Canciones perfectas: «Keeper of the Seven Keys» de Helloween

Hacía tiempo que me apetecía escribir una canción perfecta, pero sinceramente, no encontraba el tema. Si alguno me ha leído, debe saber que, para mí, las canciones que van en esta sección deberían trascender la música, ser algo más que “simples canciones buenas”. Por ejemplo, lo explico bien (o eso creo)  en “The Siren of the Woods” o “Epitaph”. Y, no nos engañemos, ni el hard rock ni el power, quizá mis dos estilos predilectos, suelen adentrarse en este tipo de mística, a pesar de aquellas que confirman la regla, como el “Imaginations from the Other Side” de Blind Guardian.

El otro día estaba hablando con el compañero Jordi Tàrrega, a ver si me inspiraba, y por alguna razón que no sé, me dije a mí mismo “hostia, que es que aunque no sirva para elevar tu espiritualidad al centro de tu chakra corona, el “Keeper of the Seven Keys” es el puto “Keeper of the Seven Keys”, la canción que más te gusta de uno de tus grupos de cabecera. Por supuesto que puede, y debe, ir a esa sección”.

Y aquí la tenéis, el puto “Keeper of the Seven Keys”.

La música

Lo tiene todo, absolutamente todo. Todo lo que implica Helloween y (por lo tanto) todo lo que implica el power. Es grandilocuente, épica y poderosa, pero a la vez melódica, suave y acunable.

El inicio acústico, con un Kiske en estado de gracia es inequívoco. Poco a poco nos adentramos en las estrofas, en las que si bien la voz sigue si misma línea, los juegos instrumentales, en especial los rítmicos, van cambiando tempos y rapidez, para formar una maravilla.

El puente instrumental, justo antes del estribillo, es enorme, es una vía para entrar en la magia del título de la canción y cantarla a pleno pulmón, puño en alto.

Esa bajada de velocidad dura poco, pues de nuevo volvemos a las estrofas cambiantes, con un Ingo que hacía muy bien lo que tenía que hacer. Los cambios de ritmo o tempos en los bombos y la caja me parecen sublimes, dándole ese punto que otros temas no tienen. Señores, esto es el puto “Keeper of the Seven Keys”.

Tras el segundo estribillo nos adentramos en el sea of hate y el primer solo de guitarra, seguido de un riffaco y una línea de bajo muy marca de la casa. Qué grande es Markus y qué importante es lo que hace con su instrumento para el sonido de la banda.

A medida que nos adentramos en los otros mares, la cosa va cambiando, desde ritmos más contenidos y machacones a otros más rápidos y poderosos. Y mientras todo esto pasa, el señor Kiske va demostrando que, en lo suyo, es imbatible.

El interludio de los “disease” es puro Helloween, rápido y melódico, para llegar hasta otro puente/solo semi acústico que pone el contrapunto a tanta electricidad. Absolutamente genial. Pero ¿acaba ahí? No. El metal en general puede ser machacón y nos lo demuestran a continuación. El segundo solo llega enseguida, llenando la estancia de esa felicidad y buen rollo que solo las calabazas saben hacer así de bien. De echo, no es un solo, es todo un interludio instrumental que nos sirve de autopista para llegar al gran final, con un Kiske hablando más que cantando, para encarar el estribillo final, esta vez con la letra cambiada dejando claro el triunfo del bien sobre el mal. La última parte, esa en la que la instrumentación va cerrando el tema y la voz sigue a su rollo, es majestuosa, digno final de una ópera clásica de todos los tiempos. El último gemido y la salida acústica, asemejándose al inicio, es de traca y petardos. Un final colosal para una canción colosal.

La letra

El bien contra el mal, sin más. Disfrazado de épica, de mística, de magia y brujería, si queréis, pero el puto “Keeper of the Seven Keys” trata de un tema tan antiguo como el mundo: el bien contra el mal. Lejos de apartarnos de esta idea, Weikath, el autor a quien nunca podré agradecer lo suficiente que se sacara esto de la manga, dijo que se basó en la vida y aura de Jesús de Nazaret para escribirla. No nos debe extrañar, pues Helloween siempre ha estado próximo a esta religión, aún sin caer en ella a modo Stryper, por ejemplo. Una clara señal la encontramos en Better Than Raw (1998) y su “Lavdate Dominum”. Pero veamos qué nos explica el puto «Keeper of the Seven Keys».

«Make the people
Hold each other’s hands
And fill their hearts with truth
You made up your mind
So do as divined.»

