Hoy cumple años un clásico de la vieja escuela del death metal. Cancer son uno de los nombres más importantes de este género del Reino Unido y su segundo álbum, Death Shall Rise, cumple hoy nada menos que 30 años. Fue publicado un año después de su debut To the Gory End (1990) y los dos han quedado como los grandes referentes de la banda, hasta el punto de ocupar la mayor parte de sus directos a pesar de contar con seis discos en total.
La portada es sorprendentemente colorida para un disco de death, pero ese mismo factor la hace atractiva y reconocible a primera vista. En ella vemos una representación de la muerte bastante atípica, con una capa roja y armadura en vez de la siempre presente túnica negra. En total tenemos ocho canciones tremendas con bastantes matices, que repasamos a continuación.
La tralla empieza con «Hung Drawn and Quartered», con un groove que recuerda a Obituary y una batería bastante creativa. El riff puente de antes de las estrofas, con el triple golpe de bombo, es brutal. Con «Tasteless Incest» pegan un acelerón importante a pesar de combinar constantemente partes más lentas. Aquí tenemos un solo excelente que inevitablemente recuerda a los de Chuck Schuldiner, con esas guitarras armonizadas a cuartas. Y es que James Murphy hizo un trabajo muy bueno en los solos de todo el disco, ejecutándolos con buen gusto y elegancia.
«Burning Casket» es un tema salvaje y contundente con muchos cambios de ritmo en la batería. Carl Stokes no mete nada de paja, a la que puede añade variaciones o cambia de ritmo aunque el riff de guitarra y bajo sea el mismo, para aportar dinamismo y hacer que las canciones caminen. En «Death Shall Rise», John Walker relata el alzamiento de los muertos para convertir la tierra en un infierno. Seguramente de los más atractivos del álbum, con un buen repertorio de riffs crujientes.
El único vídeo que encontré de esta época es de la siguiente «Back from the Dead». Salen tocando en un granero mientras una especie de doctor resucita el cadáver de una chica que seguidamente se lo carga sin piedad. Es a la vez cutre y molón, lo podéis ver a la derecha. Este corte tiene un riff principal muy pegadizo y nuevamente un solo espectacular. «Gruesome Tasks» sigue mezclando ritmos más lentos con los dobles bombos sólidos que hemos oído durante el disco. La verdad es que la mayoría de las pistas acaban pareciéndose bastante, pero aún así, la escucha no es difícil por la cantidad de cambios en la música.
En «Corpse Fire» nos dan la sacudida más bestia del disco, que roza el grindcore en las estrofas. Tema corto y muy bestia, genial para encarar el final con «Internal Decay», que es como una continuación de la anterior ya que usa recursos muy similares. Es la más completa del disco y la que tiene más contrastes, convirtiéndola en una de mis favoritas.
Llegamos al final de este Death Shall Rise, un trabajo notable y de obligada escucha para cualquier fan de los primeros años del death metal. A día de hoy, Cancer siguen en activo tras dos separaciones a lo largo de su carrera, y continúan componiendo. En 2018 sacaron Shadow Gripped, su último álbum completo hasta la fecha, con un sonido que hace honor a su época clásica.
Hey, has llegado al final del artículo, ¡gracias!
Me metí en esto del metal a los 14 años, y de concierto en concierto he ido descubriendo las bandas nacionales e internacionales que forman parte de este mundillo. Ahora aporto mi grano de arena a Science of Noise contando lo que pasa en los eventos de la zona y algunas novedades discográficas.
También toco la guitarra y el bajo en algunos grupos de la escena local. Tengo los huevos pelaos de tocar en el Ceferino.