Bon Braguer – Tant de Bo No Us Agradi

Se me juntan tantas cosas por decir que no sé por dónde empezar. A ver, presentemos el grupo, ¿no? Su nombre es Bon Braguer -braguer es, según el maravilloso mundo de Internet: o bien las ubres de una vaca/cabra o bien un aparato ortopédico que sirve para retener las hernias; ahí lo dejo, a la libre interpretación, que siempre es más molona la intriga-. Los miembros del grupo, a excepción del vocalista que es de Igualada (Anoia), son de Torelló, situado en la comarca de Osona, noreste de Catalunya. Los componentes vienen de distintos grupos del panorama musical catalán: Tibosity, Pesta Porcina y Enze. Y comentar la gran portada, hecha como las de antaño a cargo de David de Cacahüet y Dülent. Pues hechas las presentaciones, comencemos.

En primer lugar, destacar que han fracasado totalmente en el propósito del nombre del disco Tant de Bo No Us agradi (2018) (Ojalá No Os Guste) ya que me ha molado, y bastante. No nos encontramos delante de virtuosos de la música, ni tan siquiera de un grupo que quiera cabecear los carteles de los grandes festivales, pero si delante de unos “puretas” con recorrido, experiencia y ganas de liarla y pasarlo bien, y así es su música: diversión y locura. En segundo lugar, y aquí intentaré innovar ilusamente con un nuevo movimiento o género dentro del metal: la MERC (Metal Extrem Rural Català). No es la primera banda que puede incluirse dentro de esta oleada, encontramos grupos como Setge, Cendra o los desaparecidos Senglar; se caracterizan por, en primer lugar y más obvio, cantar en catalán, por tener sonidos sucios, y ritmos rápidos que recuerdan a una dureza y simpleza del mundo campestre. Y en tercer y último lugar, siendo pesado y repitiéndome más que ese chupito de jagger que “no debes tomarte”, de nuevo he juzgado antes de escuchar así que os recomiendo, por experiencia, que le echéis un ojo.

Tant de Bo No Us Agradi, publicado el 5 de marzo de este mismo año, nos trae mestizaje entre punk y thrash y algún rasgo melódico de death (he dicho rasgo, relájate). A parte, esa monotonía que nos pueden transmitir ambos géneros se rompe con un juego de voces al más puro estilo satírico de Gigatron: algo así como un diálogo entre, los que he podido deducir, tres personajes. Estas discusiones narran, en su lírica, una serie de mensajes cargados de odio a la sociedad actual; de hecho en su perfil tanto de Facebook como de Bandcamp explicitan que su único objetivo es cagar-se molt amb tot (cagarse mucho con todo).

El disco abre con “Som Bon Braguer” (si, típico tópico). Este tema empieza con un ritmo pesado y con quintas abiertas, poco a poco va subiendo y desemboca en un “tupa tupa” más punk que los cojones de Carlos (vocalista de Non Servium…, si ahora que has pillado la bromita ya te puedes reír). Y ahí entra la primera voz: oscura, a pleno pulmón y que a la mayoría nos dejaría afónico. A esta se le suma una segunda, aguda y frágil que rompe totalmente con la anterior. Y finalmente la tercera, una voz de pura garganta, ahogada y monstruosa (en el sentido literal de la palabra). La sigue “El Seny del Català”, simple y llana, pura carne de moshpit.

En “Despertant Il·lusió” podemos ver los toques de death de los que os hablaba, fijaos bien en la segunda guitarra dando pinceladas al tosco riff de la principal.

Antes de seguir que sepáis que, si este disco te lo pones de fondo, por ejemplo, leyendo un libro o trabajando, te sonará a lo mismo constantemente. Repito, es pura fiesta.

“Fes el que Toca” me mola mucho, la verdad. Es escucharla y en casi dos minutos no dejar de mover la pierna al ritmo de Ferran y su caja. No obstante, dejémonos de tonterías, aquí el tema que más me ha llamado por el juego de instrumentos y básicamente un riff algo distinto acompañado de unas buenas octavas. Quizás lo que criticaría es la frase en medio, lenta y pesada, a mis ojos desaprovechada ya que no hay presencia de voz y se podría haber aprovechado para meter algún gag o guiño acorde con la banda. Después del fade-out, “Acàcia” nos sorprende con un riff ni por asomo igual de elaborado que el anterior pero mucho más rápido y púas por doquier. No obstante, y que quede entre tú y yo, el tema es pegadizo de cojones….

Y después de “10 Minuts” llega “Fills de Puta Tots”. Cuando escuchaba el disco por primera vez recuerdo estar de madrugada y semi inconsciente por el sueño, alumbrado por una lamparita de escritorio y cabeceando como si de un concierto de Pantera se tratara. Esta canción me abrió los ojos y con cara de haber chupado un limón me quedé mirando la pantalla. El tema empieza con un monólogo de una voz estridente y aparentemente grabada en un micrófono “RealTech” del año de la pepa. Un tema divertido.

“Xoriç Ibèric” es el típico tema del que te ríes del título, pero cuando lo escuchas entiendes perfectamente. El tema contiene declaraciones de políticos acusados de corrupción con un ritmo pesado de fondo.

“Ramón Vidal alleta com cal”, “Andorra i Gomorra”, “Noite de Esmorga” y “Carnús” se pueden resumir en tupa tupa, riff rápido, letras criticonas hacia… todo (?), y distorsiones muuuuy cerradas.

Para terminar, “Norweigian Rat”. Tuve que mirar la letra para verificar que era en catalán. ¿Por qué? Por lo que he visto nombran a un tal Mister Karlsen. En Noruega, Karlsen es “el hijo de Karl” un apodo común. También habla de que este sujeto ahorra dinero mientras pierde amigos. Llego a la conclusión de que hace una crítica al capitalista o simplemente al avaro obsesionado con el dinero.

Bueno, hasta aquí la crónica y el descubrimiento del día. Personalmente no los tendría en mis listas de reproducción favoritas puesto que tampoco es un género que escuche demasiado, pero si, y de nuevo, es un ejemplo de como a la vuelta de la esquina hay personas que practican el metal. Con objetivos distintos, filosofías distintas, destrezas distintas; pero todo tiene su qué.

Ah, por cierto, el nombre de Bon Braguer hace honor a un pastor del Ripollès (comarca de Catalunya), Ramón Vidal, protagonista de uno de los temas.

¡Un placer!

Roi Iturregi

Mi nombre es Roi. Joven e inexperto, pero curioso de cojones. Salté del punk a la nueva escuela y actualmente recupero esas asignaturas pendientes con los grandes de la historia del metal extremo. Estudiante de periodismo por el día y cantante de death por la noche. Como Batman, pero con menos dinero.