Contaba con tan solo 13 años cuando Keeper of the Seven Keys Part I (1987) vio la luz y recuerdo el impacto inmediato que causó en mi entorno familiar. Hasta la fecha, nuestro pequeño mundo musical giraba básicamente entorno a la guitarra, pues por aquél entonces uno de los miembros de mi pequeño clan andaba como loco intentando hacerla sonar a todas horas, y tanto nos daba escuchar a Michael Schenker, Yngwie J. Malmsteen, Purple/Rainbow, Paco de Lucía como Al Di Meola, siempre y cuando ese instrumento tuviera su cuota de protagonismo. Su predecesor Walls of Jericho (1985) ya había hecho aparición por casa dejando la semilla, pero sin acabar de germinar. Imagino que fue algún programa especializado de radio el que nos animó a confiar de nuevo en Helloween y a adquirir este Keeper of the Seven Keys Part I que nos voló la cabeza y nos abrió las puertas a otra dimensión musical desconocida hasta aquel entonces. Ahí estaba esa guitarra, sin duda, y encima por duplicado, además de otros tantos instrumentos a la par en destreza y una voz, que qué decir de ella que no se haya dicho ya. En mi ránking personal Michael Kiske y el Metal God Rob Haldford siempre estarán en eterna lucha por llevarse la primera posición…
Muchas veces me he preguntado cómo es posible que con tan tierna edad Helloween pasara a convertirse en uno de mis grupos de referencia de una manera tan certera. Si el gusto musical se ha de cultivar, ¿qué conduce a un proyecto de adulto a adorar piezas como “Halloween”? ¿Qué tipos de mecanismos se activan dentro de un ser humano para escoger esto sí, esto no, a tan temprana edad, sin apenas un aprendizaje previo? Seguro que habrá mil teorías al respecto, aunque para mi sigue siendo un misterio el porqué Keeper of the Seven Keys Part I me impactó tanto. Como anécdota comentar que estaba tan flipada con este álbum que se vino conmigo de viaje de final de ciclo de la E.G.B. y ¿os imagináis la cara que pusieron mis compis de habitación cuando lo puse? Imborrable, impresionante, impagable y todos los calificativos de sorpresa que os podáis imaginar… (reacción más que previsible teniendo en cuenta que el mainstream de la época eran Hombres G y Duncan Dhu, o Europe y Bon Jovi en el extremo más duro del mismo…).
Pues lo dicho, analizar esta pieza no es un ejercicio en que enfrentarse a un tema que te parece perfecto en la actualidad, no, es que te parece perfecto desde hace 35 años. La mirada no es tan solo la de una persona madura, sino también la de una criatura que empieza a construir su propio universo musical. Retrotraerse a ese tiempo en el que casi todo estaba por descubrir es inevitable e incluso enriquecedor, pues te ayuda a entender tu punto de partida y el largo camino que has recorrido hasta la actualidad, e incluso a cerciorarte de que, si sigues en este planeta de aquí a 35 años más, “Halloween” te seguirá pareciendo una canción perfecta.
La canción
Si el susodicho Keeper of the Seven Keys Part I es considerado la madre del cordero de muchas cosas que vendrían después, “Halloween” es sin duda la guinda del pastel que lo corona. Más de trece minutos de una historia trepidante con diversos capítulos, bañados todos ellos por un aura de misterio que nos conducen a través de la noche de difuntos y los fenómenos paranormales que en nuestro imaginario tendemos a identificar con tal efeméride. “Halloween” juega con nosotros ya que en un principio nos hace creer que estamos ante la estructura clásica de estrofa/estribillo/estrofa/estribillo, pero lo cierto que este esquema inicial es tan solo el aperitivo de todo lo que está por llegar. Hasta cuatro pasajes relativamente identificables vienen a continuación, distintos todos ellos en intensidad, que nos conducen arriba y abajo como si en una montaña rusa estuviéramos. ¿Y quién es el encargado de tender puentes entre tramo y tramo y unirlos de una forma magistral? Pues las guitarras, ¡cómo no! Ya sea en forma de riff atronador, ya sea en forma de solos (cinco, nada más ni nada menos: Kai Hansen en solitario, alternándose con Michael Weikath o ambos al unísono), ahí están acompañándonos en todo este viaje sonoro hacia lo siniestro… Pura genialidad.
