Es raro poder asistir a un concierto con precios populares, pero más raro es que el grupo cabeza de cartel toque una hora justa. Es que las Burning Witches han hecho este año shows de festival mucho más largos que lo que vimos en Barcelona… Y a pesar de lo corta de la propuesta, podemos decir que el concierto fue todo pasión y entrega. Además de las brujas suizas estaban los mexicanos People As Machines y el gran guitarrista barcelonés Mike Zàgora practicando su metal progresivo instrumental.
Hubo cortina, dejando todo a media sala, pero está bien ver que había fans de las suizas y que había ganas de ver música en directo, pues ya desde el primer grupo que la entrada era bastante buena. Otra cosa son los precios suizos de los discos… 20 euros por un álbum me sigue pareciendo algo exagerado, la verdad. Lo que sí sorprendió especialmente fue el retraso con el que aparecieron las brujas suizas: más de 15 minutos según lo previsto… Pero vayamos al principio:
Mike Zàgora brilla ante público ajeno
Tenía claro el ex estudiante de Berklee que no estaba ante su público y que su metal progresivo podía no ser del agrado de los presentes, pero… menudo regalo si te gusta el estilo… Material instrumental con una banda formada por guitarra, bajo, teclado y batería, todos de impecable técnica y con una clase tremenda. Zàgora ya avisó que esto es lo que había, para luego tocar una precisa y mutable “Passion for the Silver Funky Alien”. Está claro que Vai y Satriani son dos de los héroes de nuestro guitar hero de la ciudad. Hubo trucos de shredder como el ventilador o las luces de la guitarra, pero el peso de todo lo llevaba la solidez de una banda que sonó absolutamente de lujo.
Les van los retos y se marcaron una versión de Dream Theater que nos dejó noqueados: “Erotomania”. Si eres fan de Myung y la tropa, de verdad que eso sonó a gloria, dejando que los músicos realizaran sus solos, especialmente inspirado el de teclado. Finalizó todo con un tema propio en el que jugaban sobre un marcado riff de teclado bañando el escenario con unas luces azules, muy acordes con lo que estaban perpetrando. Destaquemos el gran papel de músicos como Gerard Sala y Pau Marqués, pues más allá de su líder, la lección fue global.
People As Machines aprovechan su momento
Les debemos mucho a estos mexicanos que han sido el motor de la gira y que apuestan fuerte por su directo y presencia en España. Anteriormente ya habían pisado nuestros escenarios con un vocalista masculino, esta vez cuentan con una chica poseedora de una gran voz. Van sobrados de actitud, ya en “Iron Storms”, pero el sonido no fue especialmente el deseado. El doble bombo de su baterista austríaco Eugene quedaba algo maquinal en su canción con aires más power “Run for Your Life”. Es una propuesta muy personal, pero se ganaron unos cuantos fans que les compraron camisetas.
Lanzaron samarras a los presentes y su bajista Uri ejerció de frontman con un argot mexicano que divirtió a la gente a base de temas resultones y potentes como “Faling” y “Voices”, pero servidor siempre le ha gustado especialmente el “Again”. Es como raro cantado por la chica, pero la verdad es que ella estuvo impecable más allá de algún tono puntual. Heavy metal clásico con buenos solos de guitarra. Fueron de menos a más y lo mejor del concierto fue la final “Simple Rebel”, muy coreable y directa. Es un tema que mezcla el rock alternativo con pasajes cercanos a Thin Lizzy, lo cual quedó sumamente original. Venían a hacerse un nombre, y se ganaron a mucha gente a pesar de un sonido mejorable.
Burning Witches reinan en 60 minutos
Toda una Courtney Cox (The Iron Maidens) a la guitarra está de sustituta debido a una baja por maternidad (felicidades), y la verdad es que como concierto fue todo impecable, desde el sonido a la entrega, además de tener ciertos detalles de producción que dieron clase al concierto ya desde “Unleash the Beast”. Entre los presentes hablamos mucho sobre Seraina Telli, pero es innegable que Laura Guldemond ha cubierto la plaza de lideresa de una forma tremenda. El quinteto demostró el por qué son una de las bandas emergentes más consideradas y “Wings of Steel” (enorme tema) así lo atestiguó. Heavy metal clásico y directo con reminiscencias a Doro y Warolck. La gracia de todo es que las canciones funcionan y que ellas van rodadas y suenan atronadoras.
El público respondió a la perfección ante piezas como en la hímnica “We Stand As One” y “Lucid Nightmare”. Empalmaron temas sin apenas parlamentos y subieron el listón a la noche. Me gustó ver que su vocalista llevaba una enorme luna plateada de colgante, un símbolo femenino por antonomasia. Lució la machacona “Evil Witch”, con ese toque hímnico, para luego destacar su última obra en “The Dark Tower”, demostrando unos coros reales. Mucha movilidad y entrega a la vez que pasión en el directo. Una de las más esperadas era “Hexenhammer”, de largo una de las mejores canciones en su haber. Y cuando la cosa estaba en ebullición… terminaron con “World on Fire”, que posee esa entrada con tapping de guitarra. La gente estaba mirando la hora como si fuera eso un partido de futbol.
Salieron a degüello en el primer bis “Burning Witches” con una Lala precisa tras los parches en un tema que suena 100% Warlock. La gente lo daba todo y lo pasaba realmente bien, pero de repente, se despiden y llegan a encender las luces del local. Caras de incomprensión absolutas y la gente largándose, hasta que vuelven a reaparecer para otro bis final: “Dance with the Devil”. Gran trabajo a las guitarras dobladas y derroche de entrega para uno de sus temas más aclamados.
El caso es que terminaron y un poco nos quedamos con cara de póker… Las tres bandas ofrecieron buenos conciertos a pesar de que los estilos eran bastante dispares, pero que un concierto en sala del grupo principal sea más corto que uno de festival me parece incomprensible, por muy bueno que fuera. Destacar la variedad y el buen rollo general en una noche que había mucha oferta de conciertos. Y a pesar de todo, cada disco que sacan las Burning Witches más me convencen de que estamos ante una banda muy especial.