Nunca me ha gustado demasiado el metal progresivo (que sí el prog rock). Sí, una técnica absolutamente fuera de lo común, composiciones que salen del 4×4 habitual, pero cuando el “mira lo que hace” substituye al “mira cómo mola la canción”, mal para mí. Si no se entiende lo que quiero decir, podemos acudir al refranero español y usar aquello de los árboles que no me dejan ver el bosque. Yo quiero el bosque, no los árboles, y normalmente no lo encuentro en el prog (de hecho, aborrezco a los actuales Angra por tirar demasiado de ese estilo, cuando hasta el Temple of Shadows (2004) fueron uno de mis grupos de cabecera). Si a todo eso le sumamos la suficiencia que los amantes del género (y también los del extremo) suelen tener, pues… Y si hay un grupo que encarna todo eso, ese es Dream Theater. Lo es por la calidad instrumental de todos los miembros que han pasado por su formación, por tener una discografía extensa, por tener un line up que casi (casi) ha permanecido junto desde los principios y, porque lo admito, tiene algún tema que quita el hipo.
Como digo, el metal progresivo no es lo mío, pero esta canción me parece mejor que discografías enteras de otros grupos.
Images and Words
Mucho se ha debatido sobre cuál es el mejor disco de los americanos. Normalmente, por lo que leo y escucho, la gente suele votar por Metropolis pt 2: Scenes from a Memory (1999), y aun teniendo grandes temas (las dos baladas son las que me gustan, aquellas en las que se ve el bosque, “Through Her Eyes” y “The Spirit Carries On”), su obra de 1992 Images and Words me parece más completa. “Pull Me Under” (que se llevó todos los elogios que el propio grupo quería poner en nuestra protagonista de hoy), “Take The Time” o la que daría origen al álbum antes mencionado me parecen, globalmente, superiores. Además, creo (y sólo lo creo, pues no estoy demasiado metido en el grupo) que fue el punto de inflexión parar la propia banda, el cohete que les hizo despegar y consiguió llegar a una masa de público más grande, así como ser el álbum pivotal del estilo.
Por si esto no fuese poco, viendo las puntuaciones que algunos medios dan al disco, parecería destinado a ser uno de esos perfectos: 4.5/5 en Allmusic, 9.5/10 en Metalstorm y Revelationz o 5/5 en Sputnikmusic. Casi nada.
«Another Day»
El segundo tema del disco era una de las predestinadas a copar las mejores críticas, cosa que esperaba principalmente el grupo. Finalmente, y por cosas de la vida, fue “Pull Me Under” quien se llevó el gato al agua. Esas cosas de la vida pueden ser, quizá, que “Another Day” es demasiado accesible, incluso comercial, para lo que el grupo y el estilo son. Una balada con algún toque pop, no suele ser demasiado del agrado de las huestes metaleras, aunque sean progresivas. Ni sacarla en single y con videoclip ayudó.
Se grabaron ocho versiones diferentes, cambiando cada vez el final del saxofonista Jay Beckenstein (Spyro Gyra), aunque solamente una vio la luz del día.
Unos cuantos años más tarde, el grupo sacaría una especie de segunda parte llamada “Take Away My Pain” (Falling Into Infinity, de 1997), aunque para mi gusto no llega a la altura de su predecesora.
La música
Power Ballad es una de las etiquetas que más le han colgado, aunque no tengo demasiado claro que sea muy power. Sí, es una balada, una canción lenta, pero va más allá.
El piano e instrumentación inicial, que pronto da paso al solo de Petrucci, es una delicia. El freno para combinar piano, bajo y voz, y poco a poco otra ligera guitarra es sublime, y cuando Portnoy entra con el juego de platos… no puedo negar los árboles.
Ahí encontramos el primer interludio de saxofón, que se irá repitiendo a lo largo del tema y que, para mi gusto, es lo que lo hace tan especial.
Vista, o escuchada en perspectiva, la canción es un in crescendo emocional imposible de negar, y la propia voz de LaBrie (a quien considero un cantante regular) es un buen ejemplo de ello.
El solo principal no es sublime técnicamente. Aquí Petrucci no está en plan masturbamástiles, sin embargo está lleno de sensibilidad y emoción, muy comprensible teniendo en cuenta que es el autor del tema y los motivos que le llevaron a escriborlo.
El final, ese que eligieron entre los ocho, es perfecto. El saxo de Jay realmente imprime emotividad (y accesibilidad, como ya hemos comentado), poniendo ciertos toques jazzeros a un tema de rock con influencias que pueden ir desde Journey a Genesis.
Como batería aficionado que fui, me veo en la obligación de resaltar el trabajo de Portnoy (aunque claro, a é se le tiene que resaltar siempre). La batería, en este tema, está en un segundo plano (igual que el bajo de Myung), pero se ve claramente que Mike toca exactamente lo que quiere tocar. Es simple y compleja a la vez, y dota al tema de ese in crescendo que hemos mencionado.
La letra
Es duro que a uno de tus progenitores le detecten un tumor en el cerebro, lo sé por propia experiencia. Cuando pasa lo único que quieres es aferrarte a todo lo que puedas, gritarle que se quede, que luche, que no se vaya (el egoísmo que sentimos ante la muerte de los que queremos), y eso es precisamente lo que Petrucci escribió. La primera estrofa ya lo deja bien claro:
«Live another day
Climb a little higher
Find another reason to stay
Ashes in your hands
Mercy in your eyes
If you’re searching for a silent sky…»
Todo desemboca en la rabia. La impotencia de lo inevitable hace que le digas a Dios, a la Muerte o a quien sea que se vaya, que te deje en paz a ti y a los tuyos (ojo, “a ti” en primer lugar, ese egoísmo…).
«You won’t find it here
Look another way
You won’t find it here
So die another day.»
El resto de la letra, las dos estrofas que quedan, es un girar en círculos acerca de esa idea: déjame en pez, lárgate ya y pasa de largo. La no aceptación hasta que ese no desaparece. Esa agonía de por favor que no sea ya, que no sea pronto, otro mes, otra semana, otro día… Engañarse a uno mismo, pero sin tener otras opciones.
«The coldness of this words
The message in his silence,
Face the candle to the wind…This distance in my voice
Isn’t leaving you a choice
So if you’re looking for a time to run away…They took pictures of our dreams
Ran to hide behind the stairs
And said maybe when it’s right for you, they’ll fall
But if they don’t come down
Resist the need to pull them in
And throw them away
Better to save the mystery
Than surrender to the secret.»
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios.
Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo.
Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.