Cabe mencionar que el resto del equipo no desmerece en absoluto. Markus Grosskopf y su bajo cabalgante, uniendo sus fuerzas con el malogrado baterista Ingo Schwichtenberg, hacen que la sección rítmica encaje a la perfección con cada uno de los pasajes propuestos. Esto es trabajo en equipo y del bueno. Michael Kiske, quien se estrenaba en la banda, lo bordó. Pasó de ser un desconocido a tener el reconocimiento de la comunidad metalera en un espacio de tiempo récord, forjando una leyenda que le ha acompañado en toda su trayectoria desde entonces.
La letra
¿Describe la letra de “Halloween” tan solo los estereotipos asociados a tal festividad en sí o esconde algo más en su contenido? La clave la podemos encontrar en el estribillo, ya que en él se habla de los poderes desconocidos –the power unknown– que es en realidad lo que parece destacar más en este tema. Sí, el marco en el que sucede es la festividad de Halloween, pero aquí se resaltan sus aspectos más sobrenaturales (espíritus, oscuridad, luces que se aproximan, serpientes que nos tientan…), mostrándolos en formato dual para que hagamos nuestra elección: infierno o paraíso, realidad o sueño, redención o esclavitud…, todo a imagen y semejanza del clásico dilema del TRUCO o TRATO de la noche de difuntos.
Vamos por la primera estrofa, la que nos relata los preparativos de la fiesta de Halloween:
«Masquerade! Masquerade! / ¡Mascarada! ¡Mascarada!
Grab your mask and don’t be late / Coge tu máscara y no llegues tarde
Get out! Get out! / ¡Sal ahí fuera! ¡Sal ahí fuera!
Well disguised / Bien disfrazado
Heat and fever in the air tonight. / Calor y excitación en el aire esta noche.Meet the others at the store / Queda con el resto en la tienda
Knock on other people’s door / Llama a las puertas de otra gente
Trick or treat they have the choice / Truco o trato tienen la elección
Little ghosts are makin’ lotsa noise. / Los pequeños fantasmas están haciendo mucho ruido.»
Entra el estribillo que nos avisa que van a pasar cosas en la noche de Halloween:
«But watch out, beware / Pero atención, estate atento
Listen, take care / Escucha, ten cuidado.In the streets on Halloween / En las calles en Halloween
There’s something going on / Algo está pasando
No way to escape the power unknown / No hay manera de escapar de los poderes desconocidos
In the streets on Halloween / En las calles en Halloween
The spirits will arise / Los espíritus se alzarán
Make your choice, it’s hell or paradise / Decide, infierno o paraíso.Ah! It’s Halloween / ¡Ah! Es Halloween
Ah! It’s Halloween, oh / ¡Ah! Es Halloween, oh
Tonight / Esta noche.»
Echemos un vistazo ahora a la segunda estrofa, imposible de entender sin un poco de conocimientos en el ámbito del cómic. Este tramo relata un capítulo de la seria animada The Peanuts (traducido al español como Snoopy, Rabanitos, Charlie Brown o Carlitos). En este capítulo, el personaje de Linus se desmarcaba del resto de sus amigos; si bien estos iban a celebrar Halloween a la manera tradicional, él prefería esperar en los campos de calabazas a la aparición de “la gran calabaza” que según la tradición prometía traer regalos (como una especie de papá Noel), siendo el hazmerreír de sus compañeros. Otro de la cuadrilla al que tampoco le van bien las cosas es a Charlie Brown, quien sí participa de la celebración al uso pero que en vez de caramelos recibe piedras, a las que se les atribuye mala suerte.
