Blue Rodríguez, Chloé Gautier, Ruth O’Leary y Nerea Platero son la voz, el bajo, la guitarra y la batería de Bones of Minerva, una explosiva combinación de influencias que dan sentido a uno de los grupos más prometedores de nuestro país. Las madrileñas beben del grunge de Alice in Chains, las texturas oníricas de Tool, el sludge progresivo de Mastodon y el stoner rock de Queens of the Stone Age y lo funden en un ecléctico sonido digno de admiración.
Nos ubicamos en la Sierra de Madrid, hábitat natural de las cuatro, lejos de la urbe pero no lo bastante lejos como para ignorarla. Esto, lejos de suponer un hándicap (distancia, facilidades, comodidades) es la primera virtud de la banda, pues las influencias de este paraje son el principal aliciente musical y de diseño de Blue Mountains, la música y las artistas viven en una comunión y conexión que roza la espiritualidad, las letras son profundas y muy trabajadas, el diseño del artwork inspirado en este enclave privilegiado a pocos minutos de la capital.
Analizando el nombre del grupo, que seguro todos nos hemos preguntado sobre ello, el concepto “bones” simboliza lo primario (como son los huesos) y “Minerva”, la diosa romana de las artes y la sabiduría, aporta el concepto de onirismo que bien les representa. A parte, el nombre, da ese toque agresivo y misterioso que acaba atrayendo al posible nuevo oyente.
Blue Mountains, el que de momento es su único trabajo, se publicó en febrero 2017 y resultó tan exitoso que acabó con todas las existencias. El trabajo se ha reeditado recientemente de la mano de Nooirax y se han añadido dos nuevos temas que muestran la rápida evolución de la banda hacia lo que será su presente y futuro.
La portada, diseñada y ejecutada por Blue y Ruth refleja perfectamente esa dualidad entre el sonido duro y agresivo y el sonido más ambiental del disco. Disco formado por siete + dos temas en unos 42 minutos de duración, siete temas que formaban la primera edición y los dos añadidos en la reedición de este año. Grabado y mezclado por Alex Cappa en los Metal Factory Sudios de Madrid, el resultado final es realmente lo esperado. Entrando en los temas, lo primero con lo que chocas de bruces es con el bozarrón y la increíble interpretación y modulación de las voces por parte de Blue Rodríguez, esta chica tiene un don y cuando lo acabe de pulir será una de las voces más contrastadas de nuestro país. Aún así y tras el impacto de las voces, el poder de la banda es inmenso, los trabajos en las lineas de guitarra de Ruth O’Leary son impecables, sus riffs más pesados se entremezclan con momentos más ligeros y directos, la batería de Nerea logra conectar acertadamente la potencia de la voz con los ritmos de guitarra y bajo, un trabajo de Chloé Gautier que cobra vida como nexo de unión cual pegamento en todos los pasajes del disco.
Temas como “Overcoming” con su arranque lento y progresivamente en aumento camina directo a ser el tema icónico de la banda, “Defenders” cuenta con un despliegue brutal de recursos, la genial “Eery Octupus” con las letras más inteligentes de todo el trabajo, “Pastic Crown” con una marcada crítica social arranca con un riff oscuro genial y unas voces de agonía presentes en todo momento. La nueva “Privilege” riza más el rizo y nos muestra que la evolución de la banda no será un inconveniente tirando hacia la parte más atmosférica de su estilo.
Quizás el nombre de Bones of Minerva hoy aún os suene poco pero recordad, estas cuatro jóvenes de Madrid tienen el futuro en sus manos y si nada se tuerce, en un plazo corto de tiempo, serán grandes.