Tod@s ya conocemos el legado musical indeleble de los Beastie Boys. Son miembros del Rock & Roll Hall of Fame desde el año 2012. Asimismo, son el grupo de hip-hop que más ha vendido de todos los tiempos y desempeñaron un papel vital e insustituible en ayudar a que el género llegara a las masas. Pero los Beasties también tuvieron un impacto igualmente innegable, aunque a menudo pasado por alto, en el mundo de la moda. Podemos afirmar, sin miedo a errar, que marcaron tendencia allá dónde iban.
A lo largo de sus 30 años de historia como banda, evolucionaron del hardcore punk al hip-hop, de una estética skater a actuar enfundados en trajes de esos que te pones una o dos veces en la vida cuando tienes la desgracia de ser invitado a una boda. Ellos, Michael «Mike D» Diamond, Adam «Ad-Rock» Horovitz y Adam «MCA» Yauch, alteraron la dirección de la música popular y vivieron para contarlo.
«No hay una medida adecuada del impacto que tuvieron los Beastie Boys en la música rap.» (Chuck D de Public Enemy)
La banda
Como ya os adelantaba unas líneas más arriba, los Beastie Boys alteraron la dirección de la música popular en varias ocasiones y vivieron para contarlo. Su álbum debut de 1986, Licensed to III, fue el primer álbum de hip-hop en alcanzar el número uno en las listas, e hizo por la masificación del hip-hop más que cualquier otra grabación del género. Paul’s Boutique (1989) generalmente se considera el pináculo de la era dorada del hip-hop, y es considerado como uno de los mejores álbumes de rap jamás grabados, aunque sus mismísimos protagonistas lo pongan en tela de juicio. Su tercer álbum, Check Your Head (1992), solidificó una sólida tregua entre los mundos del hip-hop y el rock alternativo, creando una especie de coalición mundial que se extendería en el tiempo, llegando hasta el día de hoy.
Pero sus logros no se acaban ahí, a inicios de los 90. Los Beastie Boys no solo siguieron pariendo éxitos y manteniendo su estatus de super estrellas, sino que también se convirtieron en pioneros a la hora de realizar videos musicales y se metieron de lleno, especialmente Yauch, en el ámbito del activismo social. En 2011, 25 años después de su debut -patrocinado, por cierto, por la marca de cerveza Budweiser-, su último disco de estudio, Hot Sauce Committee Part Two (2011), entró directamente al número dos del Billboard y apareció en las listas de los mejores álbumes del año. Como suele decirse, «el que tuvo, retuvo.»
A mediados de los 80, la mera idea de que los Beastie Boys acabaran en el Rock & Roll Hall of Fame habría sido absurda… no, lo siguiente. Cabe recordar que en sus inicios, tal y como tan brillantemente narran los propios Mike D y Ad-Rock en su reciente y magistral documental Beastie Boys Story (2020), ellos no eran más que unos capullos adolescentes e insolentes blanquitos de la ciudad de Nueva York, pero fueron lo suficientemente inteligentes como para encontrar el «fallo en el sistema» que les condujo hasta la mismísima de MTV, que se rindió a sus pies.
Pero la verdad es que Diamond, Horovitz y Yauch eran bastante más que todo aquello, y el hecho de ser hijos de Brooklyn les ayudó de sobremanera, pues la creciente escena underground de la ciudad de Nueva York, tan bien representada por dos puntales como el CBGB y el Roxy, estaba on fire. Cuando los estudiantes de secundaria (inicialmente Diamond, Yauch, John Berry y la futura batería de Luscious Jackson Kate Schellenbach) decidieron montar una banda «en plan broma», según el propio Yauch, pensaron en adoptar «el nombre más estúpido» que les viniera a la mente: Beastie Boys. La palabra «Beastie» es el retroacrónimo de Boys Entering Anarchic States Towards Internal Excellence (Chicos entrando en estados Anárquicos hacia la excelencia interna).
