El recorrido ideal para profundizar en el longevo historial musical de nuestro protagonista es, lógicamente, adentrarse en los tres primeros discos del trío maravillas The Stray Cats. A partir de ese punto, ya estás listo para devorar, con entusiasmo y devoción, los trabajos en solitario de Brian Setzer, o a lo grande con su Big Band mediante su Brian Setzer Orchestra, o incluso, sus canciones para disfrutar observando los destellos luminosos del árbol de Navidad. Pues dicho esto, vaya… vaya.
Una vez superados los problemas de tinnitus severo diagnosticado, el incombustible Brian Setzer nos presenta el revitalizador The Devil Always Collects (2023). Su nuevo álbum en solitario contiene 11 cortes con un sonido personal. Todos son adictivos y te recargan al acto de vitalidad. Su estilo tocando la guitarra y su voz se reconocen al instante; es un sonido elegante y con clase. Todo este talento y virtuosismo, sabemos desde hace tiempo, que lo lleva a cabo profundizando en las raíces del rock ’n’ roll, country, rockabilly, swing o del rhythm & blues. Por tanto, su detreza y habilidades, las aplica en un género musical que domina a la perfección, y que ama como si fuese el primer día.
Hablemos un poco de las canciones que contiene este The Devil Always Collects. “Rock Boys Rock” proporciona un ritmo endiablado y enérgico, puro rockabilly, un sonido tan simple como complejo y alegre. Los mimbres son mínimos: una guitarra elegante, a pesar de contundente, con un toque jazzy, pero totalmente rocker, un contrabajo machacón marcando con fuerza, y una batería con predominio de dobles golpes de caja y redobles. El corte que da título al álbum, linda con el psychobilly con su ritmo acelerado.
El road trip de “Girl on the Billboard” es una de las tres versiones que contiene el disco. Suena genial, con una melodía fabulosa, enlazando lírica con música de forma notable. El tema original es de Hank Mills y Walter Haines, no obstante, lo popularizó en 1965, el cantante de country Del Reeves. “Es una canción de camioneros”, dice el propio Brian Setzer en un comunicado.
El siguiente corte, “The Living Dead”, es un tema gótico, ideal para el hilo musical de una fiesta de Halloween o para la banda sonora de película de terror. “What’ll It Be Baby Doll?” funcionaría perfectamente en el repertorio de The Stray Cats y, sobre todo, en los directos. La sorpresa del disco, al considerar que sale un poco del espacio de confort del virtuoso Brian Setzer, es una de mis debilidades del álbum: “Black Leather Jacket”. No sé si esa antigua chupa de cuero le quedará todavía como un guante al bueno de Brian Setzer, pero realmente el tema suena pegadizo, progresa genial con esas guitarras dobladas a lo Thin Lizzy, y contiene un estribillo sensacional. El tema destila un aire setentero, muy curioso al ser aplicado por el Rey del Rockabilly.
En “She’s Got a Lotta… Soul!” recupera una reducida sección de trompetas, lejana ya en el tiempo y en cantidad, en relación a la Brian Setzer Orchestra, junto con unos coros embriagadores y una perfecta instrumentación, en este tema de rock ’n’ roll y soul de los 50. Continuamos con el tema original de Nick Lowe: “Play That Fast Thing (One More Time)”. Rockabilly de ritmo alegre, que fluye sensacional y al que no le falta nada, con un contrabajo clásico en el género y una guitarra cálida orgánica, inherente al rock ’n’ roll. El título y sonido gracioso y divertido de “A Dude’ll Do (What A Dude’ll Do)” refresca el disco con destellos clásicos de rockabilly. “Psycho Suzie” es un psychobilly con ritmo trepidante y vertiginoso, y con una voz marca de la casa, que tanto puede cantar como un crooner o aullar como un lobo. Se aprecian viejas influencias del rock ’n’ roll, aplicadas con talento y frescura. El telón se baja de forma magistral con “One Particular Chick”, un tema pausado e hipnótico, cargado de calidad y elegancia, con un toque jazzy.
Este disco en solitario de Brian Setzer, nos ofrece mediante los riffs incendiarios y cálidos de sus guitarras Gretsch, una lección auténtica de rock ’n’ roll y rockabilly, con once canciones dinámicas. Es la vieja formula de siempre, aplicada con maestría, y contemplando alguna sorpresa curiosa, y mucha diversión.