Borknagar – True North

Curiosamente mi relación personal con Borknagar llegó tarde, muy tarde. Años atrás tenia el progresivo como mi género predilecto y no entré en Borknagar. Más tarde cambié el prog por el metal extremo y tampoco me avispé de los noruegos. No fue hasta que moderaron su propuesta y rebajaron su black metal hasta que me atreví con ellos. Pero todo fue una casualidad.

Y la causalidad fue comprarme a ciegas un disco de Borknagar en un mercadillo de segunda mano. «¡Vaya si son brutales!», pensé entonces. Aún sin conocer mucho los discos antiguos más allá de varios temas sueltos, he podido estudiarme la evolución de la banda de Øystein G. Brun.

La poca estabilidad de la banda, lejos de suponer un handicap, ha logrado fortalecer la mente de Øystein, quien maneja todos los hilos que sustentan Borknagar. Él manda y compone, él decide el cómo y el quién. La formación actual se completa con el regreso a la banda de ICS Vortex en el bajo y de Lars A Nedland que se hace cargo de las voces limpias y el teclado. Junto al citado trío encontramos a Andreas “Vintersorg” Hedlund y Jens F. Ryland, ambos en las guitarras. En la batería repite Baard Kolstad.

Lo primero que llama la atención en True North es la sensibilidad del trabajo, estamos frente al álbum más personal, profundo y emotivo hasta la fecha. Los noruegos nos brindan 60 minutos exquisitos en los que la progresión musical es impoluta. Las fusiones de las cada vez más recurrentes voces limpias en detrimento de las voces extremas son muy acertadas.

“Thunderous” es quizás su tema de sabor más clásico, con unos complejos riffs que se funden con los blast beasts acelerados de Baard Kolstad. “Lights” también es un tema blacker con la marca distintiva de Borknagar. “Up North”, “The Fire That Burns” completan esta primera mitad tan lograda.

Justo en el centro del trabajo encontramos la calidez de temas como la delicada “Wild Father’s Heart”, que contrasta con todo lo que la banda ha creado estos años. Tema, por cierto, en el que Øystein se desnuda hablando de su padre recientemente fallecido. La segunda mitad del disco es igual de colosal que la primera. “Mount Rapture” sigue con el sabor más delicado del disco, mientras que en “Into the White” recuperan pasajes extremos. El cierre es muy intenso, con la extensa «Tidal» y, finalmente, con una «Voices» que, si bien no es uno de los mejores cortes, recoge bien la esencia de True North.

Borknagar logra dar un paso más en su evolución y avanza hacia la más pura belleza sonora. Con True North logran dar rienda suelta a la composición sin miedo a distanciarse del metal más extremo. Ahora ya juegan con orgullo en la faceta más melódica del metal progresivo.

Beto Lagarda

Rock en todas sus extensiones