Cojo la cerveza, relleno mi jarra de Darth Vader que mantiene la temperatura (muy buen producto) y me dispongo a escuchar el último trabajo de los británicos British Lion, The Burning (2020). Lo único que conozco de este grupo, es que es el proyecto paralelo de Steve Harris, sí, ese Steve Harris, el mismo que creó y construyó la leyenda de Iron Maiden. Estoy impaciente por escucharlos ¿se notará la influencia de Harris? ¿Tendrá este grupo el mismo carisma que Maiden? No demoro más el tema y le doy al play…
Empiezo por la primera canción del álbum, “City of Fallen Angels”. La canción empieza con un ritmo sencillo, pegadizo y heavy, el clásico heavy, el de toda la vida. ¿X? La canción es correcta, no me parece ni de lejos el temazo del álbum, pero tampoco me parece una mala canción. A continuación viene la canción que da título al álbum, “The Burning”, y he de decir, que mi cara cambió desde el primer segundo. En esta canción, es donde se empieza a notar quien es el bajista y de donde viene. Podemos escuchar como Harris, cabalga su bajo como tantas y tantas veces lo hemos escuchado en Maiden, y eso fue lo que nos llamó la atención en su momento, pero ahora mismo no sé si tomármelo como algo bueno o algo malo, ya que esto no es Maiden y espero algo distinto. Hasta que no haya escuchado todo el disco no sacaré una conclusión, no quiero precipitarme. ¿X?
La siguiente es “Father Lucifer”, una canción que parece hecha para ser cantada por Bruce Dickinson en algunos momentos, y de la que me atrevo a decir, que más de una parte de esta es un descarte de Maiden. Pero no es esto a lo que he venido. La canción no destaca tener un gran estribillo, el conjunto es bueno, pero lo que cabe destacar es el solo. Un buen solo, de los que tienen sentimiento y tienen un sonido acorde con la canción, que no es solo el recurso de tocar una infinidad de notas a una velocidad extrema, si no de los que dan personalidad a la canción.
La cuarta canción tiene por título “Elisyum”, a priori un tema más tranquilo que los tres anteriores. Probablemente es el tema que más se aleja del sonido heavy que han demostrado en sus otros temas, tiene muchas influencias del hard rock y algún toque de glam, pero lo que no se puede negar es que quien ha compuesto este tema, ha escuchado Thin Lizzy muchas, muchas veces.
“Lightning” sin duda es uno de los temas de este álbum, no acaba de ser una canción rápida, pero tampoco lenta, no es una canción que debamos obviar, pero tampoco debemos olvidarla. Casi con toda seguridad me atrevo a decir, que es una de las canciones que yo tocaría en el bis si fuera ellos. Es la típica canción que a final del concierto, cuando la gente más contenta y perjudicada por las cervezas está, canta. Canta porque se la sabe, tararea por que no se la sabe y balbucea porque va bebido, pero todos a su modo la están cantando.
Después de “Lightning” me ha quedado un buen sabor de boca, y no solo es cosa de la cerveza, “Last Chance” empieza a sonar. Comienza con una intro tranquila que va creciendo poco a poco, hasta que llega a un punto bastante rockero, no acaba de ser heavy del todo pero me gusta. El estribillo es pegadizo, tiene un ritmo fácil de recordar. Es una buena canción, probablemente de las que más me han gustado. Es una de esas canciones que escuchas una vez, y te acuerdas del ritmo durante mucho tiempo.
Mi jarra está vacía, así que me levanto, y voy a rellenarla. Después de este pequeño bache, es el turno de “Legend” la cual me sorprende gratamente, otra muy buena canción, con un estribillo muy coreable, con el que seguro que consiguen que el público les acompañe. Empieza “Spit Fire” y… BAM! Otra canción que me suena a descarte de Maiden que no acabó de cuajar, ¿por qué será esto? ¿Será por el bajo? ¿Las guitarras? ¿El conjunto? No sé qué es lo que tiene, pero me gusta, es una canción cañera, el riff principal de guitarra es de los que estando un día en la oficina, se te viene a la cabeza, y no sabes por qué. En esta canción es la primera de todo el álbum en el que podemos apreciar el doble pedal. No os penséis que será algo como Slayer o Megadeth, no, pero es un pequeño matiz que hace que la canción fluya.
“Land of the Perfect People” es una de esas canciones que por lo general gustan, no por ser un temazo, pero tiene algo, que no sé qué es, pero hace que te guste. “Bible Black” ataca con una potente intro de batería muy rompedora que hará que tus orejas estén completamente a merced de lo que venga a continuación. Este es el tema más largo del álbum con 6:33 minutos, pero a pesar de ello no se hace largo en ningún momento. Una sucesión de cambios de ritmos, baterías rompedoras que vienen y van, y una tónica ascendente hacen que esta canción se quede en un rincón de tu mente. En ese rincón que muy de vez en cuanto accede tu mente y te acuerdas que es una canción que valía la pena.
Llegamos a la última canción del álbum que tiene por nombre “Native Son”, la cual me cae como una jarra de agua fría, vienes de una canción rápida y enérgica y esperas que la siguiente tenga el mismo estilo, pero nos encontramos una balada tranquila, justo lo opuesto a la anterior. Una balada de más de 6 minutos, que no me acaba de despertar nada, no me transmite nada. No me parece una mala canción pero quizás dejarla la última del álbum y después de una canción rápida no me parece la mejor decisión.
He empezado a escuchar el álbum sin ninguna expectativa, pero con ideas. Esperaba encontrarme algo mucho más influenciado por Maiden y por Harris, pero me he llevado una grata sorpresa al encontrarme con un Steve Harris que parece que quiere pasar desapercibido, y desde mi punto de vista, ha conseguido evitar ser el protagonista, aun sabiendo todos que lo es, pero no dejando de aportar su toque, consiguiendo que el bajo suene justo como tiene que sonar y al volumen que debe sonar Es un buen álbum, un buen álbum de heavy metal, con muchos toques y influencias de los grandes de heavy metal. ¿Me lo compraría? Personalmente no. No me ha llamado la atención lo suficiente como para que considere que debo tener este trabajo en mi discoteca personal, pero si coincido con ellos en algún festival, iré a verlos, no solo por ver a Harris en un escenario, si no por qué estoy casi seguro que será un concierto agradable y con buen rollo, de los que gustan a jóvenes y viejos, puretas y millenials, poweretas y thrashers.
Amante del rugby, la buena música y la cerveza.