Blowfuse – Daily Ritual

Si hubiera una guerra nuclear, solo quedarían estas ruedas
– Extracto, más o menos textual, de la gran película Thrashin’ (1986)

¿Qué se puede decir de este cuarteto barcelonés con cuerpo en Barna pero de alma californiana? Que si te pones este Daily Ritual, vas a tener más bajadas, ollies, flips, boneless, laybacks, caídas, subidas, no complys, y locuras que siguen en la línea con todos los discos de Blowfuse. Han eclosionado, han ido más allá, y la espera por verles y oírles ha valido MUCHO la pena.

Estos cuatro daggers (por que lo son), han vuelto a darnos un álbum lleno de temazos con diferentes temáticas pero idéntico leitmotiv: hardcore melódico elevado a su máxima potencia. Pocas bandas pueden tener el honor de tocar con quién y dónde han tocado, pero es que perdona, su disco es cojonudo (ahora hablaremos de él), pero su directo… ¿su directo…? Son 10.000 patadas en la cara y, después de eso, aún estás sonriendo y deseando que no paren de pegarte igual. Blowfuse nos ha hecho esperar, y en alguna pequeña charla con Vic su bajista, hasta denotaba un poco de intranquilidad por si la gente se había olvidado de ellos…. Mon dieu! ¿Pero cómo nos vamos a olvidar de nuestros RKL catalanes?

Grabado entre Figueres y Terrassa, este álbum podría estar en cualquier estantería de una tienda dedicada íntegramente al punk rock y al hardcore melódico, y es que en este volumen podemos ver que cada uno de los miembros ha querido ir más allá. Òscar (voz) nos muestra más registros y subidas y bajadas de las que nos tenía acostumbrados, llegando a notas que rozan el vértigo. Vic (bajo), aunque siempre está a un nivel SUPERIOR (así, en mayúsculas), ha seguido escalando peldaño a peldaño para regalarnos unas líneas de bajo apabullantes, locas y serpenteantes, que muchos querríamos en nuestras bandas. Los solos de Sergi, mezclados con sus riffs, hacen que la velocidad vital de sus canciones se haga aún más palpable y sientas que sigues cogiendo velocidad con esta locura. Y, para terminar, el otro hermano, Ricard, sigue subiendo de nivel con los ritmos enrevesados y la zapatilla a lo loco… a lo loco, pero bajo un control absoluto. Es absoluta velocidad, bajones y subidones, y unos estribillos muy pegadizos que nos devolverán a la época dorada del skate y toda esa mierda que tanto nos gusta.

Con canciones de todo tipo con una finura y aspecto immejorables, yo diría que llegando a una perfección pocas veces vistas en este estilo y en esta tierra. El hardcore melódico lo pueden hacer y ejecutar muchas bandas, pero así de bien, muy pocas y entre ellas, Blowfuse, y seguro que para mí (y para muchos, en este estilo), pocos les tosen. Simplemente, un discazo que es muy discazo, porque estos cuatro han trabajado muy duro para llegar hasta aquí.

Si te flipa el rollo de los 90, si te flipan NOFX, Pennywise, Rancid, Lagwagon, Descendents; si te flipan las tablas con forma de pez de Santa Cruz, las ruedas gordas, las viseras giradas hacia arriba, las bajadas, la gravilla, las rampas, los quarters, las rascadas en las rodillas y en los codos, y toda esa mierda buena de SKATEPUNKER, si te gusta escuchar a buenos músicos, sin duda, te gustarán Blowfuse. Para mí, junto a Adrenalized, lo más potente que hay en el país dentro de este estilo.

¡Preparaos porque han montado una gira por el país que no va a dejar rincón sin pintadas de skate punk!

Sergi Vila

No sé hacer fotos y no sé escribir, pero voy a conciertos e intento dejar un recuerdo de esos grandes momentos.