Después de lanzar el EP Polly Wog Stew en 1982, que de rap no tenía nada, pues es toda una bofetada hardcore punk, comenzaron a experimentar con el hip-hop. Y aquí es donde hace acto de aparición «Cooky Puss», el single debut de los Beastie Boys. El título y la letra de la canción son referencias satíricas al helado Cookie Puss, un pastel de helado creado por Carvel en la década de los 70. La canción se inspiró en una serie de bromas telefónicas que los miembros de la banda hicieron directamente llamando a las oficinas de ls empresa Carvel, en las que solicitaban en broma hablar con Cookie Puss. Es su primera grabación hip-hop, su primer lanzamiento ya con Horovitz en sus filas y su último lanzamiento con Schellenbach tras la batería. Visto el éxito que estaban logrando, no es de extrañar que los tipos del recién nacido sello Def Jam Records se fijara en ellos.
«Eran reales. No eran el típico grupo de blancos fingiendo simplemente estar deprimidos.» (Darryl Matthews McDaniels «DMC» de Run-DMC)
El nuevo manager Russell Simmons del trío se los llevó de gira para abrir para la mismísima Madonna, quien lo estaba petando de lo lindo con su Like a Virgin (1984). Su vocabulario soez sobre el escenario, acompañado de continuos agarres de genitales, horrorizaron a los jóvenes aspirantes a Madonna entre la multitud, si bien la propia artista pensaba que «eran unos chicos adorables».
Mientras tanto, durante furtivas visitas al estudio de grabación, empezaron a grabar algunos temas que acabarían por incluirse en su primer larga duración Licensed to Ill (1986). Temas como «Hold It, Now Hit It» y «Slow and Low» comenzaban a ser radiadas en las principales emisoras de hip-hop. El LP se convirtió en todo un fenómeno y vendió rápidamente cuatro millones de copias. El (ahora) prestigioso productor musical Rick Rubin, uno de los socios fundadores de Def Jam Records, vio en ellos un filón y no dejó pasar la oportunidad. Por aquél entonces, Rubin hacía poco que se había dejado seducir por la escena hip-hop neoyorquina. Artistas de la talla de LL Cool J, Public Enemy, Geto Boys y Run-DMC pasaron por sus manos.
De ellos se decía que estaban paseando peligrosamente por la delgada línea que separaba la genialidad de la estupidez. La banda acababa de parir una auténtica obra maestra, en gran parte gracias al éxito cosechado con un hit tan enormemente irresistible como idiota «(You Gotta) Fight for Your Right (to Party)». El tema, el cuarto single extraído del álbum, resonó por las emisoras de medio planeta durante todo el año 1987. La banda, años más tarde, se disculparía por la canción, diciendo que era una tontería y que apestaba.
La gira de presentación de Licensed to Ill, que incluía con una barra completa instalada en la mesa de mezclas de DJ Hurricane, chicas retorciéndose en jaulas y un falo hidráulico de 30 pies, eran lo más… pero el cachondeo dejó de tener gracia con el paso de los meses. Las presiones de tratar de estar a la altura de los personajes que subían cada noche al escenario, y el hecho de estar tantos meses de gira alejados de casa, acabaron por romper a los Beastie Boys en 1988. Pero después de mudarse a Los Ángeles y reagruparse bajo el auspicio de unos nuevos productores, los Dust Brothers, el trío se hizo con un casoplón en las Hollywood Hills y comenzó a escribir rimas nuevamente. El resultado final fue el épico Paul’s Boutique (1989). La letras eran densas e hilarantes, y la música, simplemente impresionante. Todo un mosaico de capas y más capas de ritmos y samplers.
Pero Paul’s Boutique resultó ser algo complejo para aquellos adolescentes que se enamoraron de las emociones más llanas y simples de Licensed to III, y el álbum ni siquiera alcanzó el Top Ten. Pero lejos de culparse por ello, la banda lo vio como una bendición, como un movimiento profesional perfecto, que les permitió deshacerse de sus expectativas de llegar a las masas y profundizar más en un público, por así decirlo más «bohemio». Fue algo así como una evolución más natural y menos forzada.
Trasladaron su centro de operaciones a su propio estudio en Los Ángeles, con rampa de skate y pista de baloncesto incluidas, y desempolvaron los instrumentos que habían guardado cuando dejaron atrás el punk. Los holandeses Urban Dance Squad fueron, en parte, culpables de que decidieran enfundarse sus instrumentos de nuevo. Nace así Check Your Head (1992), una mezcla perfecta de punk, funk y rap que resultó ser todo un acierto y les sirvió como modelo para el resto de grabaciones que harían durante el resto de la década: Ill Communication (1994) y Hello Nasty (1998).
