Canciones perfectas: «Out in the Fields» de Gary Moore

Llevo enganchado a este tema desde hace un largo tiempo y no me la podía quitar de la cabeza, así que espero que este escrito me libere de esta impresionante tonada que lo posee todo y más. Puedes verla como lo que es: un himno antibelicista en tiempos oscuros en su Irlanda del Norte, con una colaboración fabulosa junto a su amigo-enemigo Phil Lynott, pero es que el tema, que fue un auténtico hit en 1985 encierra mucho más en las letras, video y en trascendencia. Y, además, y voy a tirar un triple… anticipa el power metalcentroeuropeo, además de todas las influencias folk del mismo.

Gary Moore había fichado por Virgin en su anterior disco Vitims of the Future, por lo que verle en lo alto de las listas ya no era nada extraño. Estaba en su etapa más netamente heavy metal contando con ese gran teclista Neil Carter, pieza clave, y contaba con grandes nombres de la escena colaborando con él.  En el disco que nos ocupa, Run for Cover, canta en dos temas todo un Glenn Hughes y el nivel general de las canciones es extraordinario, pero hay una canción que se lleva la palma, y no es otra que el “Out in the Fields”.

La letra, la música y el video

Hay que empezar necesariamente por la letra porque aquí hay absolutas frases para enmarcar empezando por: “Ninguna bandera ni ningún uniforme han detenido jamás una bala”. Hay aquí un Moore realmente cabreado con los sucesos que ocurrían en la Inglaterra de Margareth Thatcher y en la lucha terrorista del IRA, que en esos tiempos era realmente cruenta. Si lees la letra, desprovista de las imágenes, queda claro que es una canción netamente antibelicista, pero… si ves el videoclip… quizá puedas llegar a adivinar que hay cierta parcialidad en las ideas expresadas, por los múltiples detalles de ropajes y de localizaciones.

Es una canción de riff, abría la cara B del disco y ya en el video aparecen tocando Moore y Lynott, un irlandés de Dublín y un norirlandés de Belfast vistiendo el uniforme de época inglés, ese que era rojo para disimular las manchas de sangre de los heridos. Es un detalle que señala al ejército inglés como invasor o conquistador y las imágenes combinan bellos pasajes con enclaves irlandeses junto al batería Paul Thompson (Roxy Music), también con la casaca roja. Ese riff te atrapa ya desde inicio y hay imágenes de casas destrozadas y de niños lanzando piedras a la pared (irlandeses).

Luego canta Lynott eso de “No importa si estás equivocado o si tienes razón no importa si eres negro o si eres blanco”. Esta frase la canta Lynott, y está buscada especialmente, aparece fumando con los auriculares puestos. Recordemos que Phil moriría no mucho tiempo después, por lo que es uno de los últimos regalos que nos hizo en vida. Luego entra Gary con un guitarrazo y te dice eso de: “Todos los hombres son iguales hasta que la victoria sea una. Ningún color o religión detuvieron jamás la bala de un arma”. Repito que la canción y la aparición del gran Moore es de absoluto cabreo, y luego asaltamos el estribillo:

En el campo, la lucha ha comenzado
En las calles, están cayendo uno por uno
Desde el cielo, mil más morirán cada día
La muerte está a sólo un latido de distancia

Moore canta al hartazgo del conflicto, a lo enquistado y lo hace extensivo a todo conflicto armado, pero un poco azuza a la Thatcher y a su negativa de no querer entrar en diálogo, que lo negó en Irlanda, pero también allende de los mares en otras colonias con situaciones similares. En lo musical el tema parece un absoluto antecesor de lo que es Helloween y Gamma Ray pues allí está la formula, la épica, está el canto a la libertad y a la lucha épica por la paz. Y si te fijas, el “I Want Out” no queda lejos para nada. Y luego sigue la letra del siguiente verso (maravillosa)…

No importa si eres de izquierdas o de derechas
No intentes esconderte detrás de la causa por la que luchas
No habrá prisioneros tomados cuando termine el día
Ninguna bandera, ningún uniforme detuvo jamás una bala de un arma

En el campo, la lucha ha comenzado
En las calles, están cayendo uno por uno
Desde el cielo, mil más morirán cada día
La muerte está a sólo un latido de distancia

De la religión y el uniforme pasamos a derechas e izquierdas y nos vuelve a hablar del fanatismo antes de volver a la frase clave, aunque toca resaltar la que termina el estribillo: “la muerte está sólo a un latido de distancia”. La frase de “Out in the Fields” es como si dijéramos que “el ejército se ha desplegado/posicionado”, como si se preparara para el ataque, más allá de afuera en los campos. Podría servir en territorio urbano. Luego pasamos a la antesala del solo de guitarra, que curiosamente Kai Hansen hacía eso justo, pero en la salida del solo.

No hay comunicación
Nadie a quien echar la culpa
Los gritos de cada nación
Están volviendo a caer en oídos sordos

Y en este interludio aparecen en el video imágenes de familias y niños irlandeses, subraya que no hay comunicación (no hay diálogo) y alude al grito de las naciones. Lo hace en plural, pero por el video quedaría como claro que nos referimos a la isla esmeralda (aunque es obviamente mi visión e interpretación). Luego llega un solazo espectacular grabado en una cámara tomada desde el mástil. Posiblemente dentro de la historia del videoclip esto ya se había hecho, pero te permite ver destreza y velocidad de un solo melódico, rapidísimo y hasta coreable.

Después del solo despoja de casi todos los instrumentos el estribillo y queda marcado por la voz, la batería de Paul Thompson y los teclados de un Carter que tienen esa onda folk irlandés de la que beberán directamente grupos como Nightwish más de una década más tarde. Incluyen una voz casi en off narrando para dar más solemnidad al momento mientras ves a Moore andando por las calles de Belfast. Y luego entran todos a cantar con imágenes en solitario, pero la mejor es la de ver a ambos colosos cantando a la vez en el estudio. Y en este último tramo los arreglos de teclado asaltan la primera línea y termina todo con el lanzamiento de la piedra del niño del principio, sólo que esta vez queda una taca de pintura roja aludiendo a la sangre, y quizá, a los uniformes rojos del ejército inglés de época. Genial.

Veredicto

Hay veces que al trabajar en una canción te vas a otra y tienes esas revelaciones. Reencontrarme con el “Out in the Fields” era cuestión de tiempo pues siempre fue una de mis canciones favoritas de Gary Moore, lo que no esperaba es que hubiese tanta historia y de que pudiera llegarla a conectar con el power metal. Si te paras a pensar, lo de Gary Moore es absolutamente increíble, sólo a la altura de Blackmore. Un músico que triunfa en Thin Lizzy, que se pasa al heavy metal, que crea escuela en el hard rock y que luego es leyenda absoluta del blues. Y ya no es que tocase como un genio, es que cantaba como un Dios.

El hacer tantas cosas le hacía sentirse algo inseguro, pues nunca llegó a pensar que cantaba bien, como productor se tenía como algo torpe (aquí es Peter Collins quien la produce). Yo lo único que le achacaría son dos cosas: que grabase discos con baterías de estudio y que muriera justo cuando estaba volviendo a tocar su etapa heavy metal. Luego digamos que la figura de Neil Carter era apasionante, pues en directo tocaba la guitarra, los teclados e incluso cantaba. Siempre se juntó con los mejores y ya tardan en meter en Dublín una estatua junto a la de Phil Lynott.

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1372 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.