Biohazard – State of the World Address: 25 años de la mejor de las exposiciones al riesgo biológico

Ficha técnica

Publicado el 24 de mayo de 1994
Discográfica: Warner Records
 
Componentes:
Evan Seinfeld - Voz, bajo
Billy Graziadei - Guitarra, voz
Bobby Hambel - Guitarra
Danny Schuler - Batería

Temas

1. State of the World Address (3:18)
2. Down for Life (3:46)
3. What Makes Us Tick (2:23)
4. Tales from the Hard Side (5:40)
5. How It Is (feat. Sen Dog and DJ Lethal (4:02)
6. Remember (3:40)
7. Five Blocks to the Subway (3:13)
8. Each Day (3:52)
9. Failed Territory (5:40)
10. Lack There of (4:47)
11. Pride (3:16)
12. Human Animal (4:53)
13. Cornered (3:11)
14. Love Denied (5:55)

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«It’s the state of the world address, motherfuckeeeeers!»

Imagino que a estas alturas de 2019, ya os habréis dado cuenta de que el año 1994 fue acojonantemente fructífero, ¿no? No os diré que cada semana, pero cada mes se celebra el 25º aniversario de -mínimo- dos discarrales del recopetín. Nosotros, que somos unos linces y estamos al día en lo que a nuevas tecnologías se refiere, tenemos un Drive con un Excel con varias pestañas, y una de ellas hace referencia a los aniversarios de discos. A la mínima que te viene un clásico a la cabeza, corres apresuradamente en busca del dichoso Excel para añadirlo, no sin antes rezar para que el compañero ansias de turno no lo haya pensado antes y ya se lo haya agenciado… pues esto es precisamente lo que me pasó con este State of the World Address (1994) de Biohazard, que estuve maldiciendo la estampa del puto Albert Vila durante varias semanas por haberme quitado esta joya. Además, sus batallitas son siempre las mejores, pues yo nunca les he visto en directo y los de Brooklyn no fueron la banda sonora de la pérdida de mi virginidad…

Pero, como suele decirse, a cada cerdo le llega su San Martín, y el estrés y la sobrecarga de responsabilidades de diversa índole que se le supone al director del medio musical más molón (y mejor, no lo negaréis) de la actualidad, hizo que Albert me cediera -a regañadientes y entre gritos histéricos cual colegiala haciendo cola tres semanas antes en Montjuïc para ver a los Backstreet Boys– tan ansiada reseña clásica; solo este bello y noble gesto ya da para paja.

State of the World Address (1994) es, en pocas palabras, un álbum de primera categoría. Tremenda banda, talentosa y, por encima de todo, con conciencia social. Me encanta (casi) todo lo que han hecho, pero este álbum es su pilar. Su energético y corrosivo sonido es un brutal híbrido a medio camino entre el hardcore y el metal, pero también tiene mucho ritmo y alma. Danny Schuller es un batería increíble, y es el encargado de regalarnos uns ritmos y unos sincopados realmente importantes. El trabajo de guitarra, cortesía de Billy Graziadei y Bobby Hambel (quien más tarde fuera reemplazado por Rob Echeverría, de Helmet), también es genial. Evan Seinfeld maneja el bajo con soltura y descaro. Yo no soy bajista, pero diría que ha sido una gran influencia para los tipos de mi generación que se animaron a tocar la «guitarra grande». Billy y Evan intercalan sus voces a la perfección, cosa que no siempre funciona, pero ellos lo ejecutan de una manera brillante. Además, me encanta cuando Billy canta una línea, y Evan lo repite como más enfadado. Buena gente y excelentes músicos… ¿qué puede salir mal?

