Body Count – Carnivore

Han pasado ya treinta años desde que Tracy Marrow y Ernie Cunnigan fundaran Body Count. Estos nombres quizás te suenen a nada, pero si los citamos como Ice-T y Ernie C la cosa seguro que cambia. Treinta años ya los podemos orientar hacía el concepto de ‘dilatada carrera’. Con idas y venidas pero la banda siempre ha mantenido un nivel combativo digno de mención.

Este marzo regresan con Carnivore, el octavo disco de estudio y el segundo tras el reencuentro. Ice-T siempre ha tratado en sus letras sobre el mundo y la vida callejera en los suburbios californianos así como siempre ha tratado de aconsejar a los jóvenes negros de estos suburbios a que se alejen de la vida criminal. Ya lo hacía en su primera banda de hip hop Rhyme Pays, y lo hizo en su carrera en solitario. En Body Count metalizó su hip hop para fundar un subgénero al que más tarde se conocería como el rap metal.

En Carnivore encontramos quizás la mejor versión Body Count de las últimas dos décadas pese que el trabajo realizado con Manslaughter (2014) y Bloodlust (2017) era loable. Pero voy a quejarme, el disco es demasiado corto. Nueve canciones originales más una versión demasiado fiel del clásico “Ace of Spades” de Mötorhead para un total de 35 minutos es demasiado poco para una banda del calibre de los californianos.

Carnivore, como su nombre indica, es para carnívoros. Ice-T comentó que “el mundo se está ablandando con tanto vegano y tanto vegetariano, nosotros somos carnívoros, este es un disco para los amantes de la carne”. Tiene poco sentido visto en la lejanía, pero si es verdad que Carnivore es como un depredador, te atrapa como un león a la presa.

Ligero y directo a la yugular. Radical por momentos, duro y pesado en otros. Carnivore es un disco corto pero apabullante. Varias canciones logran noquearte. “Carnivore” es sublime e intensa, “Another Level” -en la que colabora Jamey Jasta, vocalista de Hatebreed– es dura como pocas. La nueva versión del clásico de Ice-T “Colors” (tema del año 1988) que apareció en la banda sonora del film del mismo nombre dirigido por Dennis Hopper -y que Machine Head ya revisitó en su The More Things Change… del año 1997-, es rapeo puro. “No Remorse” es otro tema intenso, mientras que la compleja colaboración de Body Count con Amy Lee traducida en “When I’m Gone” funciona notablemente bien. Y casi que lo mejor lo dejan para el cierre con la bestial «The Hate is Real» con las mejores lineas metaleras de todo el plástico.

Body Count, o los adoras o te aborrecen, no hay espacio para medias tintas. En este caso, firman un disco de notable alto con vistas a un directo todavía más poderoso en el que incluirán varios de los cortes que componen Carnivore. Preparados para arrasar.

Beto Lagarda

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