Big Bang es un grupo de rock/metal alternativo originario de Badalona con más de 15 años de trayectoria. Desde sus inicios, han buscado desarrollar un sonido distintivo y duradero, que con el paso del tiempo y de los álbumes han sabido hacer suyo. En 2010 lanzaron su primer disco, Sin renuncia a la esperanza. En 2012, auto-produjeron su segundo disco, Diez tragos, explorando sonoridades complejas y fusionando influencias del rock/metal con elementos árabes e industriales. En marzo de 2016, veía la luz Vacío, y en enero de 2019 presentaron otro álbum para reafirmar su estilo, Permeable. El pasado 1 de diciembre de 2023, veía la luz el que ya es su quinto trabajo de estudio, Causas naturales, que cuenta con diez temas inéditos, con influencias que abarcan una amplia gama de artistas. En este contexto, este nuevo trabajo no solo es un nuevo capítulo en su trayectoria, sino una afirmación audaz de que la banda ha alcanzado su punto culminante hasta la fecha.
Hace ya casi un lustro desde que resonaron por primera vez los acordes de Permeable, una obra que preludiaba un destino prometedor para el talentoso combo de Badalona. En aquel entonces, vislumbré con certeza un porvenir brillante para este conjunto singular, cuyo sonido distintivo ya perfilaba un sendero de grandeza musical.
En el transcurso de estos cuatro años, han demostrado no solo la capacidad de evolucionar, sino también la destreza para consolidar con firmeza las raíces de su estilo inconfundible. Cada nota, cada letra, se ha convertido en un pilar fundamental que sostiene el edificio majestuoso de su carrera artística.
En este viaje temporal, marcado por la armonía y la perseverancia, nos presentan ahora su obra cumbre: Causas naturales. Este álbum no solo representa la cúspide de su creatividad, sino también la culminación de años de dedicación y exploración musical. Con cada compás, trascienden las expectativas, sumergiéndonos en un universo sonoro donde la genialidad alcanza cotas insospechadas.
En Causas naturales, publicado a través de Scarified Records, la maestría se entrelaza con la emotividad, dando lugar a una sinfonía condensada en diez cortes que resuenan con más grandeza y contundencia que nunca. Cada canción es un capítulo en la epopeya de estos artistas, una narrativa musical que conquista los sentidos y eleva la experiencia auditiva a una dimensión superior.
El viaje auditivo comienza con el primer single, presentado hace ahora medio año, «Irreal», toda una explosión de energía que establece el tono con contundencia. La agresividad controlada y la producción cruda crean un himno introspectivo que recuerda a los grandes del grunge, marcando un comienzo impresionante, a la par que contundente, para el álbum.
En «Arde», el cuarteto cambia de registro, incorporando teclados que infunden modernidad al conjunto. La producción audaz se ajusta perfectamente a este tema, de los más directos de todo el trabajo, donde la voz del bueno de Manuel destaca por encima de la mezcla. Me gusta especial mente el dibujo de las teclas durante el estribillo y las voces doblas del final. Gran segundo corte gracias a la fusión magistral de diferentes elementos musicales.
Y como la cosa va de cambios, en «Punto y final» la banda se deja querer por otra de las constantes en su carrera, el funk metal. En este tema, Francisco se saca de la manda todo un señor muestrario de riffs de guitarra, mimados dulcemente por una potente línea de bajo. El final de no me acaba de convencer del todo, pero no es más que una opinión personal. Se me hace demasiado abrupto y precipitado tras el solo.
«Como el viento» se erige como una de las piezas más progresivas y cautivadoras dentro del álbum. Lo que destaca inmediatamente es su estructura dinámica, caracterizada por arranques enérgicos seguidos de ralentizaciones sorprendentes. Esta alternancia de ritmos y velocidades aporta una complejidad a la composición, llevando al oyente por un viaje sonoro impredecible y emocionante. Además, la presencia de ecos reminiscentes de Led Zeppelin en algunos momentos de la canción añade una capa adicional de complejidad y nostalgia. Los elementos zeppelianos, como variaciones de velocidad y figuras rítmicas distintivas, no solo enriquecen la textura musical, sino que también rinden homenaje a una de las bandas más icónicas del rock clásico.
«Vértigo», el quinto tema, se presenta como una muestra impresionante de la contundencia y la fuerza expresiva que caracterizan a Big Bang. Desde los primeros compases, el tema se adentra en un territorio sonoro audaz y poderoso. A pesar de la breve bajada de revoluciones que se experimenta hacia el meridiano de la canción, esta pausa estratégica no hace más que aumentar la intensidad general del tema. La habilidad de la banda para jugar con las dinámicas y crear contrastes contribuye a mantener la atención del oyente, sumergiéndolo en un viaje sonoro lleno de matices. La progresiva subida de revoluciones que sigue a esta pausa añade un elemento de anticipación, construyendo una tensión palpable que culmina en un extraordinario solo de guitarra. Este momento cumbre no solo sirve como un escaparate para la destreza instrumental de la banda, sino que también marca el clímax emocional de la pieza.