Las letras también son excelentes. En su mayor parte, hablan sobre cosas que ni tú ni yo jamás podremos experimentar, pues giran entorno a lo que se siente al crecer en el interior de la ciudad como Nueva York, y sobre cómo lidiar con los problemas que la vida urbana nos ofrece, como las drogas, las pandillas, el racismo, etc. Me consta que hay quien piensa que Biohazard deberían tener más variedad lírica, pero creo que lo que tienen y ofrecen a su público funciona muy bien. Obviamente, han pasado por muchos momentos difíciles, y las letras son un reflejo perfecto de ello.

Perdonadme que insista, pero es que la emoción me embarga. State of the World Address es uno de esos álbumes que definieron un momento innegable en el tiempo. Muchos han acusado a Biohazard de no ser trves o se han burlado de ellos por ser algo así como una enganyifa dentro del movimiento hardcore, pero este álbum es acojonante y único. La banda logró desatar una furia sonora que pocos antes habían capturado, independientemente de si con los dedos de las manos hacían la «E» (East Coast) o la «W» (West Coast). Posiblemente, uno de los trabajos de hardcore metal (sino el que más) más influyentes de la historia, imitado hasta la saciedad con mayor o menor fortuna.

La producción es cálida y captura a la perfección esa mezcla tan explosiva que caracteriza a los de Brooklyn, dando como resultado un sonido que nos presenta a una banda que suena muy, pero que muy encabronada. Biohazard vio la luz para contar una historia, y si bien esa historia puede estar un poco «fuera de lugar» para algunas personas, su entrega y energía dejan claro que estamos ante uno de los viajes musicales más alucinantes de la década de los 90.

Temas pegadizos como «What Makes Us Tick» y «Down For Life» unen NxYxHxC y hip hop con arrojo y maestría, mientras que temas como «How It Is», que cuenta con la inestimable ayuda de Sen Dog de the mighty Cypress Hill, tiran por unos derroteros más raperos, vocalmente hablando. Otras pistas más pesadas, como «Love Denied» y «Five Blocks to the Subway», nos pintan unos paisajes terribles de decadencia urbana y de fiesta callejera. La manera de elaborar los temas definió toda una carrera, y posiblemente derrotó por K.O. a muchos registros que aparecieron en el mercado con posterioridad al perfeccionar la fórmula hasta un punto en el que quizá se nos antojaba «inútil e intrascendente» que se publicara otro álbum de este palo.

Este álbum es un lanzamiento histórico, pues representa la última representación real de su sonido, ya que su posterior Mata Leão (1996) estaba bastante más basado en el punk, y sus álbumes posteriores a New World Disorder (1999) son de todo menos frescos. Aquí encontramos sus últimos y mejores greatest hits.

Las canciones son típicamente Biohazard: rimas de hip hop callejero sobre ritmos metal duros e intensos. Billy y Evan intercambian líneas sin problemas, lo que da como resultado unos coros sublimes. Las letras son inteligentes y giran, como ya apuntaba antes, entorno a historias chungas del día a día; estos no paraban por casa quietos… todo el puto día en la calle. La blasfemia y los tacos se usan, en mi opinión, con bastante inteligencia y sin caer en la exageración que en ocasiones encontramos en el mundillo HxCx. Las pistas están impregnadas de melodía, y a lo largo de estos 14 TEMARRALES nos encontramos con ritmos sincopados de batería por un tubo, solos de guitarra 100% metal, interludios melódicos y hasta una guitarra flamenca.

El cambio entre su homónimo debut de 1990, que era bastante blandito y que está bastante mal producido, y Urban Discipline (1992), un excelente trabajo que empezó definir poco a poco su estilo, es evidente, pero State of the World Address es el disco perfecto que vio nacer a los verdaderos Biohazard. Amados y odiados casi por igual, Evan Seinfeld, Billy Graziadei, Bobby Hambel y Danny Schuler siguen siendo los reyes, los putos amos en solitario de todo este cotarro. ¡Un puto clásico!

R-E-S-P-E-C-T

Rubén de Haro
Sobre Rubén de Haro 620 Artículos
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J'hayber.