Ya ni recuerdo la primera vez que escuché algo de Big Bang. Podría echar mano de mi viejo iPod y navegar entre miles y miles de canciones hasta toparme con temas como «Dime», «Esclavo» u «Hombres», y tratar de recordar dónde les vi en vivo por primera vez, pero os juro que he tratado de recordarlo y no doy con la tecla.
Mezclando rock alternativo con toques de funk y pinceladas de prog, la nueva propuesta liderada por el carismático crack de Manuel Rubiales (grandísimo fotógrafo, mejor persona) nos llega condensada en forma de un EP que acaba de perfilar y definir el tan característico sonido de la banda. Banda sin prejuicios como pocas, nos traen una nueva entrega llena de garra y tablas. Tras tres álbumes de estudio, este Permeable (2019) debería ponerles dónde gracias al tiempo, las ganas y el buen hacer merecen estar.
El trabajo se abre con el primer single, «Qué importan las palabras”, el (mejor) tema más punzante y rockero aquí contenido en el que Rubiales (Francisco, no Manuel) nos deja entrever la magia que emana de sus seis dedos a base de unos riffs que ya le hemos escuchado antes en su otra banda, los magníficos El Fantástico Hombre Bala. Merece la pena echarle un ojo a su videoclip para disfrutar, no solo de su bella factura, sino para contemplar lo que os podéis echar a la cara si les vais a ver el próximo día 8 de febrero abriendo para O’Funk’Illo. Energía en estado puro; Manuel, esas sesiones de running matutino dan sus frutos. ¡Qué manera de comerse las tablas, oiga! Por cierto, en éste también podemos ver a Rodrigo, encargado de grabar las pistas de batería, quien posteriormente ha sido sustituido por Siscu, su batería de «toda la vida».
La energía no cesa con «Son excusas», un tema bastante más funk (que me suena un poco más a cómo sonaban en sus inicios) en el que la batería y el bajo llevan la voz cantante, junto con ese riff de guitarra, abrazado cálidamente por la que quizá sea la actuación más desgarradora de Manuel en este EP.
«Invisible» se inicia con un sampler que quizá te recuerde al estilo de esos otros Bigbang venidos del lejano oriente que lo petan entre las adolescentes surcoreanas, pero estad tranquilos, que éste está hecho en Badalona. Los segundos electrónicos iniciales se quedan en mera anécdota cuando la banda da paso a la furia rockera. El resultado, su tema más ecléctico y quizá de los más pegadizos. Especial mención al solo de guitarra que acompaña a nuestros oídos hacia el final de la canción.
El funk más puro nos llega de la mano de «Revolución», una canción que en cualquier otro país «de bien» llegaría a lo más alto de todos los tops habidos y por haber. Pieza increíblemente pegadiza que se te queda ahí, bien pegadiza a la sien durante minutos, horas, días, años; haceos esta misma pregunta el próximo febrero. ¿Quién dijo fronteras? Este himno sobrepasa ríos, montañas y cualquier otro accidente geográfico que se le ponga por delante.
Enfilamos la recta final de este soberbio Permeable con «Si parase el mundo», una pieza que mezcla mucho y bien. Me encanta el riff que se oye durante los coros, y me encanta cómo suena Frederic (también bajista de los mastodónticos Face the Maybe) especialmente. La entrega de Manuel también es encomiable, gritando y escupiendo sangre y fuego sobre el Shure.
Y con «En un millón de vidas» la cosa llega a su fin. Es quizá su tema más marcadamente rockero, el más clásico por así decirlo. Un magnífico broche para el espectacular regreso de Big Bang.
Dicen que el que la sigue, la consigue. Estos tipos llevan siguiendo el camino del éxito durante casi dos décadas, y ya va siendo hora de que lo consigan. ¡Enhorabuena!
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.