Yo soy fan de Extreme desde el inicio de los tiempos. De hecho, tú, quierid@ lector/-a que me lees con pasión, jamás llegarás a ser ni un tercio de fan de lo que soy yo. Todavía recuerdo aquella excursión al carrer Tallers que se saldó con la compra de una camiseta de Pantera y de la camiseta -por la cual ahora te cascan más de 100 € en eBay– del álbum que aquí nos ocupa.
En mi opinión, es la banda que mejor ha sabido mezclar el hard rock y funk, y todo ello aderezado por ese Dios de la Guitarra portugués llamado Nuno Bettencourt. Admito que, si bien afirmo que soy fan de fans, donde realmente me dejé la piel fue en sus dos primeros álbumes. Dos discos llenos de sonidos divertidos y fácilmente digeribles que me dan ganas de escuchar una y otra vez. Compré su III Sides to Every Story (1992), y probablemente como la mayoría de la gente, nunca lo escuché con pasión y detenimiento. Esta continuación de su álbum más grande, Pornagraffitti (1990), tiene y contiene mucho para asimilar. Hay 14 canciones, el CD dura casi 77 minutos y hay declaraciones político-sociales por todas partes. Y por si eso no fuera suficiente, las canciones se dividen en tres caras y/o partes.
Ha sido solo gracias a la (mi) vejez que he aprendido a admirar como se merece a esta joya de la música rock, y muy especialmente su tercera cara, que es la cosa más rematadamente hermosa y bella que jamás haya escrito una banda de rock.
La banda
La música de Extreme nunca ha sido fácil de clasificar, ya que rara vez se limitaba al heavy metal, al hard rock o incluso a la música pop. La banda con sede en Massachusetts se formó en 1985. El guitarrista Nuno Bettencourt ya había tocado en una banda local con el bajista Pat Badger, mientras que el vocalista Gary Cherone lideró su propio grupo junto al batería Paul Geary. Las dos bandas finalmente se fusionaron, y Cherone y Bettencourt formaron una S.A. compositiva que pronto colocaría a Extreme en la cima de las listas del Billboard, aunque solo fuera por un corto período.
Combinando la competencia técnica y el virtuosismo de la guitarra de Bettencourt (mejor guitarrista de hard rock de la historia… fight me!) con una base rítmica funky, la banda publicó un álbum debut homónimo en 1989. Alcanzó el número 80 en las listas de éxitos, una presentación modesta para una nueva banda, y la canción «Play With Me» se utilizó para orquestar la escena de la persecución en el centro comercial de la película Bill & Ted’s Excellent Adventure (1989). Extreme había comenzado a ganarse el respeto en el mundo del heavy metal, pero no fue hasta la llegada de su segundo álbum de estudio, Pornograffitti -particularmente la balada acústica al más puro estilo Everly Brothers «More Than Words»-, que la audiencia se aferró al sonido de la banda. «More Than Words» se convirtió en todo un éxito, llegando incluso al puesto número 1 en la US Billboard Hot 100, mientras que su siguiente single, un tema pop-rock también acústico titulado «Hole Hearted», alcanzó el número 4. A inicios de los 90, Extreme era una de las bandas más populares en el género pop-metal, pero la inminente llegada de la música grunge, sin mencionar los gustos cambiantes de la banda, se combinó para hacer que el reinado de Extreme fuera relativamente efímero.
El tercer álbum de la banda, III Sides to Every Story, fue un esfuerzo ambicioso cuyas ventas (aunque fuertes al principio) no pudieron igualar las de Pornograffitti. Geary dejó la banda poco después para tratar de labrarse una carrera en el negocio de la música, y una nueva versión de la banda (con el ex Annihilator Mike Mangini tras los tambores) regresó en 1995 con Waiting for the Punchline, que tampoco vendió todo lo esperado. En consecuencia, la banda anunció su ruptura al año siguiente. Bettencourt lanzó una carrera en solitario y publicó el álbum Schizophonic en 1997. Posteriormente lanzó dos álbumes adicionales con su banda Mourning Widows. Mientras tanto, Cherone disfrutó de una breve temporada como vocalista de Van Halen. Su único álbum con la banda, Van Halen III de 1998, recibió bastantes malas críticas, de críticos y fans por igual, lo que se tradujo en unas ventas pobres y en la rápida salida de Cherone.
