Bones of Minerva – Embers

#10 Bones of Minerva - Embers

Nuestra Nota


9 / 10

Ficha técnica

Publicado el 16 de septiembre de 2022
Discográfica: Aloud Music
 
Componentes:
Blue Rodríguez – Voz
Ruth Almudena O'Leary – Guitarra
Chloé Gautier – Bajo
Nerea Platero – Batería

Temas

1. Forest (4:28)

2. Swamp (3:33)

3. Cuna (3:59)

4. Dream (3:59)

5. Fuego (5:01)

6. Merula (5:05)

7. Claws (5:04)
8. Silence (3:44)
9. Flood (3:33)
10. Madre (3:58)
11. Hands (3:29)

Multimedia



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Hace muy poco tiempo que llevo escuchando a Bones of Minerva, pero he de decir que desde que las descubrí (como tantas otras bandas, me las descubrió mi mujer, que tiene un gusto exquisito y me tiene muy calado), he de decir que me parecieron muy originales, dentro de las influencias claras que presentaban, y que a base de exprimir su primer larga duración, Blue Mountains (2018), me fueron entrando cada vez más y más. 

Después de disfrutar su directo en el Chicho Torment de Granada y anunciar que sacaban disco (no en ese orden, puesto que allí ya tocaron “Fuego” como adelanto) tenía muchas ganas de poder disfrutar de su segundo disco, ese que a muchos grupos les pesa como una losa.

No es el caso aquí, pues el disco es, en mi opinión, sobresaliente y un puntito superior al primero. Para quien no las haya oído nunca, decir que Bones of Minerva son un grupo de metal, con mucha variedad de sonidos, una base musical de una calidad espectacular y que pueden sonar a caballo entre sonidos “modernos”, con una gran influencia de Tool y posiblemente reminiscencias del progresivo de nueva era (quizá es que el progresivo de nueva era suena a ratos como Tool). Sirva como un ejemplo el inicio del disco con “Forest”, que recuerda muchísimo a Leprous en algunos temas del Malina.

Si hay algo que las define principalmente, es la voz. Blue no es una vocalista de rock/metal al uso y eso, una vez superada la sorpresa, es una maravilla. Muchas veces cuando usa su voz limpia, a mi cabeza se viene algo ancestral, como cantos solemnes o si lo que estuviera escuchando fuera a una sacerdotisa de algún antiguo culto acompañada por una gran banda de metal.

Cuando usa las guturales (y en este disco hay más que en el primero), la cosa cambia, pero sigue siendo algo con toque épico, pese a la rabia que destila su voz. El balance entre ambas voces da mucho equilibrio y fluye con mucha naturalidad y acierto.

Comparándolo con el primer disco, suena (alerta, cliché viniendo), mucho mas maduro y (bueno para mí, regular para otros) progresivo. Tras la escucha completa quizá se puede echar de menos ese punto mas “comercial” o cantable de temas como “Overcoming” o “Fear Is a Biscuit” (porque a ver quien es el guapo/a que se canta los estribillos de “Fuego” o “Cuna” sin hacer el ridículo) pero en conjunto el disco es más sólido y deja buen regusto. No se me malinterprete, porque el disco tiene momentos mas accesibles como “Swamp” pero en general es más complejo y denso, y en los momentos agresivos, como el principio de “Claws”, más duro que el primero, rayando en géneros extremos.

Pese a esa complejidad y densidad, la brevedad del disco y en general de las canciones (la mayoría entre tres y cuatro minutos) te deja con ganas de más. Algo que quizá se esta perdiendo en esta época de discos de 80 minutos en los que al final cuesta distinguir una canción de otra.

El nivel musical que alcanza la banda es inmenso, destacando la batería (gran labor de Nerea). El bajo cubre tan bien a la guitarra (tanto por producción como por ejecución) que en ningún momento se echa de menos una segunda hacha. No esperen solos, porque no los hay, pero ni falta que hace aquí.

Mucha curiosidad por el futuro que les espera, su evolución y por saber si ese “Fuego” y esas partes de “Cuna” en español irán comiendo terreno al inglés o quedarán en una anécdota.

Espero y deseo poder disfrutar otra vez de su directo y que tengan suerte con su, por desgracia, arriesgada propuesta musical.