Nos pone en contexto. La misión está clara, que la paz y el amor vuelvan a reinar.

«Put on your armour
Ragged after fights
Hold up your sword
You’re leaving the light.

Make yourself ready
For the lords of the dark
They’ll watch your way
So be cautious, quiet and hark.»

Empieza lo bueno. Nuestro héroe, el Keeper, se prepara para la/su guerra, la de liberar el mundo del mal y la tiranía.

«You hear them whispering
In the crowns of the trees
You’re whirling ‘round
But your eyes don’t agree.

Will’o’the wisps
Misguiding your path
You can’t throw a curse
Without takin’ their wrath.»

Su misión ha empezado, y como en toda misión que valga la pena, empiezan a surgir obstáculos. A veces son solo vocecillas en nuestra cabeza que nos dicen que no lo lograremos, y contra las que hay que luchar.

«Watch out for the seas of hatred and sin
Or all us people forget what we’ve been
Our only hope’s your victory
Kill that Satan who won’t let us be–kill!»

Advertimos al héroe, le rogamos, le pedimos que nos ayude, que no nos deje caer en el pozo, que redima nuestros pecados. El paralelismo con Jesús es evidente.

«You’re the Keeper of the Seven Keys
That lock up the seven seas
And the Seer of Visions said before he went blind
Hide them from demons and rescue mankind
Or the world we’re all in will soon be sold
To the throne of the evil payed with Lucifer’s gold.»

Estribillo épico. El oráculo advierte del peligro que corre la humanidad si falla en su misión.

«You can feel cold sweat
Running down your neck
And the dwarfs of falseness
Throw mud at your back.

Guided by spells
Of the old Seer’s hand
You’re suffering pain
Only steel can stand.

Stay well on your way and follow the sign
Fulfull your own promise and do what’s divined
The seven seas are far away
Placed in the valley of dust heat and sway.»

La batalla es dura. El mal acecha siempre listo para atacarnos cuando no estamos atentos. Pero no estamos solos, a pesar del dolor. Tenemos hechizos que nos pueden ayudar en nuestro camino. Sí, a las voces que nos incordian cuando se apaga la luz se les puede (¡y debe!) combatir, a veces con esfuerzo individual, a veces rodeados de buena gente que actúen como magia en nuestra vida.

«You’re the Keeper of the Seven Keys
That lock up the seven seas
And the Seer of Visions said before he went blind
Hide them from demons and rescue mankind
Or the world we’re all in will soon be sold
To the throne of the evil payed with Lucifer’s gold.

Throw the first key into the sea of hate.

Throw the second key into the sea of fear
Throw the third key into the sea of senselessness
And make the people hold each other’s hands
The fourth key belongs into the sea of greed.

And the fifth into the sea of ignorance
Disease, disease, disease my friend
For this whole world’s in devil’s hand
Disease, disease, disease my friend
Throw the key or you may die.»

Lo estamos logrando. Vamos bloqueando esos mares que ahogan a la humanidad. El odio, el miedo y tantas otras. El héroe está cumpliendo con su misión.

«On a mound at the shore of the last sea
He is sitting, fixing your sight
With his high iron voice causing sickness
He is playing you out with delight.

«Man who do you just think you are?
A silly bum with seven stars
Don’t throw the key or you will see
Dimensions cruel as they can be.

Don’t let him suck off your power
Throw the key…!»

Y ahí lo tenemos. El bien contra el mal cara a cara. Fantasmas enfrentados, la luz contra la oscuridad que amenaza con destruirnos si no nos ponemos a su servicio. La batalla final, aunque se libre dentro de cada uno de nosotros…

«An earthquake, squirting fire, bursting ground
Satan’s screaming, and earth swallowing him away!»

El héroe venció. No se dejó engatusar por los engaños de la oscuridad, derrotándola para siempre. ¿Para siempre?

«You’re the Keeper of the Seven Keys
That lock up the seven seas
And the Seer of Visions said before he went blind
Hide them from demons and rescue mankind
Or the world we’re all in will soon be sold
To the throne of the evil payed with Lucifer’s gold.»

La humanidad está salvo. Gracias, héroe, por salvarnos.

Veredicto

ES. EL. PUTO. KEEPER. OF. THE. SEVEN. KEYS. Una de las mejores canciones del metal. No hace falta añadir más.

Xavi Prat
Sobre Xavi Prat 399 Artículos
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios. Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo. Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.