Una colección de 13 pistas titulada An Accidental Collision of Atoms mantuvo vivo el legado de Extreme en el año 2000, y la banda se reunió en 2004 para llevar a cabo una pequeña serie de espectáculos. Los conciertos de reunión continuaron en 2008, y la banda, ahora con el batería Kevin Figueiredo en sus filas, publicó un nuevo álbum, Saudades de Rock. Fue seguido por una larga gira, y en los años siguientes la banda continuó escribiendo material nuevo y girando de vez en cuando, pero entre Bettencourt yendo de gira con Rihanna y el nuevo proyecto de Cherone, Hurtsmile, Extreme se mantuvo un tanto al margen. En 2016, la banda lanzó Pornograffitti Live 25: Metal Meltdown, una presentación de audio/video de su concierto de 2015 en el Hard Rock Casino de Las Vegas.
La época
A veces, el arte verdaderamente grandioso no se aprecia; ya sea cine, literatura o música. El tercer álbum de Extreme III Sides to Every Story se erige como el ejemplo perfecto de algo que, debido a la época en la que vio la luz, pasó prácticamente desapercibido. Y es que estamos ante una auténtica obra maestra (y no, no estoy utilizando esta palabra arbitrariamente). III Sides to Every Story es uno de los mejores álbumes de rock que he escuchado. Aquí encontramos partes iguales a los Beatles, Queen, Led Zeppelin, Aerosmith e incluso a los Red Hot Chili Peppers. Estamos ante un álbum conceptual, muy ambicioso (¿quizá algo demasiado?) que no salió en el momento adecuado.
Si bien el álbum homónimo de Extreme es -bajo mi punto de vista- excepcional, en última instancia, fue solo otro álbum de rock al más puro estilo de los Van Halen de los 80. Donde Extreme demostró su valía fue en su segundo álbum, Pornograffiti, un trabajo bastante más emocionante, mejor escrito y mucho más ambicioso que su debut. El single principal del álbum, la archiconocida «More Than Words», fue una especie de espada de doble filo para la banda. Si bien fue un gran éxito, llegando a convertirse en uno de los mayores singles del año, le dio al público la impresión equivocada de la banda. Mientras que Extreme era una banda ecléctica y rockera, que abarcaba muchos sonidos y estilos, «More Than Words» le dio a la gente la idea de que Extreme era algo como muy… ¿light?
Sin embargo, Extreme estaban lejos de ser light. Su enorme guitarrista Nuno Bettencourt era todo un virtuoso, una promesa, el «nuevo Eddie Van Halen» que podría rivalizar con el Ed original en términos de técnica y musicalidad. El carismático líder Gary Cherone, (una especie de cruce entre Steven Tyler de Aerosmith y Freddie Mercury de Queen), un letrista reflexivo, demostró ser la voz perfecta para el estilo ecléctico de la banda. La batería intensa de Paul Geary y el bajo cargado de funk de Pat Badger conformaban una sección de ritmo emocionante, el colchón perfecto para el estimulante y chirriante trabajo de guitarra de Nuno.
A medida que la banda se puso en marcha para hacer su tercer álbum, hubo un cambio importante en el Universo del Rock con el lanzamiento del Nevermind de Nirvana en 1991. El álbum seminal de los de Cobain cambió todo el panorama de la música popular, alejando la cultura juvenil del rock melódico y/o duro, para adoptar completamente el rock alternativo. De la noche a la banda, bandas que eran extremadamente populares fueron eliminadas instantáneamente y quedaron obsoletas. Lamentablemente, Extreme fue una de esas bandas que se quedaron out durante la era del grunge y el apogeo del rock de principios de los 90.
El álbum
Grabado durante la eclosión del rock alternativo, III Sides to Every Story no fue una respuesta al gusto cambiante del público, sino que no fue más que un paso más en la evolución de Extreme. Mientras que el sonido característico de la banda, una especie de híbrido de Aerosmith, Van Halen y Led Zeppelin con un poco de funk, permanece completamente intacto, este III Sides vino a demostrar que Extreme se re-inventaban a sí mismos, agregando un toque teatral a su ecuación; un toque muy Queen, por así decirlo.
III Sides es progresivo y retro, y tiene pasajes que hacen que te remontes a las décadas de los 80 e incluso de los 70. Tiene ese estilo teatral de lols Queen de la década de los 70, con composiciones de rock progresivo al estilo Rush, heroicos solos de guitarra ochenteros de la época de Van Halen y unas armonías exuberantes, con una producción nítida de los años 90.
Dividido en tres secciones, «Yours», «Mine» y «The Truth», este III Sides to Every Story es un álbum conceptual de un muy alto calibre.