El álbum
Los Beastie Boys estaban en lo más alto de la ola en 1992, aunque muchas personas no lo sabían o no quisieron enterarse. Después del lanzamiento de Licensed to Ill en 1986, el grupo dejó atrás el pop e hizo un acercamiento al hip-hop con Paul’s Boutique (1989). Según los estándares de la industria, fue un estrepitoso fracaso comparado con el éxito que obtuvo su debut, pero los críticos de hip-hop descartaron de ellos que eran tres chicos blancos tratando de sacar provecho, y que se trataba de un buen trabajo:
«Paul’s Boutique es un álbum serio construido sobre una compleja trama de capas de samplers y de rimas muy bien elaboradas.» (Mojo Magazine)
Hasta el día de hoy sigue siendo un clásico de culto, ignorado por aquellos que solo querían hip-hop mezclado con guitarras rock, pero aclamado por aquellos que lo vieron como la evolución de los Beastie Boys del punk al rap.
Firmemente instalados en su nuevo sello (Grand Royal) y a pesar de las ventas modestas, el trío parecía haber encontrado la salida perfecta para continuar prosperando y creciendo sin la presión de producir un Top Ten cada vez que se metían en el estudio. Lo sorprendente de Check Your Head es el hecho de que sí entraron en las listas, a pesar de que continuaron evolucionando lejos -eso sí- del exitazo de cuando militaban en Def Jam Records. «So What’Cha Want» demostró ser una de las canciones más hímnicas del año, con un ritmo literalmente monstruoso que golpeó el oído del oyente pidiendo su atención. El éxito logrado hizo que los efectos vocales distorsionados de Mike D, Ad-Rock y MCA creara escuela y empezaron a proliferar raperos que trataban de sonar como ellos. Sin embargo, lo que más sorprendió a la gente fue que el sonido tan rockero del álbum rockero fuera tocado e interpretado por los mismos Beasties, quienes a inicios de los 80 se educaron y crecieron en la cultura del hardcore punk, con un MCA al bajo, Mike D a la batería y Ad-Rock golpeando el cuerdas de la guitarra. «So What’Cha Want» fue una de esas canciones que no te podías sacar de la cabeza una vez la escuchabas, e incluso casi tres décadas después es una canción que parece que nunca pasa de moda. Una línea de la canción lo resume mucho mejor que yo:
«Más dulce que un pastel de cerezas relleno de Reddi-Whip.»
Lo que es aún más notable sobre Check Your Head es la sorprendente falta de rap que uno encuentra en él, a pesar de que el primer single que vio la luz, «Pass the Mic», sí que chorrera hip-hop por todos sus poros. Por cierto, a modo de anécdota, decir que este álbum se publicó ocho meses antes de que Dr. Dre publicara su célebre The Chronic (1992), y «Pass the Mic» incluye una línea de bajo que el mismo Dr. Dre y Snoop Dogg hicieron famosa en la canción «A Nigga Witta Gun». Dos artistas tan diferentes, con públicos tan diferentes, utilizando la misma línea de bajo en un mismo año. Como decía, los Beasties hicieron un uso moderado del rap durante todo el álbum, y se salieron con la suya. En cambio, Check Your Head nos descubrió que los raperos exploraban sus ambiciones musicales y llevaban a los fans de su ecléctico Paul’s Boutique a dar un paseo para descubrir nuevas brisas musicales. Le dieron a la cosa un toque muy sutil de funk, como uno puede percibir en canciones como «Groove Holmes» e «In 3’s», sin escupir una sola sílaba. «Funky Boss» es sórdida y astutamente seductora, y apenas contiene rap. «Lighten Up» es casi tribal en su enfoque, presentando a Arturo Oliva y Shakeree Juanito Vázquez proporcionando algo de percusión al asunto. «Time for Livin'», versión de la banda neoyorquina de hardcore de principios de los 80 Frontline, es un claro y alentador regreso a sus orígenes punk. Es una buena pieza, pero las voces suenan algo confusas, como demasiado sumergidas en la mezcla final. «Pow» es quizás la pieza definitiva, ya que el trío y Money Mark (teclados) se vuelven literalmente locos en el estudio, acompañados de una fastuosa batería y de una guitarra de lo más dulce. Sin previo aviso, ralentizan el asunto para que luego dejan que la música lentamente se derrita en la nada. Claramente, las únicas reglas con las que jugaban los Beastie Boys eran las suyas.
