Hoy tenemos un día temático para una banda clave para el thrash. El nombre de Annihilator se ha convertido en leyenda viva con una larga trayectoria a sus espaldas. Liderados por Jeff Waters, uno de los rostros que más simpatía genera en el mundo del metal, los canadienses no han parado de sacar material durante los casi 40 años que llevan en activo.
Si hay una canción de Annihilator que tenga que estar en esta sección, es sin duda su composición más conocida: «Alison Hell». Vamos a hablar un poco sobre ella y a analizar qué la hace tan brillante.
La música
Este tema abría el primer trabajo de la banda: Alice in Hell (1989). Para muchos fue el mejor de su carrera, o un cercano segundo para los que prefieren el siguiente Never, Neverland (1990). La verdad es que se trata de un disco impresionante, con pistas destacables como «W.T.Y.D», «Word Salad» o «Human Insecticide». Pero está claro que el momento cumbre llega después de la preciosa intro acústica «Crystal Ann».
El bajo, también grabado por Jeff Waters, empieza la canción con un punteo solemne al que se le van añadiendo guitarras y baterías creando tensión. El riff que resulta después es uno de los más replicados del metal, con muchas bandas usando ese patrón de notas tan icónico. Luego nos llega la primera sacudida con un ritmo más rápido, pero enseguida cambian a un pasaje acústico que introduce la estrofa. Esos cambios constantes que por otra parte se integran tan bien, exploran las diferentes facetas de Annihilator y demuestran su genialidad en cada una de ellas.
La estrofa entra con tremendo groove, un bajo que va haciendo punteos y detalles de guitarra que cambian a cada vuelta del riff. La voz rompedora con un toque teatral de Randy Rampage le queda como anillo al dedo a la música. Por supuesto, el estribillo es el punto álgido, con esos agudos legendarios de Waters. Después de la segunda repetición de estrofa y estribillo llega un puente muy original, con voces agudas que armonizan entre si. Los posteriores solos de guitarra suenan a gloria y desembocan en lo que sería el tercer acto de la canción, con un final que se va acelerando y acaba de forma contundente.
El batería Ray Hartmann sigue con sus golpes las partes de guitarra y se ajusta a los diferentes tempos de la canción con ritmos y acentos interesantes. La coordinación entre los instrumentos es absoluta y la precisión con la que ejecutan cada nota milimétrica.
La letra
La canción nos habla de la locura y la paranoia de una chica joven, des del punto de vista de los demonios que su misma imaginación creaba.
«Alice, isn’t frightening?
Alice, aren’t you scared?
Alice, isn’t is wonderful?
Living life afraid
Don’t look around the corner
I might be lurking there
Under the bed at night
You’re up till dawn again.Alison hell – Your mind begins to fold
Alison hell – Aren’t you growing cold?
Alison hell – You are looking blue
Alison hell – What else can you do?»
Jeff Waters se inspiró con una historia real y escribió la letra junto a John Bates, vocalista original de Annihilator. Según el mismo Waters:
«Se basa en una historia real sobre una niña en Montreal, Canadá, a principios de los años 80.
Básicamente, tenía un trastorno mental y sus padres la encerraban en su habitación porque se despertaba con pesadillas sobre el Hombre del saco y cosas así. Y los padres hicieron esto durante años. La niña era muy pequeña y entró en una especie de colapso mental y tuvo que ser institucionalizada.
Leí eso y por alguna razón, cuando era adolescente, pensaba que la historia molaba mucho. Mirando hacia atrás, obviamente no, pero se convirtió en nuestra canción más conocida.»
Veredicto
Sin duda, un tema imprescindible en la historia del thrash como pocos los hay. Cada recurso que usan está pensado al detalle y las diferentes piezas encajan formando un puzzle musical magnífico. Consiguen todo eso sin dejar de ofrecer un single con sus estrofas y estribillos de rigor, que hacen que sea fácil de recordar, pero a la vez también se te graban en la memoria esas partes especiales que suenan tan solo una vez.
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Me metí en esto del metal a los 14 años, y de concierto en concierto he ido descubriendo las bandas nacionales e internacionales que forman parte de este mundillo. Ahora aporto mi grano de arena a Science of Noise contando lo que pasa en los eventos de la zona y algunas novedades discográficas.
También toco la guitarra y el bajo en algunos grupos de la escena local. Tengo los huevos pelaos de tocar en el Ceferino.