“Una noche llegué a casa y me encontré a Doug. Había estado trabajando en una canción y se había metido grandes dosis de vino Red Mountain. Estaba componiendo eso que él llamaba “In the Garden of Eden”, pero estaba tan borracho que cuando me la empezó a cantar balbuceó “In-A-Gadda-Da-Vida”. Me pareció que sonaba bastante bien y lo escribí tal como me lo dijo, y así se quedó.” (Ron Bushy batería de Iron Butterfly)
Parece que Iron Butterfly han quedado literalmente olvidados, pero algunos/as de nosotros/as les consideramos como los auténticos padres del heavy metal, por varios motivos. El primero es que In-A-Gadda-Da-Vida, el disco, sale en 1968 y que posiblemente estemos ante, no solamente el primer riff netamente heavy metal,sino que también hay alusiones a “lo pesado” para definir su música. Su mismo nombre de “mariposa pesada” ya lo dice todo, es un oxímoron. Pero es que si vamos a la obra anterior a este disco recordemos que llevaba por título Heavy. ¿Por qué a Death les vemos como los padres del death metal o a a Venom como los padres del black metal ya que titularon un disco así y a Iron Butterfly no con el heavy metal? Iron Butterfly cayeron en desgracia, pero quizá el tiempo les termine dando la razón. Es más, hay mucha gente que conoce al tema, pocos al grupo.
“Yo soy muy fan de la música de los 70 y cualquier tema que menciones de esas bandas me encanta. Habrás visto en el documental que Mike Terrana comenta que él y yo hablamos mucho sobre la música de esa época, de Bad Company, Pat Travers… Soy muy fan de la música de los 70, le tengo mucha devoción.” (Jorge Salán)
El disco está bien pero realmente es el tema título el que le da la magia y la trascendencia en una experiencia mística y épica. En 1968 el álbum llegó al número 4 en Estados Unidos y no entró en listas en Inglaterra. En su día llamaron al estilo acid rock caracterizado por los muchos teclados, su cercanía a la psicodelia y con las trazas claras de Cream, The Who o Grateful Dead. El principal problema que se encontraron grupo y discográfica fue el de que como single no daba opción alguna ya que ningún DJ iba a poner un tema de 17 minutos. Se tiró de tijeras y se realizó una versión corta de 4 minutos. Era suficiente para dejar a todo el mundo embobado.
“Este podría ser perfectamente el primer riff de heavy metal jamás escrito.” (Mike LePond de Symphony X)
In-A-Gadda-Da-Vidafue el primer disco de la historia que obtuvo la certificación de platino por vender más de un millón de copias, y eso sucede básicamente por que allí estaba la canción de canciones, la que inspiraría estilos a partir de entonces: “In-A-Gadda-Da-Vida”. Estamos en un momento de cambio en el seno de la banda y entran al grupo Erik Brann a la guitarra y Lee Dorman al bajo pasando de quinteto, como habían sido hasta entonces, a cuarteto. Se asocian a los dos motores de la banda: Doug Ingle (teclista y cantante) y Ron Bushy (batería).
“Recuerdo todavía la primera vez que escuché “In-A-Gadda-Da-Vida” en 1968. Yo tenía 12 años, y estaba en una pequeña fiesta invitado por mi vecino. Cuando esa canción empezó a sonar todos los chicos fueron directamente al tocadiscos y se quedaron allí durante toda la canción, y luego, volvimos a ponerla otra vez. Era muy diferente a todo lo que cualquiera de nosotros había podido escuchar antes.» (Dave Meros de Iron Butterfly y Pattern: Seeking Animals)
La música
Mezclaron el rock duro con texturas de regusto psicodélico. Inicialmente la canción iba a ser una balada, pero las largas horas de carretera y el darle a la cabeza hizo que se les fuera de las manos. Crearon un monstruo de cuatro cabezas. Guitarras zumbantes, órgano místico, duración colosal y constantes solos de cada instrumento, especialmente la batería. Es una bola sónica que avanza, rueda y rueda sin fin por la pendiente arrasando con todo. Es una cohesión sónica total y es algo que nadie había hecho sonar hasta la fecha. Sólo Blue Cheer unos meses antes se anticiparon a este sonido con Vincebus Ereptum. Aunque como ya hemos dicho, el disco se sigue la estela dejada esos formatos de power trio de Jimi Hendrix o Cream.
Todo ello era un homenaje al exceso, un viaje de ácido al más allá. Una de las señas de identidad más evidentes es la introducción mítica de teclado de inspiración clásica. Aquí hay señas evidentes de la Tocata y fuga de Bach. Es un inicio solemne al que le da relevo uno de los más grandes riffs de guitarra de la historia. Es pesado hasta decir basta, y os recuerdo, va dos años antes de que irrumpan en escena Black Sabbath. Tras la intro y el riff entran los versos de la canción que terminarán apartados por un larguísimo devaneo instrumental e hipnótico sin fin. El bajo lleva las riendas marcando el riff y la composición termina como empieza, primero los versos y luego la misma intro clásica de reminiscencias Bach que pone el cierre. La sensación unitaria es total.
