Estar ocho años sin sacar nuevo disco es mucho tiempo y se echaba en falta a estos canadienses amantes de las mil y una filigranas donde la velocidad que se puede alcanzar tocando un instrumento parece incluso fácil cuando lo hacen ellos. Beneath the Massacre regresan este 2020 con Fearmonger, un disco corto pero tan intenso que te dejará para el arrastre tras su escucha.
Se formaron en Montreal en el año 2004 y ya en 2005 soltaron su primer Ep que removió los cimientos de la escena del metal extremo. Evidence of Inequity estuvo girando durante mucho tiempo en mi reproductor ya que no era fácil en esa época encontrar grupos similares como si ocurre hoy en día. Parece que con este nuevo disco llegan un poco tarde a la fiesta pero no es así. Su deathcore de fuerte carácter brutal death ultra técnico y veloz suena fresco aunque al llevártelo a los oídos puedas detectar detalles de otros grupos, pero no te engañes, son esos grupos los que han imitado a estos máquinas. Por supuesto aquí encontramos sonoridades de Archspire, Rings of Saturn, Braindrill, Viraemia, Cryptopsy, Necrophagist, Abiotic, Cytotoxin, etc.
El disco arranca con una corta introducción que da paso a la esquizofrenia total. «Rise of the Fearmonger» nos golpea sin piedad con sus vertiginosos riffs y una batería acelerada hasta el infinito junto a un demonio desbocado a las voces. Vamos, es la tónica de casi todo el disco pero es que la encargada de abrirlo es una maravilla con unos grandes arreglos. En el momento que se «calman un poco» la cosa toma más consistencia y nuestras neuronas ya son capaces de poder apreciar mejor qué demonios están tocando.
Casi sin pausa ni respiro nos encontramos de bruces con «Hidden in Plain Sight», una canción si cabe más intensa que su predecesora en un alarde de querer rizar el rizo si es que se puede. Menuda tralla, virgen santa. Aquí sí que detectamos ese toque moderno de deathcore, aliencore o como demonios le queráis llamar. Los trozos más marcados me flipan mucho pero no duran casi nada, ellos a lo suyo y a sonar como maquinas tragaperras.
«Of Gods and Machines» es otro claro ejemplo que esta gente no se andan con chiquitas y que han venido para quedarse. Una intro de batería a toda castaña y al turrón. Blast beats, cambios constantes, tupa tupas, dobles bombos de infarto y la persistente voz de Elliot Desgagnés que está que se sale. Ritmos machacones y poderosos que son una técnica usada y abusada durante todo el trabajo que emanan mala leche por todos sus poros.
«Treacherous» no se queda atrás siendo la canción más corta y alocada que nos encontraremos. Un auténtico frenesí de brutalidad sin parangón, madre mía. Siguen con la canción «Autonomous Mind» siendo el primer adelanto de este disco que resume a la perfección lo que son Beneath the Massacre, un ente capaz de destruirlo todo pero con ganas de experimentar.
El problema que tiene este tipo de música es que si pones el «random» pues la verdad que no varia mucho la percepción del mismo ya que el recurso de las escalas a toda velocidad se repite bastante y en «Return to Medusa» tenemos un gran déjà vu aunque siguen siendo aplastantes. Continúan en sus trece sin mucha variación en la siguiente «Bottom Feeders» con algún que otro destello de genialidad pero no deja de ser más de lo mismo.
Encaramos la recta final con la épica y pomposa «Absurd Hero» en la que destaca la batería con unos breaks enormes y una velocidad inhumana en casi todos sus elementos. Y bueno, si esperas algún momento de respiro aquí no lo vas a encontrar y la verdad que no vendría nada mal. «Flickering Light» es otra muestra del gran nivel que tienen pero ya se empiezan a desgastar con tanta filigrana que busca más el amor propio que otra cosa.
Llegamos a la última que no varía en casi nada siendo otra pieza a toda leche con el freno roto y sin intención de parar. Es un trabajo destructivo y que los ha devuelto a la palestra pero que hoy en día poco sorprende con la cantidad de grupos que practican esta rama del metal más agresivo, enrevesado y técnico. Avisados estáis.