Desde Roda de Ter, Girona, aterriza en nuestra redacción el nuevo LP de BLAK. El tall d’Escil·la es el segundo plástico del quinteto tras su debut, titulado Between Darkness and Light (2017).
BLAK es una banda de post rock instrumental que destila calidad tras cada nota. Para los fans de bandas como Mono o Godspeed You! Black Emperor, o incluso siguiendo la tendencia en alza de la escena nacional capitaneada por bandas como Toundra o Böira, BLAK desnuda el alma de estos exquisitos músicos en cada una de las piezas que componen.
Porque si algo trascendente tiene el post rock de esta magnitud, es el poder conectar directamente al oyente con el músico. Un rock visceral que te envuelve y te atrapa, que explosiona en mil sabores, en mil texturas. Al fin y al cabo, aquí no hay capas superficiales que camuflen la melodía; sin voces, solo queda eso, la música.
Y BLAK sabe trabajar bien en la música. Solo cuatro canciones componen El tall d’Escil·la, ¿para qué más? Cuatro suites largas que suman casi tres cuartos de hora. Canciones mimadas, con mucho amor, con respeto al oyente y respeto a una corriente, el post rock, que no necesita presentación alguna.
El tall d’Escil·la cuenta sin palabras la leyenda de un personaje mitológico de la antigua Grecia. Sin palabras, pero con mucho detalle. Si cierras los ojos, vas a poder ver o escuchar y vivir en primera persona todo un mar de sensaciones compuesto por la banda que sirve para conectar el mito con el oyente.
El post rock no siempre es accesible, hay etapas para todo. Pero en lo que llevamos de año, varios trabajos me han sorprendido gratamente. Los citados Godspeed You! Black Emperor, los galeses BRUIT≤ y ahora nuestros vecinos BLAK, han logrado recuperar mi fe en un post rock que tenía algo olvidado. Discazo de BLAK, uno de los mejores trabajos nacionales de este curso.