Y así sin esperarlo tenemos entre nuestras manos el tercer disco de los londinenses black midi. Tan solo ha pasado un año desde que nos destrozaran con Cavalcade (2021). Un disco que mutaba el concepto inicial de la banda y lo acercaba más al prog. Pues preparad vuestra mente bien abierta, pues con Hellfire nos sacuden frontalmente.
Quizás estamos frente al trabajo más accesible de los ingleses. Esto no es un demérito, pues la calidad del disco es posiblemente la más elevada de su carrera. Pero los sonidos más toscos se han convertido en luminosos y agradables. Por momentos parece que estemos viviendo dentro de un cabaret, en otros momentos en un patio andaluz con su folklore. También tenemos el jazz de Cavalcade y, como no podía ser de otra forma, la complejidad técnica por bandera en cada pista.
Hellfire es una nueva forma de tratar el mal, el infierno. Si siempre se ha pintado como algo lúgubre y oscuro, pendenciero, ahora black midi apuesta por mostrarnos la cara más amigable del reino de Lucifer. Hellfire es un disco que te rompe en dos, pues mentalmente estás preparado para una acribillación sonora de escándalo tratando de descifrar los confines del inframundo, y por contra nos encontramos con los momentos más cálidos de black midi.
Sí, no hay por dónde coger a esta banda. Y esto es lo que la convierte es la banda del momento. Si con Schlagenheim ya prometían una carrera de altos vuelos, con su tercer disco nos demuestran que no compiten contra nadie, pues son superiores al resto. Su propia competición es contra ellos mismos, pues la capacidad de innovación e invención de momento no conoce límites.
Hellfire es un disco perfecto. Y ya van tres. La locura del cuarteto está bien definida en la música y, esta vez también, en las letras. El trabajo de Geordie Greep es suculento en la ideología pero más plano en la ejecución de las voces. Pero eso da igual, pues la fusión de voces y música es tan dolorosa como bien labrada. ¿No os sangran los oídos escuchando la velocidad de habla de Greep en “The Race Is About to Begin”? Creo que no llega a respirar durante dos largos minutos. Increíble.
En esta pieza precisamente nos cuenta como un soldado con estrés post traumático regresa a la “vida” convertido en adicto a las tragaperras y las carreras de caballos. Este soldado es introducido en “Welcome to Hell”, el primer single del disco. Tras el vertiginoso monólogo, la canción muta a un pasaje de calma adornado por bellas atmósferas y una triste pero cálida linea de voz.
Para poner otro ejemplo sobre la temática del disco, en “Dangerous Liaisons” el diablo ofrece dinero a un hombre para que asesine a otro. Curiosa representación de la locura del infierno made in Greep.
Y así cerramos el tercer disco de black midi con una sensación de haber disfrutado del infierno como nunca. Esta nueva confrontación entre arte e infierno es tan original como única. black midi sabe tocar las teclas como nadie, sabe rizar el rizo como pocos, sabe evolucionar de una forma tan sorprendente como necesaria para la música. Sin duda, el mundo de la música tiene mucho que agradecer a black midi y su locura y valentía. Hacer lo que te da la gana nunca fue tan divertido como este infierno que nos muestran.