Canciones perfectas: «A Whiter Shade of Pale» de Procol Harum

Las malas lenguas siempre dicen que Procol Harum fueron unos One Hit Wonders y que deben su éxito y fama a una sola canción, pero… ¡menuda canción! “A Whiter Shade of Pale” es una de esas composiciones que el mundo seguirá girando y seguirán sonando y siendo veneradas por lo colosal de la composición. Fue toda una revolución y llevó al mundo del rock hacia lo sinfónico. Y aclaremos algo antes de continuar: en Procol Harum hay una banda impresionante y el resto de su material brilló también, pero sí, nunca al nivel de este tema…

10 millones de copias vendidas y la inmortalidad actual de un tema que se basa en Bach, reposa en una orquesta sinfónica y posee una letra críptica que será inspiración para multitud de grandes obras maestras dotadas de significados abiertos e interpretables. “A Whiter Shade of Pale” es un enigma escrito por Keith Reid y el mismo nombre del tema es algo como un acertijo. Quizá podáis creer que exagero, pero a nivel de letra veo clarísimas influencias a otras obras maestras que hemos tratado en los análisis de canciones perfectas. Y agárrense… porque hablo de “Bohemian Rhapsody” de Queen, “Hotel California” de The Eagles y “Stairway to Heaven” de Led Zeppelin. Casi nada…

Situémonos en 1967 y las mágicas palabras de “We Skipped the Light Fandango”… Ese mágico inicio ha llevado a miles de personas al escucharlo a llorar de emoción con la voz de Gary Brooker. Pero en ese mismo espacio-tiempo coincidió este tema con dos otras composiciones a la altura de la misma. Una fue obra de los Moody Blues: “Nights in White Satin”, y la otra, menos conocida vino desde Grecia: “Spring Winter Summer and Fall” de Aphrodite’s Child. Estas tres canciones acercaron al pop al sinfonismo y, de repente, nuevos horizontes aparecían en el mundo musical.

Y luego entramos en las suposiciones que hacen de esta pieza algo totalmente críptico y bello. Estamos hablando del primer tema del grupo, es todo tan virgen que ni el enorme guitarrista Robin Trower llegó a grabar esta maravilla. Hay la teoría de que el nombre del grupo, Procol Harum, era el nombre del gato de Keith Reid y que el famoso y raro título del tema “A Whiter Shade of Pale” (que en inglés nunca tuvo mucho sentido) es una frase que pronunció el loco productor Guy Stevens en una fiesta.

Guy Stevens era un genial productor, un borracho crónico con tendencias suicidas y entre sus logros está el mítico London Calling de The Clash. Recordemos que en la grabación le lanzaba sillas y mobiliario de oficina a Joe Strummer y lo chicos mientras grababan el disco. Buscaba capturar lo salvaje y las sensaciones más punk. Después de Phil Spector posiblemente el más chiflado productor de la historia fue Guy Stevens, por lo que casa perfectamente que, estando borracho, pronunciara esa frase inconexa pues su acompañante femenina le dio una pálida en medio de la fiesta y decidió retirarse con ella. Recordemos que en España se tradujo el tema como “Con mi blanca palidez”.

Hay solo dos Phil Spectors en el mundo… y yo soy uno de ellos.” (Guy Stevens)

Música y letra

Musicalmente todo se abre con el órgano Hammond de Matthew Fisher y luego ataca Booker con esas míticas palabras y ese “Fandango” que ya despierta a todo el mundo. Es la magia de la cadencia, y esa batería, que cae a plomo, poco pulida y generosa en los redobles. Es un ritmo hipnótico y evocador. Suena todo a canción de amor, con mucha tristeza, pura evocación y sentimientos a flor de piel. Transmite tanto el tema que casi que la letra queda en segundo plano, pero… ¡cuidadito con la letra!

En esos días el heavy metal andaba en pañales y ni Coven habían comparecido por lo que podemos hablar casi de proto-ocultismo con referencias paganas de primera magnitud. Si vamos a lo que nos dice el letrista, es como si nos encontrásemos en una fiesta o una especie de concierto. Hay una primera introducción en la que los protagonistas se saltan el “fandango suave” que toca el grupo al que la gente presente responde fervorosamente.

El concierto va a más con la multitud pidiendo más, sube la temperatura del local y hay esa hipérbole de que el techo salía volando. Parece que es una fiesta que se encuentra en su mejor momento. Se pide otra ronda al camarero y este trae una bandeja repleta de consumiciones. Esta es la introducción, luego llega el nudo de la historia y todo se complica hasta lo esotérico.

“Y luego el molinero conto una historia y su rostro, ya de principio fantasmal (blanco), se tornó más blanco, todavía, al contar una anécdota. No hay información acerca de lo que dijo, la canción no lo cuenta, y la chica, posiblemente la acompañante de Guy Stevens dijo: “no hay razón en ello”. No sabremos si había razón para que contase la historia, si no era el momento adecuado de contar esa historia, o, si le afectó lo que contaba…

Y luego entramos en el terreno hipotético personal y me atrevo a esbozar una teoría, que no es otra que el molinero, pálido, ya de por si de cara, cuenta una anécdota sobre una chica, y, de repente, ve que esa chica de la historia es la que acompaña a Guy Stevens.

Es cuando la chica dice que no hay razón para contar esa historia y el molinero se queda )más) blanco al sorprenderse que ella está allí, y ha metido la gamba hasta el fondo. Sería por eso que la chica le dijo a Guy que quería largarse de allí avergonzada y de eso, y el presente Keith Reid se inspiró para una canción perfecta. Pero es que luego entramos ya en el enigma esotérico sin sentido alguno. Cartas del tarot (¿?), 16 vírgenes vestales y ojos abiertos que podrían haber estado cerrados y ver lo que sucedió… Eso es lo que nos cuenta la letra. ¿Hablaría el molinero de una fiesta pagana en la que la chica fue la protagonista? Nunca lo sabremos…

Se tomó inspiración de una fiesta, se puso la solemnidad de Bach y dudo que en el estado de esa fiesta estuviesen para poder dar detalles de lo ocurrido, pero ese momento marcó a su compositor hasta el punto de crear una pieza maestra como pocas. Un precioso enigma nacido de un momento trivial. Quizá la chica algún día hable, si es que vive aún. Probablemente esto poco o nada tenga que ver con lo que sucedió…

Veredicto

Pocas canciones más perfectas que “A Whiter Shade of Pale” han sido creadas en la historia de la música y me atrevo a decir que aquí se creó el concepto de pop barroco y de las letras crípticas basadas en el esoterismo. Podemos hablar de las infinitas versiones que se hicieron de la misma, pero recordemos también que dicha canción inspiró otro éxito posterior: la célebre “Je t’aime… moi non plus” de Serge Gainsbourg y Brigitte Bardot. Las conexiones son totales.

Pero volviendo a Queen, recordemos que el “Bohemian Rhapsody” incluye la palabra “Fandango” en su célebre letra, y me parece un obvio homenaje a “A Whiter Shade of Pale”. ¿O creen ustedes en las coincidencias? El mundo seguirá girando y esta canción seguirá sonando dando paz, tranquilidad y amor a nuevas generaciones. La sensación de estar en una nube y de que todo en derredor pase a cámara lenta mientras miras al ser amado es lo que realmente transmite esa pieza maestra… Hasta que lees la letra y no entiendes nada de nada. MAGISTRAL.

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1372 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.