Me es complicado categorizar las canciones que pueden/deben entrar en esta categoría. ¿Qué es una canción perfecta? Puede haber tantas definiciones como personas hay en el mundo, así que imaginad. En alguna ocasión ya comenté que no me vale un buen tema, un gran tema, un tema que te haga caer de culo. No para esta sección. En esto de las canciones perfectas yo voy un paso más allá, y digo “voy”, en primera persona, porque es algo muy personal. No me valen temazos inmortales que me la pongan de cemento armado, como podría ser el “Painkiller” de Judas Priest, el “Fear of the Dark” de Iron Maden o el “We’re Not Gonna Take It” de los Twisted Sister, por muy perfectas que sean (que lo son). Para mí, en esta sección, van temas que trascienden lo meramente musical, que tienen un aura especial, aunque quizá no sean ni las mejores del grupo en cuestión (aunque para eso, y como dicen, los colores). Y encontrar canciones así cuesta, mucho. O al menos me cuesta muchísimo.
Si a esa ecuación le sumamos un “quiero rememorar mi juventud y hacer algún tema de power metal», la cosa se complica más. No me valen el “I Want Out” de Helloween, el “Rebellion in Dreamland” de Gamma Ray, como alguien me sugirió, ni “Black Diamond” de Stratovarius, pilar fundamental de otro power más rápido y melódico. Y todas ellas son canciones que te quitan el hipo, que te hacen estallar la cabeza, pero que no tienen esa aura especial. Así he pasado dos o tres meses pensando en qué canciones podrían entrar en esta definicion, y he llegado a la conclusión que solo hay dos que merezcan estar en esta categoría, y ambas son del mismo grupo: “… And then there was Silence” e “Imaginations from the Other Side”, de Blind Guardian. Y como no soy ningún experto en La Ilíada, la elección fue obvia.
El contexto
1995. El power renace con fuerza. Un año antes Helloween se marcaron un triunfal regreso con Master of the Rings (1994), Kai Hansen empieza a petarlo con Gamma Ray y en una HeavyRock, Metal Hammer o una de esas leo la crítica de un grupo llamado Blind Guardian, que por entonces no conocía, que acaban de sacar un disco llamado Imaginations from the Other Side. En la misma revista leo una entrevista a Hansen, en la que le preguntan por los bardos. Dice el tito Kai que le gusta este nuevo lanzamiento, que hasta ahora se dedicaban a hacer lo mismo que las calabazas y que ahora tienen más personalidad. En la crítica de la revista dicen que es el mejor momento de la banda alemana. En principio todo suena a música celestial para un púber enganchado al estilo. Y si encima lo que le va es el rollo medieval y fantástico, la portada hacía que le llamase con fuerza.
Decir, muchos años después, que no acabo de estar de acuerdo con Hansen con eso de que, hasta el Somewhere Far Beyond (1992), hiciesen lo mismo que Helloween. Por supuesto tenían cosas en común, al fin y al cabo ambas eran bandas de power metal, pero a estos les faltaba frescura, buen rollo y alegría, mientras que iban sobrados de agresividad (comparados con aquellos Helloween), crudeza y velocidad.
La música
El primer tema y homónimo del disco recoge las esencias de esa evolución. Define el paso perfecto entre lo que eran (esa crudeza de la que hablaba) y la sinfonía excesiva que tendrían a partir del Nightfall in Middle-Earth (1998), el que para mí fue su último gran, incluso buen, disco.
“Imaginations from the Other Side” son 7:18 minutos de puro misticismo power metaliano. De hecho creo que este tema en concreto se aleja de los cánones del estilo. La intro es misteriosa, cuatro notas y unos golpes en los toms, nada más, pero crea una atmósfera perfecta de niebla en un mundo de fantasía. No, no es lo que hacía Helloween, esto es más misterioso que buenrollista. Y de repente otra intro, esta vez con guitarras potentes y una batería muy bien tocada.
A partir de aquí los pasajes de tempo lento se entremezclan con los cañeros de la misma forma que todas las versiones posibles de la voz de Kürsch (cantante tremendamente infravalorado en este sentido) serpentean en espiral. Decía el libreto del disco que era el primero del grupo en el que no había teclados, y si eso es cierto (que no tengo por qué dudarlo), el trabajo de guitarras lo suple perfectamente. Tenemos una rítmica potente, una solista fuera de serie, armónicos, melodías y pistas fantasmas que le dan ese toque de misterio que, por ejemplo, “Another Holy War”, del mismo disco, no tiene.
Los coros se suman a esa majestuosidad mágica (está bien traído, hablando del grupo que hablamos, no digáis que no) y la no uniformidad de la batería, especialmente en la batalla estrofa – estribillo, la eleva a la enésima potencia. Ahora que lo pienso, creo que el hecho de que el estribillo sea la parte lenta del tema es una de las cosas que más especial la hace. ¿Cuántas canciones power metaleras tienen esta característica?
