El mundo ha olvidado a Britny Fox… ¡y bueno! Tampoco pasa nada… la verdad, pero fueron una banda que nos alegró la existencia en esa vorágine de hair metal, fiesta, motos, birra y “nenas” que explotó en los 80. Si el power metal centroeuropeo cayó ante el hartazgo de la repetición de esquemas y lo cansino de la temática élfica lo mismo pasó antes en el Sunset Strip angelino… Exceso de bandas ofreciendo lo mismo.
En esos días la fotocopiadora no paraba y salían grupos con pelo crepado y laca como churros. Desde Philadelphia asomaron con ganas Britny Fox si bien las comparaciones con sus vecinos Cinderella eran constantes, especialmente por el registro de voz rasgada de Dean Davidson. ¡Cómo olvidar ese videoclip atómico de “Girlschool”! Un clásico que ahora sería visto como machismo… Bueno, todo ese estilo de hard rock era machista, pero hay que verlo en perspectiva y en su marco histórico. Afortunadamente algunas cosas cambian para bien.
El problema de Britny Fox fue que eran una copia excesiva de Cinderella y que no llegaban a su nivel de calidad. Sus dos primeros discos mantenían el tipo y son adorados por los amantes del estilo, pero en 1991 el combo tenía la oportunidad de dar un paso adelante: el cambio de cantante. No les fue bien -para resumirlo rápidamente- pero Bite Down Hard es disfrutable y es otra muesca más en la saturada escena del hard rock de la época. Lo más remarcable de todo es que a pesar de perder a su vocalista y compositor de toda la vida el disco está a la altura. Pero los tiempos ya habían cambiado…
El disco
Lo mejor del disco es claramente esa pieza titulada “Liar” en la que se rompe la tónica de laca-fiesta-decibelios para tirar de rollo acústico y clase. En fin, algo que solía ser uno de los aspectos diferenciales de Cinderella… Es el tema más completo con slides de fondo y con un Tommy Paris arropado por coros. Aires sureños con el ancla puesta en el blues primigenio y acústicas con curdas de acero. La producción y sonido del disco es de banda consolidada y con recursos y solo hay que fijarse en la preciosa portada, tan provocadora como alusiva al pecado original. Serpiente, manzana y una Eva (la playmate Brittney Powell).
Sorprende el tema final que es una versión del “Midnight Moses” de The Sensational Alex Harvey Band. Un tema que solían alternar en directo junto a las covers de Slade o el “Hair of the Dog” de Nazareth. Aquí encontramos a todo un Rikki Rockett de Poison colaborando. Aquí está endurecida y entonado, con riff marcado y mucha clase. Sin embargo, todo se abre con esos pasos y esa escopeta que se carga para soltar adrenalina a plena velocidad en “Six Guns Loaded”. Un himno glam metal en toda regla con todos los tópicos habidos y por haber. Verso-puente-estribillo de libro y toda la actitud del mundo, siendo la presentación de Paris en sociedad. La gracia del disco es especialmente la potencia que le imprime la base rítmica a los temas, con el presente y agudo bajo de Billy Childs y la batería de Johnny Dee. La canción está potenciada por el solo final de Zakk Wylde en el último tramo.
Otra de las que quedaron en los sets del grupo es la segunda: “Louder”. A pesar de lo prototípico y de sonar a Danger Danger y a Slaughter por lo cuatro lados es una gran canción. Festival de tópicos en “Closer to Your Love” si bien mantienen bien el tipo y Michael Kelly Smith factura, como en todo el disco, un gran solo de guitarra. El toque sorpresivo lo pone el vocalista que también se marca algún solo a lo largo del disco con grandes maneras. Hay al final del tema uno de los grandes agudos del mismo.
La balada acústica no podía faltar a la cita y cae en “Over and Out” en terrenos de Slaughter otra vez. Nada especial, pero sirve para dar variedad y amplitud al disco. Riff base y voz rasgada para mostrar un “Shot from My Gun” contundente con extra de coros funcionales. El disco pasa rápido pues apenas llega a los 40 minutos y “Black and White” cumple expediente con muy buenas maneras y la acaramelada “Look My Way”, muy pegadiza y entonada. Un poco es prototípica de esas grandes baladas de los 80 que vivieron a la sombra de “Every Rose Has Its Thorn”. “Lonely too Long” es más de lo mismo
Veredicto
Y luego llegó el grunge y ya el debate sobre si Paris era mejor (o más guapo) que Davidson quedó en nada. Todo quedó borrado del mapa. Se terminó la fiesta y llegaron la pesadumbre, los cuadros en camisas de franela y cero glamour. Como suele pasar en las manifestaciones artísticas una era completamente antagónica a la otra. El disco es potente y es ampliamente disfrutable.
En el fondo es un trabajo que mantiene el nivel y superaron la marcha de su anterior cantante, lo cual es realmente loable. Temas como “Six Guns Loaded” o especialmente “Liar” merecen ser escuchadas. Pero todo acabó en nada para este grupo que con su debut llegaron a vender un millón de unidades. Luego separaciones, Johnny Dee se fue con Doro… hasta que volvieron con Paris en la fiebre de los retornos a principio de los 2000es.