I. «Yours»
La sección «Yours» consiste en canciones de rock duro y guitarrero, y es musicalmente la parte más Van Halen del álbum. Estas canciones hablan de política, se centran en el racismo, la guerra y la paz, y las instituciones.
La apertura vertiginosa de «Warheads», como sugiere el título, trata sobre la guerra y la voluntad de las personas de matar, tal y como el propio Cherone nos dice al iniciar se el tema:
«Hey Kid,
Wanna have some fun?
Choose a side
And, here’s your gun.»
La cínica «Rest in Peace» señala la simplicidad de clichés como «make love, not war» y advierte al oyente de que no se tome a la ligera los asuntos mundiales y las complejas situaciones globales. «Politicalamity» está cargada de funk y ataca directamente a las instituciones gubernamentales; musicalmente es similar a «Lil ‘Jack Horny» de su Pornograffiti. La melódica «Color Me Blind» analiza el racismo, mientras que «Cupid’s Dead» examina los medios de comunicación. Esta primera parte se cierra con «Peacemaker Die», en la que la banda nos explica cómo las personas que intentan marcar la diferencia o luchar por la paz mundial están destinadas a ser asesinadas. El clip del célebre discurso «I Have a Dream» de Martin Luther King, Jr. funciona a las mil maravillas.
II. «Mine»
El álbum se ralentiza considerablemente, pero no por ello es menos fascinante, para cuando llega la sección «Mine», que es la menos orientada a la guitarra, y en la que se introducen más teclados y experimentación. Las canciones se alejan de los temas mundanos y/o políticos, pasando a tocar aspectos más meditativos y autorreflexivos.
El vals de apertura que es «Seven Sundays» (que no cuenta con guitarras, solo teclados) supone un cambio total de ritmo, ya que es una desviación, una ruptura radical con las canciones anteriores del álbum. La destacada «Tragic Comic» cuenta la lucha del protagonista por ser él mismo en una cita. Es un tema muy al estilo de los Beatles, y el solo suena como si el mismo George Harrison hubiera tocado en la pista. «Our Father» analiza las relaciones familiares y los sentimientos de tener un padre ausente, y pregunta si los patrones familiares están destinados a repetirse. «Stop the Word» es una deprimente súplica para no tener que lidiar con la vida, las personas y/o el mundo. «God Isn’t Dead?» actúa como un preludio de «The Truth», ya que Cherone aboga por la confirmación de la existencia de Dios.
III. «The Truth»
La tercera y última parte, y sobre la cual desarrollaremos todo esto a partir de ahora, se divide en tres secciones, bajo el título genérico de «Everything Under the Sun». Las tres seciones llevan por título «Rise N’ Shine», «Am I Ever Gonna Change» y «Who Cares?». Esta sección del álbum puede considerarse rock progresivo en términos de formato y estilo, con alternancias en el compás y complejos arreglos, incluida una gran orquestación. Líricamente hablando, los temas son más religiosos y filosóficos.
La tercera y última parte, «The Truth» es musicalmente la más ambiciosa, con orquestación y es de tema religioso/filosófico. Aunque el tema en «The Truth» podría interpretarse como judeocristiano, abarca temas universales que podrían aplicarse a todas las religiones.
Épica, bella e impresionante, «Rise N’ Shine» ve el amanecer de un nuevo día, el optimismo y la esperanza por la que (creo) que todavía merece la pena lucha. Es, claramente, el amanecer después de la oscuridad representada por «Mine». Una guitarra acústica suave te despierta de un sueño, y Nuno es el primero en interpretar el primer verso de este dúo. Gary sigue en el segundo mientras la orquesta crece por momentos. La música aquí contenida es la que más esperanzadora suena en todo el álbum, una composición brillante y estable magistralmente estructurada.
Una caja de música de la que se desprende un hermosa nana que suena al «Who Cares?» que está por llegar, sirve de apertura a una guitarra acústica que sigue el compás marcado por el marco de la caja de Geary. El tema, interpretado tanto por Cherone como por el propio Bettencourt, se abre de una forma optimista, tratando de arengar a las masas a no desfallecer, no morir en el intento y tratar de brillar, mientras la orquestación empieza a asomarse en el horizonte:
«Dawn wakes the silence of a fainted lullaby
Day breaks the eyelid from a song sung in my eye
Night rests in peace as the sun mourns the sky
And all is accounted for sheep, over a horizon I.»
