Bullet for My Valentine – Bullet for My Valentine

Nuestra Nota


9 / 10

Ficha técnica

Publicado el 5 de noviembre de 2021
Discográfica: Spinefarm Records
 
Componentes:
Matt Tuck – Voz, guitarra
Michael Paget – Guitarra, coros
Jamie Mathias – Bajo, coros
Jason Bowld – Batería, percusión

Temas

1. Parasite (5:40)
2. Knives (4:16)
3. My Reverie (4:42)
4. No Happy Ever After (4:08)
5. Can't Escape the Waves (4:35)
6. Bastards (5:25)
7. Rainbow Veins (4:58)
8. Shatter (5:24)
9. Paralysed (4:11)
10. Death by a Thousand Cuts (4:24)

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Hace unas semanas leía por allí que Matt Tuck afirmaba que “este es el comienzo de Bullet 2.0”. La verdad es que me asusté un poco leyendo tan rotunda afirmación. Pues para mi, los Bullet 2.0 fueron los que la liaron parda con Temper Temper (2013) o incluso con Gravity (2018), los dos puntos más bajos de su carrera.

¿Qué podíamos esperar de unos Bullet 2.0? Pues la verdad es que ni idea. Habitualmente se comenta que cuando una banda escoge un disco para que sea el homónimo, es que han encontrado su estabilidad y que este trabajo es el fiel reflejo de una banda ya evolucionada. Con esta premisa, mi abrazo a Bullet for My Valentine y bajo el eslogan de Bullet 2.0 era de temeridad y esperanza.

Lo que no me esperaba es que los galeses nos regalaran el que quizás sea su mejor y más cohesivo trabajo hasta la fecha. Su dupla de discos debut eran claros ejemplos del metalcore pujante de la época, discos llenos de hitazos pero también lleno de canciones tirando a mediocres. La madurez no se tradujo en mejoría, si bien la banda evolucionaba, no acabada de dar con la fórmula deseada. Seguían innovando y sacando canciones enormes de su chistera, pero ningún disco era plenamente exitoso.

Finalmente ha aterrizado el disco que tanto banda como fans andaban buscando. El disco que consagra al fin a los galeses como una de las bandas más punteras del viejo continente. Siempre he comparado las carreras de Trivium y Bullet, bandas nacidas en el apogeo del metalcore. Ambas formaciones destinadas a evolucionar y romper estilos y subir peldaños hacía la cima del metal moderno. Si Trivium lo logró hace escasos años, hoy ya llega el turno de Bullet for My Valentine.

Entonces, en Bullet for My Valentine encontramos una colección de canciones todas ellas notables y excelentes. Canciones menos apocalípitcas en cuanto a temática, más diversas y bien labradas. Curiosamente también es el disco que suena más cohesivo pese a que, por motivos de pandemia, los cuatro músicos crearon sus partes independientemente y ¡las unieron a distancia!

El disco contiene algunas canciones brutales como la inicial “Parasite” o la siguiente “Knives”, una dupla que forman un arranque realmente abrumador y avasallador. Aquí vemos posiblemente la mejor versión de Matt Tuck con una interpretación vocal violenta realmente increíble. Musicalmente, toda la banda se luce a placer bajo los gruñidos cavernosos de Tuck. Pero quizás mi mayor sorpresa ha recaído en el dinamismo y la potencia de Jason Bowld con la batería. Sublime.

El trabajo melódico de guitarras cobra sentido en canciones como “My Reverie”, una canción más en la onda de los nuevos trabajos con voces más distorsionadas y pausadas y una musicalidad más alternativa. Pero, lejos de estancarse como en pasados discos, la canción evoluciona de una forma sorprendente.

“No Happy Ever After” es también puro , siguiendo la linea de “Parasite”. “Can’t Escape The Waves” se asemeja a las semi baladas de sus inicios al estilo de la increíble “Tears Don’t Fall”, gran acierto ahora y antes. “Bastards” es una canción dura y ecléctica más cercana a los actuales Bring Me The Horizon.

Entramos en la recta final con “Rainbow Veins”, otra sacudida melódica con mucho ritmo e impregnada con una cierta melancolía. Ojo a la sección que viene en su segunda mitad con un estadillo inesperado de berridos y guitarras afiladas. En “Shatter” nos topamos con la versión más hardcore de la banda con unos arranques más propios de los últimos Parkway Drive que de los propios Bullet.

“Paralysed” es pura velocidad y violencia. Con un riff suculento y hasta un solo magistral, “Paralysed” muestra una versión muy intensa de los galeses. Y llegamos la cierre con “Death By A Thousand Cuts” , de estilo parecido a la anterior, ésta también nos sacude con fuerza pero con voces más melódicas. Un gran final para el disco.

Bullet 2.0 superan al fin sus miedos y logran convencer al mundo de su potencial real. Con su disco homónimo se relanzan a la cima del metal moderno, lugar al que estaban predestinados a llegar. Más vale tarde que nunca. A partir de ahora será otro cantar para los galeses. Disco tremendo, sin duda, el mejor de su carrera en todos los aspectos.

Beto Lagarda
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