Me imagino la canción como una niebla que te envuelve, pero no una niebla de peli de miedo (eso lo dejamos para el black y esas cosas raras), una niebla seductora, extraña, mística. Una puerta a una nueva forma de entender un estilo que no se caracteriza, precisamente, por la originalidad, y la mejor carta de presentación de Blind Guardian en su mejor momento.
La letra
El estilo siempre se ha asociado a fantasía y épica. Grupos como nuestro protagonista o Rhapsody (en cualquiera de sus versiones) son puntos a favor de los que defienden esta idea. Sin embargo, yo opino que el estilo habla mucho más de positividad, de superación y de ser lo mejor que uno puede ser. Para ello me anclo en temas como “I’m Alive” de Helloween, “Heaven Can Wait” de Gamma Ray o “Anthem of the World” de Stratovarius, los tres grupos mencionados párrafos más arriba. Si en la ecuación metemos a Sammet y sus Edguy o Avantasia, la cosa coge más peso.
Sí, Blind Guardian es, quizá, el grupo épico fantástico por excelencia. Tienen un disco entero basado en el Silmarillion de Tolkien, otras tantas canciones en obras del mismo autor, y el propio disco, “Imaginations from the Other Side”, está repleto de menciones a las leyendas artúricas o al Ciclo de la Puerta de la Muerte (otro de los básicos de la literatura fantástica). ¿Pero es “Imaginations from the Other Side”, la canción, un tema de fantasía? Hay menciones a Alicia en el País de las Maravillas, a El Señor de los Anillos, El Mago de Oz o Peter Pan, entre otros, pero no se basa en ellos. No, no es un tema fantástico. El ya mencionado Sammet usaría la misma idea, años más tarde, con otras canciones, entre las que destaco “All the Clowns”. Se trata de una letra intimista, aunque pueda sonar raro. Se trata de eso de “qué rollo es crecer”, perder la ilusión, alejarte de los mundos mágicos que conociste de pequeño y que te hicieron imaginar, la palabra clave de la canción.
Where are these silent faces
I took them all
They all went away
Now you’re alone
To turn out every light so deep in me
Hold on, too late
Will I ever see them back again
Or did they all die by my hand.
Crecemos, y bien por biología (y una puta mierda), bien por parecer más guays (va tomando forma) o bien por presiones y expectativas sociales, eso que llaman “lo normal”, nos centramos en la realidad, en el día a día. Yo asocio la idea a Los Hombres Grises de Momo, pero es indiscutible que, a medida que envejecemos, oímos comentarios como “¿a tu edad y estás leyendo La Historia Interminable?” (ejemplo escogido con toda la mala leche del mundo para ilustrar la ignorancia de los serios y maduros). Lo mismo pasa con esta música que tanto amamos.
Stranded in the real world
Left in the world
No place for daydreams
Serious life
I fall into
I fall into a dark hole
And I can’t come out
(…)
I knew the answers
Now they’re lost for me.
Me da que es una canción de un creador para los que crean. En mis ratos libres, aparte de escribir para Science of Noise, escribo novelas que, espero, un día me compréis y me hagáis millonario. Es una canción para mí y los de mi calaña.
So I look into myself
Into the days when I was just a child
Come follow me to wonderland
And see the tale that never ends
Don’t fear the lion nor the witch
I can’t come back
I’m lost but still I know
There is another world.
Al final, ¿qué somos sin nuestros sueños, nuestra creatividad y nuestra imaginación? No quisiera vivir en un mundo gris lluvioso.
Imaginations from the other side
Far out of nowhere
It got back to my mind
Imaginations from the other side
Far out of nowhere
It got back to my mind
Out of the dark
Back to the light
Then I’ll break down
The walls around my heart
Imaginations from the other side.
La opinión del autor
Hoy en día, unos 15 o 20 años después, me cuesta horrores ponerme a escuchar Blind Guardian. No ya los trabajos posteriores al NFIME, que directamente me aburren, sino a sus 6 primeros discos. Eso no quita que les tenga un cariño especial. Me acompañaron muy intensamente durante mi adolescencia tardía y adultez pronta. Durante años fueron el segundo grupo que más había visto en directo, tras Iron Maiden, y tocaban temas que, en aquella época, me flipaban. Pero de entre todos esos trabajos, Imaginations From the Other Side es el que se lleva la palma. Uno de los discos mejor paridos que he escuchado en mi vida (en dura competencia con The Crimson Idol (1992) de W.A.S.P.) con temas inmortales como “Bright Eyes”, “The Script for my Requiem” o el epílogo con “… And the Story Ends”. “Imaginations from the Other Side”, la canción, es la perfecta ejemplificación de lo que en 1995 era Blind Guardian. Son 4 músicos como la copa de un pino en su trabajo más perfecto (sí, ya sé que hay muchos que prefieren el Somewhere Far Beyond (1992) o el Nighfall in Middle-Earth (1998)), el equilibrio perfecto entre la caña de antaño y lo barroco posterior. Imaginations from the Other Side, tanto el disco (que a alguien le caerá como reseña improbable) como la canción son, sencillamente, parte esencial de tanta gente de mi quinta y de un estilo que marcó una época.
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios.
Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo.
Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.