«Someone’s sitting in a field / Alguien está sentado en el campo
Never giving yield / Sin rendirse nunca
Sitting there with gleaming eyes / Está sentado ahí con brillo en sus ojos
Waiting for big pumpkin to arise / Esperando el ascenso de la gran calabaza
Bad luck if you get a stone / Mala suerte si te dan una piedra
Like the good old Charlie Brown / Como le pasó al viejo Charlie Brown
You think Linus could be right / Crees que Linus podría tener razón
The kids will say it’s just a stupid lie. / Los chicos dirán que tan solo es una mentira estúpida.»
Se produce una repetición íntegra del estribillo y tras un potente riff de una de las guitarras al que pronto se le une la otra, pasamos al primer de los tramos diferenciados del esquema básico anterior. Una sucesión de voces susurrantes nos conduce suavemente hasta que se desata la magia:
«Listen now / Escucha ahora
We are calling you / Te estamos llamando
Listen now / Escucha ahora
We are calling you / Te estamos llamando
Listen now / Escucha ahora
We are calling you / Te estamos llamando
Listen tonight / Escucha esta noche
We are calling you / Te estamos llamando
And there is magic in the air / Y hay magia en el aire
Magic in the air / Magia en el aire
Magic in the air. / Magia en el aire.»
Momento que aprovechan para colarnos un solo de guitarra como el que no quiere la cosa para animar un poco el cotarro…
«Magic in the air / Magia en el aire
Ah! On Halloween. / ¡Ah! En Halloween.»
Un nuevo tramo misterioso diferenciado del anterior continua con el relato:
«Black is the night full of fright / Negra es la noche llena de terror
You’ll be missing the day / Te perderás el día
What will be here very soon / Lo que pronto llegará
Changing your way / Cambiando tu camino
A knock at your door / Una llamada a tu puerta
Is it real or is it a dream / Es real o es un sueño
On trembling legs you open the door / Con las piernas temblando abres la puerta
And you scream, on Halloween, on Halloween. / Y gritas, en Halloween, en Halloween.»
Aquí ya se desata la locura instrumental al completo, todos a la vez arropando un solo en el que se alternan las dos guitarras, tras lo cual pasamos al siguiente capítulo de esta historia, en el que se opta más bien por recitar que no cantar (no olvidemos que nos quieren contar una historia y como tal, hay que utilizar recursos distintos para marcar diferencias):
«Darkness / Oscuridad
Where am I now? / ¿Dónde estoy?
Is there anybody out there? / ¿Hay alguien ahí fuera?
What has happened? / ¿Qué ha pasado?
Am I in heaven? / ¿Estoy en el cielo?
Or is it hell? / ¿O es el infierno?
I can see a light comin’ / Puedo ver una luz viniendo
It’s comin’ nearer / Se acerca
It’s shining / Está brillando
It’s shining so bright / Está brillando tan fuerte
It’s shining on me! / ¡Está brillando en mí!»
Enésimo solo a dos guitarras (ya he perdido la cuenta a estas alturas de cuántos llevamos…), interpelándose entre ellas constantemente para a continuación bajar las revoluciones de forma drástica y abordar ya el desenlace:
«I am the one, doom’s in my hands / Soy el elegido, el destino está en mis manos
Now make your choice / Ahora elige
Redeemed or enslaved. / Redención o esclavitud.I’ll show your passion and glory! / ¡Te enseñaré la pasión y la gloria!
He is the snake / Él es la serpiente
I’ll give you power and abundance! / ¡Te daré poder y abundancia!
He’s the corrupter of man. / Él es el corruptor del hombre.Save me from the evil one / Sálvame del maligno
Give me strength to carry on / Dame fuerza para continuar
I will fight for all mankind’s Deliverance and peace of mind / Lucharé por la liberación y la paz mental de toda la humanidad.»
