Bloodbath – Survival of the Sickest

Y sin darnos cuenta tenemos entre manos el tercer disco de Bloodbath con Nick Holmes. Parece que fuera ayer que saltaba la sorpresa cuando el querido frontman de Halifax anunciaba su presencia con los suecos Bloodbath. La superbanda renovaba cantante tras debutar con el Opeth Mikael Akkerfeldt y consolidarse con Peter Tägtgren de Hypocrisy.

Tras casi cuatro años del poco inspirado The Arrow of Satan Is Drawn (2018) llega el sexto disco de los suecos, Survival of the Sickest. El disco cuenta con una novedad en la formación, el guitarrista Tomas ‘Plytet’ Åkvik se suma a la banda para aportar otra nueva perspectiva con su particular sonido de cuerdas.

En cuanto al disco, estamos frente al que seguramente es el mejor trabajo de los suecos en la era Nick Holmes. Un disco abrasivo y extremo, un disco de puro death metal old school. Con un sonido muy acertado que mejora sustancialmente el bruto que encontramos en The Arrow of Satan Is Drawn (2018). Quizás la mejor comparación es con el lejano Nightmares Made Flesh (2004)

También encontramos a Nick Holmes en su mejor momento des de que entró en la formación. Sus growls son impolutos, rugidos salidos de la más pútrida tumba. Survival of the Sickest es corrosivo como lo fueron los discos de Morbid Angelo Obituary de antaño. Además, el disco cuenta con colaboraciones de artistazos como Barney Greenway (Napalm Death), Luc Lemay (Gorguts) y Marc Grewe (Morgoth), ¡casi nada!.

Según Holmes:

“Yo diría que las canciones son un poco más reflexivas en este disco. Abordamos algunas cuestiones medioambientales además de las habituales gore, pero todo es horror acérrimo, y me encanta divertirme con eso. Los títulos lo dicen todo. El artwork también es bastante sangriento.”

Hace falta viajar mucho atrás en el tiempo para ver un trabajo de Bloodbath de este calibre. El death metal más asfixiante y malévolo te azota a lo largo de todo el plástico. Podemos encontrar canciones de complexión retorcida como la brutal “Tales of Melting Flesh”, sin duda una de las mejores del disco. Momentos duros y pesados como en “Dead Parade” o riffs asesinos como los que hay en “Affliction of Extinction”. Todo lo que desees, lo puedes encontrar en alguna de las 11 piezas que forman este trabajo. Musicalmente denso y variado pero siempre bajo el régimen y la aroma del old school death metal.

El disco se desliza afilado, sin piedad, punzante. Te va comiendo y descomponiendo sin que te enteres de ello. Solamente cuando ya es demasiado tarde, es cuando respiras y te das cuenta de que Bloodbath lo ha vuelto a hacer: te ha destrozado entero.

Beto Lagarda

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