“Sí, todavía estoy en Iron Butterfly. Es una banda realmente divertida en la que tocar. Es un gran contraste con cualquier otra cosa que yo haga, y los dos anteriores bajistas originales de los Iron Butterfly eran muy buenos. (Lee Dorman es el bajista en la alineación «clásica», el que grabó “In-A-Gadda-Da-Vida”, y el tipo anterior, Jerry Penrod, también fue un excelente músico). Sus partes son realmente interesantes y hay mucho que hacer con el bajo.” (Dave Meros de Iron Butterfly y Pattern: Seeking Animals)
La letra
La verdad es que puede sorprender la poca letra para tantos minutos, pero con aquello les bastó. El festín de épica bañada en ácido y solos inacabables sobre el repiqueteante bajo de Lee Dorman dieron mucho peso a lo instrumental. Las connotaciones bíblicas en la letra son enormes y la invitación al pecado es abrumadora. A pesar de que en la Biblia es la mujer quien da la manzana del árbol prohibido al hombre por, influencia de la serpiente (el diablo), aquí parece que sea el hombre el que invita a la fémina. No hay alusión alguna al pecado original pero la música es descriptiva. Hay en los muchos pasajes una especie de largo paseo por el Edén para devolvernos al mismo punto de partida. La invitación a dar un paseo por el jardín del Edén (el paraíso) también puede ser vista como una invitación a un viaje de ácido, muy común en la época, o a un encuentro sexual por eso de “¿no sabes que siempre te seré fiel?”. Una especie de promesa vacía para encandilar a un amor fortuito de carretera.
Inglés
«In-A-Gadda-Da-Vida, honey, don’t you know that I love you?
In-A-Gadda-Da-Vida, baby, don’t you know that I’ll always be true?
Oh, won’t you come with me and take my hand?
Oh, won’t you come with me and walk this land?
Please take my hand!»
Castellano
«En el jardín del Edén mi nena, ¿no sabes que te quiero?
En el jardín del Edén mi nena, ¿no sabes que siempre te seré fiel?
¿Oh, no quieres venir conmigo y cogerme de la mano?
¿Oh, no quieres venir conmigo y caminar por esas tierras?
Por favor, coge mi mano.»
“Creo que Iron Butterfly influyó en muchas de las bandas que vinieron después, y no sólo con “In-A-Gadda-Da-Vida”, sino también con otras de sus muchas canciones. Puedes escuchar en ellos los inicios del metal y un pequeño vistazo de lo que luego sería el rock progresivo, aquí y allá”. (Dave Meros de Iron Butterfly y Pattern: Seeking Animals)
El legado de “In-A-Gadda-Da-Vida”
A día de hoy esta canción simboliza también algo largo e inacabable. Ayudó a fomentar esta visión la inclusión de la canción en la popular serie de los Simpson en el episodio que Bart vende su alma a Milhouse. Es un brillante gag en el que el primogénito de los Simpson cambia las partituras en misa y todos los parroquianos terminan cantando Iron Butterfly con la organista pereciendo en el intento y tras entregarse a los 17 minutos de solo. Eran tiempos en los que los guiones de los Simpson bordeaban la perfección y aquí quedaban hilvanadas mil referencias. Un capítulo sobre el demonio en el que Bart vende su alma, la conexión con el rock y el alcohol en exceso en el título del disco, pero a la vez un título original muy bíblico: “En el jardín del Edén”.
“Gran canción y disco, lo tengo desde que tenía 14 años y ese tema es conocidísimo, aparte que dura unos 20 minutos. El bajo, sobre todo, es increíble.» (Antonio Martínez de La voz de la orgía)
La canción ha sido versionada por bandas tan dispares como Slayer (en su versión corta), Blind Guardian y por el hip hopero Nas. Esta disparidad estilística tan evidente deja patente que es una canción que trasciende toda frontera. El riff de guitarra anticipa el heavy metal y el proto metal de grupos como Deep Purple y Uriah Heep en los que el teclado toma un protagonismo total. Incluso las obvias referencias clásicas no le pasaron desapercibidas a Jon Lord. Anticipa también las jams y los sonidos que tanto van a triunfar en los 70.
“Es demasiado larga, ¿no?” (Adam Landmark batería de Dead Lord)
Si miras por la red de redes puedes ver un grupo de versiones tocando en un bar de carretera en el que el dúo que toca acepta todo tipo de peticiones. Un tipo que está almorzando le da por trolearlos y le pide al grupo-dúo que toquen “In-A-Gada-Da-Vida”, con los 17 minutos y todos los solos. Solo el saxofonista conoce el tema, el guitarrista tiene que improvisar, pero el resultado es sorprendentemente maravilloso. Aquí un poco puedes percibir lo que supone tocar esta canción. En 2012 Iron Butterfly tocaron en Barcelona y fue un éxtasis poder ver esta mastodóntica canción a manos de dos de sus creadores.