A finales de los 90 el death metal estaba un poco de capa caída y muchos grupos que a principios de esa misma década habían empezado su carrera siendo hoy día referentes del género, pues habían cambiado un poco su rumbo. Se empezó a experimentar y mezclar y para decirlo de algún modo, había pasado un poco de moda.
Recuerdo estar en el parque con los colegas y uno de ellos sacarse un cd del bolsillo y decirme que eso era crema de la buena: Bloodbath – Breeding Death [EP]. Me encantó la portada pero tampoco indagué mucho y por ese entonces poco o nada sabía de los músicos que formaban este proyecto. No fue hasta su primer LP que los descubrí y entonces fue amor a primera vista y pasé a ser un fan y seguidor del grupo.
A pesar de los cambios de formación que ha sufrido este proyecto siempre me ha parecido un gran ejemplo de como mezclar diferentes vertientes del death metal y adaptarlo a su estilo propio bebiendo mucho de los otros grupos que tienen sus integrantes. Y es que hablar de Mikael Åkerfeldt, Anders Nyström, Jonas Renkse y Dan Swanö es hablar de leyendas vivas de la música extrema y es que la lista es larga: Opeth, Katatonia, Diabolical Masquerade, October Tide, Edge of Sanity, Nightingale, Witherscape, Unicorn, Infestedead, etc.
Estos cuatro chavales que rondaban todos los 25 años, un día que estaban de borrachera en casa de Dan se les ocurrió bajar al estudio y tocar y componer algo para rememorar esos años dorados donde el death metal estaba por todos los lados y querían hacer algo pútrido y salvaje, que aunara tanto la escena europea como la americana con un alto componente gore.
De esa sesión salió este EP que consta tan solo de tres canciones, pero vaya tres temazos. Son apenas 13 de minutos pero saben a gloria siendo una carta de presentación perfecta. Además, contando con ese line-up no les costó nada editarlo bajo el sello Century Media que tras 12 años de actividad estaba creciendo hasta el monstruo discográfico que es hoy día.
Arrancan a saco con «Breeding Death» con unos riffs poderosos y una voz cavernosa, profunda, putrefacta que escupe como un demonio las palabras. Ese regusto sueco es inevitable que te venga a la mente y es cuando entra la parte lenta y solemne que se nos abre un vórtice hacia el abismo y no arrastra sin remedio. La batería del señor Swanö es sencilla pero efectiva al 100% aportando esas dosis de velocidad y pequeños detalles que me chiflan. Es una canción de pura diversión que monta unos buenos pogos cuando la interpretan en directo.
Después del impacto de la primera nos pegan en toda la cara con «Ominous Bloodvomit» (que preciosidad de título) siendo una canción llena de cambios, una constante de idas y venidas con un groove brutal con el que no puedes evitar mover la cabeza. El riff intermedio es una maravilla que por muchas veces que lo escuche siempre me parte las cervicales y aquí sí la batería nos deleita con unos geniales redobles que te vuelan la cabeza.
Y por desgracia llegamos a la última de este trabajo. «Furnace Funeral» es una oda al death metal sueco de la vieja escuela en todo su esplendor. Es tanta su influencia en mí para tocar música extrema que hasta hice una versión en catalán en el segundo disco de Angoixa que podéis encontrar por Youtube. En esta nos cuentan los últimos instantes en la vida de alguien que será devorado y consumido por una familia de locos hambrientos mientras lo diseccionan y lo cocinan. Ritmos rápidos y otros a medio tiempo combinados de una manera sublime aguantando la tensión cuando hace falta. Pero cuando llegamos al trozo de los teclados se vienen a la cabeza todas esas películas de terror de los años 80, un cine que inspiró a toda una generación para hacer una música inspirada en ese género y que fue responsable en parte que el death metal exista tal como es. Gracias.
Un disco esencial para entender el renacimiento de un estilo que hacía un poco de aguas. No digo que fuesen los salvadores, ni mucho menos, ya que en esa época salieron otras grandes obras, pero sí de alguna manera hicieron que volviese a estar de moda, hacerle un poco más de caso, internet ya hizo el resto. Sus cuatro siguientes trabajos me parecen obras maestras sin ningún tipo de duda.
Larga vida a Bloodbath, larga vida al death metal.