¡Pedazo de solo de guitarras se marcan aquí! La seña de identidad de Helloween por la que la banda es reconocible al instante. El invento por excelencia más bien parido de Kai Hansen. El patrón más venerado de la historia del power metal que incluso él mismo no ha dudado en explotar hasta la saciedad allí por donde ha pasado… Para mí este solo constituye otro capítulo más de esta historia, al que no le hace falta ni voz ni letra para tener entidad propia.
Toca cerrar el círculo definitivamente, por lo que recuperamos el estribillo de nuevo y ya por última vez, y nos recreamos un poco más en la evidencia: ¡es Halloween!
«Ah! It’s Halloween / ¡Ah! Es Halloween
Ah! It’s Halloween / ¡Ah! Es Halloween
Ah! It’s Halloween / ¡Ah! Es Halloween
Ah! It’s Halloween / ¡Ah! Es Halloween
Ah! It’s Halloween. / ¡Ah! Es Halloween.Oh, yeah, it’s Halloween / Oh, sí, es Halloween
Yeah, it’s Halloween / Sí, es Halloween
Yeah, it’s Halloween / Sí, es Halloween
Yeah, it’s Halloween / Sí, es Halloween
Tonight. / Esta noche.»
Veredicto
Menuda genialidad de tema. Si es que lo escuchas las veces que te hagan falta y te sigue arrastrando por las tinieblas… Aquí pusieron toda la carne en el asador y les salió una pieza monumental que aglutina todos y cada uno de los registros que Helloween ha ido desplegando a lo largo de su carrera, ahí juntitos y de una tacada, y todo ello prácticamente al inicio de su carrera en el mundillo metalero. Una brutalidad avanzada a su tiempo. Sin con Walls of Jericho (1985) la banda ya apuntaba maneras, los dos Keepers of the Seven Keys los catapultaron a lo más alto del firmamento. Lástima que el sueño fue fugaz y la magia de estos trabajos se diluyó con la estampida primero de Kai Hansen, para más tarde hacer lo propio Michael Kiske. Muchos de los fans más puristas, entre los que me encuentro, no acabamos de encajar en su día la incorporación de Andi Deris al combo y solo ha sido muchos años después que nos hemos dado cuenta de la gran labor que ejerció manteniendo a flote el proyecto y dándole una segunda vida. Los astros se alinearon finalmente en el 2017 y la esperada reunión con Hansen y Kiske se produjo. Volvieron para sumar y así lo demostraron en su homónimo Helloween (2021).
Y regresando a “Halloween” y enlazando con la idea anterior de la reunión de la banda, ¿se puede escoger canción más perfecta que ésta para arrancar el setlist de la gira Pumpkins United Worls Tour 2017/2018? ¡Menudo temarral para levantar todo un pabellón al instante! Ese oscuro y lento riff de guitarra de inicio caldeando el ambiente es el preludio ideal para que después de un ¡chas! de infarto, caiga el telón que tapa el escenario y aparezca la banda al completo, desatando la locura colectiva. Presente y pasado de la formación unidos rindiendo homenaje al TEMA por excelencia que elevó a la formación de Helloween a la categoría de precursores de todo un género como es el power metal. Ahí es nada.
Y como en el mundo no puede existir la felicidad absoluta, ahí va un último zasca por desgracia asociable a “Halloween”, del que el mismísimo Kai Hansen ha despotricado en alguna ocasión. La abominación de versión reducida que se marcaron para acompañar al vídeo, ¡no tiene perdón! Está llena de tijeretazos sin ton ni son que no responden a ninguna lógica más que a la puramente promocional y que rompen con la esencia de “Halloween”. Las obras de arte… ¡prohibido tocarlas!
Aficionada a la música y los viajes, aunque no sabría decidir en qué orden. Cuando los combino, ¡lo más! Amante de aprender cosas de allá donde vaya, soy un poco la suma de los lugares que he visitado y las experiencias vividas. Daría la vuelta al mundo de concierto en concierto si de mi dependiera, pero las limitaciones terrenales me mantienen aquí y ahora, así que, ¡a sacarle el máximo partido!