Por muy jodidas que estén las cosas, por más que la esperanza sea algo que se nos antoja como algo muy lejano, aún hay esperanza, pues la vida hay que celebrarla. Aquí, la orquestación ya está más que presente, y acompañará al resto de instrumentos hasta prácticamente el final en el resto de coros que están por venir:
«Rise, rise ‘n shine
A new day is coming
Rise, rise in time
For every thing’s under the sun.»
A partir de aquí, las referencias a La Biblia pasan a un primerísimo primer plano. El mensaje del Libro de Daniel es que, así como el Dios de Israel salvó a Daniel y a sus amigos de sus enemigos, también salvaría a todo Israel en su actual opresión:
«Dream, Daniel dream
For what’s yet to come
See, Daniel see
For every thing’s under the sun.»
El tema general del Libro de Daniel es la soberanía de Dios sobre la historia. Dios es soberano sobre todos los reyes terrenales. En el primero de sus capítulos presenta la pregunta fundamental que recorre todo el libro, cómo Dios puede continuar trabajando en sus planes cuando todo parece perdido.
La letra luego pasa al Nuevo Testamento parafraseando a Jesús dando la respuesta cuando sus discípulos le preguntaron sobre el fin de los tiempos y sobre cuándo llegaría. No mencionan a Jesús, por supuesto, pero la letra parece bastante clara clara:
«And in the west, a cloud appears
For shadows of a coming shower near
Oh, so near
(Hypocrites)
You analyze the earth and the sky
I ask you why you can’t analyze the signs
Of the present time?»
Un breve interludio presagia la melodía de la tercera parte, pero primero está la segunda. Esta sección fue cortada y utilizada como una canción individual en directo y en demás recopilatorios, y puedes llegar a comprender el porqué, ya que tiene ese eco de la guitarras de Van Halen y un poderoso coro. La orquesta regresa y es extrema, sonando a toda potencia.
La igualmente majestuosa «Am I Ever Gonna Change» pregunta exactamente eso. Si bien Cherone parece frustrado con lo que es como persona, parece resignarse al destino, pero tiene la esperanza de poder seguir adelante:
«Am I ever gonna change
Will I always stay the same
If I say one thing then I do the other
Same old song that goes on forever
Am I ever gonna change
Will I be only one to blame
If I think I’m right, I wind up wrong
It’s a futile fight that’s gone on too long.»
Tras un fragmento en latín llega ese deje, ese solo de guitarra tan Van Halen que mencionaba unas lineas más arriba, para acabar por regresar a los coros. El tema finaliza con un fundido a un piano que acaba por morir en la tercera y última parte del tema.
El cierre llega de la mano de «Who Cares?», la pieza más pesimista del álbum. Primero sin la orquesta, unas voces inaudibles susurran durante un pasaje de piano, para luego regresar la orquestación por todo lo alto. De nuevo, connotaciones bíblicas:
«Tell me, Jesus, are you angry?
One more sheep has just gone astray.»
La voz de Cherone parece apática, pero al mismo tiempo extremadamente frustrada con la inutilidad de la vida, preguntándose «Who cares?» hasta la saciedad, como queriendo decir cuál es el significado de todo esto. Pero tan fuerte como suplica, tal vez a ti que le escuchas, tal vez a Dios, tal vez a sí mismo, sabe que no recibirá respuesta:
«Who cares?
Who cares?
Who cares?
Tell me who cares?
Who cares?»
El canto de Nuno se ejecuta a través de un vocoder que le da un toque artificioso. No es hasta e final del tema que Nuno canta sin artificios de por medio para los coros finales. Las melodías de «Rise N’ Shine» y «Am I Ever Gonna Change» se repiten a medida que la pieza épica finalmente llega a su fin:
«Am I ever gonna change?
Will I always stay the same?
Say one thing, then I do the other
Same old song goes on forever(Who cares? Who cares? Who cares?
Tell me who cares? Who cares?)Rise, rise and shine
A new day is coming, yes, it is.»
Conclusión
No sé si hay o no debate, pero «Everything Under the Sun» es lo más grandioso que Extreme haya grabado jamás. Fue un experimento exitoso, ya que es interesante y atractivo durante todos y cada uno de los casi 22 minutos que dura.
Este III Sides to Every Story de Extreme es muchas cosas. Es épico, ambicioso, reflexivo, impresionante, furioso, hermoso. Este álbum es una verdadera obra maestra que merece la pena ser escuchada. no una, sino millones de veces… en bucle. Si te lo perdiste cuando vio la luz, hazte un favor y escucha este álbum para ver y comprobar por ti mismo lo brillante que es.
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.