«A quién le temes» es un tema mucho más sosegado. Lo que destaca inmediatamente es su naturaleza intrépida, marcada por cambios de velocidad que mantienen a los oyentes en vilo. La mezcla audaz desafía las convenciones, fusionando elementos que podrían parecer contradictorios en manos de artistas menos audaces. Este riesgo creativo eleva la pieza a una categoría única, donde la crudeza y la aspereza son elementos esenciales de su identidad sonora. Un aspecto que resalta en esta composición es el brillante solo de guitarra a cargo de Francisco, una figura destacada que se erige como un punto culminante en el desarrollo de la canción.
«La gravedad» se presenta como un verdadero viaje musical dentro de Causas naturales. Desde los compases iniciales, la canción nos sumerge en un ambiente árabe, evocando una sensación exótica y misteriosa que captura la atención del oyente de inmediato. Este acercamiento a sonoridades fuera de los cánones occidentales es un indicativo de la amplitud creativa de Big Bang. Pero lo que más destaca en su tratamiento vocal, diverso e innovador. La banda se aventura a explorar nuevas fronteras al incorporar una paleta vocal que va más allá de las convenciones del rock tradicional. La voz de Manuel Rubiales se convierte en una herramienta versátil que se adapta a las distintas atmósferas que la canción propone, aportando una riqueza tonal que eleva la experiencia auditiva.
La banda juega a ser Extreme en «El tiempo no es eterno», fusionando rock con toques funk, mostrando la vertiente más ecléctica de una banda a la que le encanta navegar a través de distintos géneros. En este tema, la banda se aventura en un territorio que evoca reminiscencias experimentales para crear una composición audaz y llena de matices. Desde los primeros acordes, la influencia de los de Boston se deja sentir, especialmente en la fusión de guitarras potentes y riffs característicos del rock, con las pulsantes y contagiosas líneas de bajo del gran Frederic DaVeins. Este matrimonio de estilos no solo refleja la destreza técnica de estos músicos, sino que también demuestra su capacidad para trascender las barreras estilísticas y crear algo único.
En «El capitán», la influencia magrebí se hace presente, integrando elementos de este estilo de manera única en las líneas vocales y los arreglos. No es algo novedoso, pues estamos cansados de ver como bandas como Hora Zulú se dejan querer una y otra vez por la rica herencia cultural de nuestros vecinos del sir. Aún así, la habilidad de Big Bang para integrar elementos de este estilo de forma única en las líneas vocales y los arreglos da como resultado una experiencia bastante especial.
«Mi sombra» emerge como el epílogo majestuoso de Causas naturales, llevando a los oyentes por senderos sonoros más progresivos y complejos. Esta incursión se manifiesta en las tesituras musicales del tema. La banda explora estructuras armónicas más intrincadas y refinadas, desmarcándose así de la tónica general del álbum. Este enfoque imparte un sentido de evolución y madurez, revelando la capacidad del cuarteto para transitar por diversos estilos y niveles de complejidad con soltura y maestría. Este cierre, no solo aporta una nueva dimensión al álbum, sino que también crea una conclusión impactante y memorable. La pomposidad que infunde este tema resalta la habilidad de la banda para jugar con la intensidad emocional y la estructura musical, cerrando el trabajo con una declaración audaz y enriquecedora.
En conclusión, Big Bang ha consolidado su posición como una fuerza creativa imparable en el panorama del rock/metal alternativo estatal. Con más de 15 años de trayectoria, su evolución musical ha sido palpable, y cada álbum ha sido un peldaño que los ha llevado a nuevas alturas. Desde el lanzamiento de su primer disco en 2010 hasta este que aquí nos ocupa, la banda ha demostrado una habilidad excepcional para explorar sonoridades complejas y fusionar influencias diversas, desde elementos árabes hasta experimentaciones con el funk metal.
La rica herencia musical de la banda se ve reflejada en cada uno de sus álbumes, siendo Causas naturales la obra cumbre de su creatividad. Este quinto trabajo es un testimonio de la dedicación y la exploración constante que ha definido la carrera de Big Bang. La maestría instrumental se combina con una emotividad profunda, creando una sinfonía de diez canciones que resuenan con grandeza y contundencia. La influencia de artistas como Living Colour, Led Zeppelin, Leprous, Van Halen o Rage Against the Machine se entrelaza hábilmente en su coctelera sonora, ofreciendo una experiencia auditiva que trasciende las expectativas.
Causas naturales no solo consolida la posición de Big Bang como una fuerza líder que de una vez por todas habría que tener muy en cuenta, sino que también representa la culminación de años de dedicación, exploración y evolución. La banda no teme desafiar las convenciones, explorar nuevos territorios y buscar una innovación constante, estableciendo así un estándar elevado para el resto de bandas. Con cada álbum, los de Badalona continúan dejando una huella imborrable en la escena musical, demostrando que su creatividad y maestría musical solo siguen creciendo con el tiempo.
Y pensar que Manuel tenía algo de miedo sobre la acogida que pudiera tener esta pequeña joyita…
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.