Bodhisattva Vow» es una profesión sorprendentemente sincera de la fe budista de MCA (y las ganancias de la pista fueron donadas al movimiento Free Tibet). Las jams instrumentales más funk como «Sabrosa» y «Ricky’s Theme» fueron posiblemente las mejores hasta la fecha en la carrera de Beastie Boys, demostrando que habían madurado tanto como músicos como letristas.
En general, Ill Communication es uno de los álbumes más divertidos de todo el catálogo de los Beastie Boys y representa el escenario principal de la madurez de los de Nueva York. Uno siente lo cómodos que están los dos Adams y Michael cuando tocan canciones como «Flute Loop» y «B-Boys Makin’ with the Freak Freak», y no te queda otra que meterte en el ritmo y fluir con éste. Incluso su viejo amigo Biz Markie (famoso cómico y rapero norteamericano) hace un cameo en «Do It» y se desliza perfectamente por esos pasajes de suave funk con su casi descuidada entrega en los coros.
Si bien este álbum no puede superar las complejas técnicas de producción de Paul’s Boutique o los ruidosos y antémicos hits de su álbum de debut, deberías avergonzarte de ti mismo si dices que eres fan de los Beastie Boys y no tienes una copia de este álbum. ¡Larga vida a los Boys Entering Anarchistic States Towards Inner Excellence Boys!
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.