Entonces, si lo he entiendo correctamente, ¿Jacob Wallace (Cerebral Harvest) y Andrew Zink (Into Infernus) están detrás de Brojob? OK, ni puta idea de quiénes son estos tipos, pero lo que se traen entre manos desde hace unos pocos meses creo que merece la pena… por eso de tomarse la vida con sentido del humor y tal. O quizá no tanto.
Sexo oral entre dos amigos masculinos supuestamente heterosexuales, especialmente cuando dichos amigos están totalmente pedos, borrachos perdidos. Eso significa «brojob». Qué, ¿cómo se te queda el cuerpo? ¿Eres realmente consciente de todo lo que haces con tus amigos supuestamente 100% straight cuando pierdes la noción del tiempo y del número de birras que ingieres? La hiper-masculinidad de un género como el deathcore ha sido documentada durante mucho tiempo y ahora una banda la ha llevado al siguiente nivel obvio: el homo-deathcore. Estamos en el año 2018, y el deathcore, para muchos, ya empieza a aburrir y a antojarse un poco irrelevante; toda esa palabrería sobre la fatalidad del destino, la tristeza de le existencia humana y sobre cadáveres y más cadáveres. Bueno, esos días han terminado. Os presento a Brojob. Agarraos los «machos»…
Brojob toma todos los estereotipos de ese género tan de moda estos días llamado deathcore y te los lanza a la cara con un lacito de color rosa y con un twist de lo más gay. Esto te lo puedes tomar con humor, o para aquellos que se sienten menos cómodos con su sexualidad, ofensivamente. La verdad, no creo que sea para tanto y uno ha de tomarse, y entender Talk Shit Get Kissed (2018), como lo que es: un experimento más o menos divertido que, además, resulta estar muy, pero que muy bien resuelto, musicalmente hablando. Brojob aparentemente apareció de la noche a la mañana. Ganaron cierta relevancia a través de Facebook con la publicación de un single el San Valentín pasado, «Be My Valentine», que cuenta con la colaboración de Dickie Allen, vocalista de Infant Annihilator. Escuchadlo, y si no aguantáis más de diez segundo, pasad a otra cosa… ¡y tan amigos, tú!
Esta banda ha hecho lo que ningún otro grupo de deathcore puede hacer: lograr que me quede sentado sin levantarme mientras veo en YouTube un lyric video (con lo peñazísmo que son) del tema que abre su, hasta el momento, único trabajo, «Talk Shit Get Kissed», que es como la versión de aggro gay del «Talk Shit, Get Shot» de Body Count. Y es que el fuerte más fuerte de estos californianos son las letras. «Show me your dick!!» Las voces son absolutamente monstruosas; cáusticas y ultra guturales, que navegan sobre unas guitarras perversamente malévolas.
Se exploran «temas» similares en canciones con temas tan explícitos como «Pen Island» («I’m gonna dip my balls into a bowl of milk and throw Cornflakes onto my ass»). Parece que Brojob está dando un giro irónico y burlón a la anteriormente mencionada hiper-masculinidad que a menudo impregna esta escena, y el resultado es bastante gracioso, o al menos, lo es las primeras veces que escuchas sus tema y, sobre todo, sigues sus letras. Pasajes del palo “You have the perfect heart-shaped ball-sack and I want you to smash it against my forehead” de su tema “Be My Valentine” probablemente lograrían dibujar una tímida sonrisa en las caras de los metaleros más seriotes y malotes del lugar.
Creo estar en lo ciento cuando me aventuro a afirmar tajantemente que este es el álbum con más bromas sobre pollas y culos por metro cuadrado in the history of ever, así que mi consejo es darle una oportunidad antes de que, de viejo, pase a ser algo penoso y/o patético. Y me parece muy bien que haya álbumes así, la verdad. De hecho, la banda realmente brilla con luz propia en sus pistas “más serias”.
“Save Yourself” presenta algunas voces limpias sorprendentemente buenas a cargo de Connor Reibling, vocalista de la banda de deathcore/djent de Tampa Akeldama, que se elevan entre los berridos y guturales habituales de la escena, justo antes de que un interesante solo de guitarra gane presencia. Es quizá la pista más original de este trabajo, una dirección completamente nueva. La tendencia continúa en «Hate Is A Disease”, con unos sintetizadores algo cargantes, todo sea dicho, todo muy en la onda de los Suicide Silence de The Black Crown (2011).
Una canción con un lugar reservado ahí, muy cerquita de mi corazón, es «Erection Injection», en la que participa Bob Williams, co-propietario de Deathcore Dad Memes; un señor que ni canta ni nada, pero que está bastante metido en este mundillo… y que es coleguita de la banda, hasta el punto de decir explícitamente «If you take your dick and shove it between your balls, it kinda looks like a hamburger.» Nada que objetar, oiga.
El talento musical de Brojob y una impresionante lista de vocalistas invitados, como Andrew Patterson (Doctor Lobotomy’s Robot Bonanza, Cortexiphan) o CJ McMahon (Thy Art Is Murder), por nombrar solo dos, sin duda podrían darles algo más de credibilidad… pero eso no parece ser lo que ellos buscan. Todo el disco tiene un aire festivo, de cachondeo, de dos mozos que quieren divertirse y que no les preocupa que les tomen (demasiado) en serio y, francamente, eso podría ser justo lo que necesita la escena.
No tengo ni idea de qué les depara a Brojob, pero son claramente la banda deathcore más original desde la invención del género. En serio, creo que me alegro de haber descubierto (aunque sea de rebote) a una nueva banda de metal. No sé de dónde han salido estos tipos, y no les auguro una larga y prometedora carrera, así que hincadles ahora el diente (o lo que os venga en gana) antes de que sea demasiado tarde y los chistes sobre pollas peludas y culos en pompa pasen, para siempre, de moda.
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.