Birds in Row es un trio -a juzgar por su energía y entrega diría que se ajusta más a la definición de power trío– procedente de Laval, Francia al que seguimos la pista hace tiempo. Si su anterior, We Already Lost the World (2018), ya nos pareció excelso, este Gris Klein (2022) nos parece superlativo.
Ofrecen una amalgama de sonidos que tienen como mínimo común denominador el derroche de energía, en el que el post hardcore campa a sus anchas y se enriquece con otras influencias como el indie, hardcore old school e incluso alguna pincelada shoegaze. Cada vez más vemos como bandas de lo largo y ancho de este planeta entregan trabajos universales. Hace un tiempo que ya es igual de donde procedan las bandas, la calidad esta repartida por todo el globo terráqueo.
El viejo continente está revitalizando la escena más guitarrera y lo vemos semana tras semana. White Ward, Brutus, GGGOLDDD o Birds in Row son cuatro ejemplos de bandas que poco tienen en común, pero son exponentes de los nuevos «ruidos» de nuestro continente. Ganando, a menudo, en calidad y frescura a las antiguas hegemonías anglosajonas… y estoy reduciendo mucho el tema, pues en Asia o Latinoamérica también se están moviendo cosas… pero otro día ya hablaremos de la geopolítica de la música «incómoda» (cada día me gusta más esta definición que usa la gente de Aloud Music para definir su festival AMFest).
Abre el disco «Water Wings» un trallazo post hardcore con trazas shoegaze que te dejará sin aliento, «Daltonians» baja el ritmo con con inicio sinuoso y casi ambiental que rápidamente se transforma en una explosión hardcore rabiosa, jugando con pasajes de calma/tormenta a la forma del trío. La base rítmica es la protagonista de «Confettis» con ese cabalgar sin fin que incrementa el ritmo a medida que transcurre la canción. «Noah» tiene un ritmo pegadizo, «Cathedrals» un inicio y desarrollo canónico a lo Refused y «Nympheas» y «Grisalle» son dos explosiones de agresividad hardcore, con líneas subyacentes de la base rítmica que enriquecen su sonido.
Trazas de indie en «Trompe L’oeil» en un tema que transcurre livianamente hasta esa explosión contenida, que se convierte en una especie de locura cacofónica que empalma de una manera casi automática con «Rodin», ruidista y taladrante. En el tramo final «Winter, Yet» es otro trallazo post hardcore de explosión fugazziana que poco a poco transita por terrenos recitados que recuerdan a Fontaines D.C. e instrumentalmente se acerca al indie noise en su parte central. Para cerrar el álbum, «Secession» de base rítmica desquiciada y líneas de guitarra rasgada que se desvanece poco a poco hasta cerrar el disco.
Birds in Row te dejarán con la sensación de haber escuchado un largo de mucho valor. Transgresor. Ecléctico dentro del hardcore y sus múltiples ramas, un trabajo de notable, cuya variedad lo sitúa entre los mejores trabajos del género este año. Chapeau!
Sant Boi-Barcelona-Arenys de Mar. Padre y Metalhead. Desbordado por tanta música que escuchar y poco tiempo para disfrutarla. En el Universo solo hay dos cosas claras: In vino veritas y Metallica es la banda más grande de todos los tiempos (quizás solo una sea cierta, y no tenga que ver con la verdad). Death, black, doom, sludge, hardcore, thrash… a menudo: pop, rock, indie, electrónica, hip hop… en resumen, la música es mi pasión.