Cuando uno analiza Check Your Head en el contexto de la carrera de la banda, y en comparación con otros grupos de rap de la época, los resultados son, a su vez, completamente sorprendentes y completamente divergentes. Paul’s Boutique fue un álbum de liberación para los Beastie Boys, liberándolos de la trampa engañosa de hacer éxitos pop rap que hubieran sido cada vez menos interesantes. Por otro lado, Check Your Head les vio alejándose aún más del rap que su lanzamiento anterior, cultivando una audiencia que incluía desde fans de Black Sabbath hasta ZZ Top o James Brown, y aún así tratando de mantener a los amantes del hip-hop contentos. Fue una audaz declaración de intenciones, especialmente en un momento en que el hip-hop se estaba moviendo hacia una era más dura -el famoso gangsta-, pero lo lograron con toneladas de estilo y buen hacer.
De toda la discografía de los de Brooklyn, este es su álbum que mejor ha envejecido, y con el paso de los años uno puede ubicarlo en el privilegiado lugar que se merece, tanto en su propio catálogo como en la historia de la música. Es toda una jam. Aquí hay rap, funk y rock, todo en uno, uniendo las brechas entre todos los estilos y logrando que la cosa suene a las mil maravillas.
El tema
No sé para el fan medio de la banda, pero para mí «What’Cha Want» es su mejor canción… bueno, junto con «Sabotage»… y «Sure Shot»… y «Johnny Ryall»… y «Brass Monkey»… y «Super Disco Breakin'», però això avui no toca.
Es el segundo single extraído del álbum, tras «Pass the Mic». Lanzado el 2 de junio de 1992, la canción contiene extractos del tema «Just Rhymin’ with Biz» de la colaboración de los raperos Big Daddy Kane y Biz Markie, y de «I’ve Been Watching You» de Southside Movement, banda de soul y funk de Chicago.
La canción se abre con el Wurlitzer de Money Mark, y a partir de ahí nuestro trío de protagonista se reparten la parte lírica, de forma coherente, como suele ser costumbre en ellos. El marcado y repetitivo ritmo del bajo de Yauch, siguiendo las línea marcada por el tema de Southside Movement, hace que la canción avance de manera sostenible y equilibrada. La guitarra de Ad-Rock se mantiene oculta justo hasta el puente que precede a los estribillos. Esta misma estructura se repite hasta en cuatro ocasiones, hasta completar los escasos tres minutos y medio que dura la canción. Los scratches de DJ Hurricane hacen acto de presencia justo después de la segunda estrofa, y a partir del tercer verso los teclados pasan a tener algo más de protagonismo, repitiendo el mismo patrón inicial.
No sería de recibo hablar solo de la música, pues los neoyorquinos también fueron pioneros en el noble arte de realizar videoclips, especialmente el ya desaparecido Adam Yauch, quien dejó una gran huella. hay quien dijo una vez que los Beastie Boys fueron para MTV lo que Led Zeppelin fue para la radio FM: cada uno desempeñó un papel fundamental en el éxito de los demás y al mismo tiempo redefinió la forma en que los fans absorbían la música.
Fue en lo alto de aquella casa ubicada en las colinas de Hollywood donde el trío decidió que pasaría a encargarse de la elaboración de sus propios videoclipsNo podías quitarle los ojos de encima. El video clip de «So What’Cha Want» es peculiar y convincente, como ellos. Dirigido por el alter ego de Adam Yauch, Nathanial Hörnblowér, da la sensación de estar rodado en cámara lenta en todo momento, aunque sus labios están perfectamente sincronizando son la letra. Uno de los primeros artistas en filmar en doble tiempo, que así es como se llama esta técnica, un truco que muchos usarían en los años 90. El efecto como si se tratara del negativo de una fotografía también fue cortesía de Yauch.
«Adam fue un gran director y tenía un gran sentido visual y también le gustaba mezclarlo.» (Van Toffler, presidente de Viacom Media Networks Music)
Para ellos, las reglas se hicieron para ser rotas. Es algo así como su estilo musical: todos eran grandes músicos pero querían seguir la ruta del hip-hop en lugar de la del pop o el rock. Esa fue la misma forma en que abordaron la realización de videoclips.
La letra
La canción gira entorno a lo mal que acabaron con Def Jam Records y con uno de sus co-fundadores Russell Simmons, que les debía pasta. También es una puñalada bastante subliminal a 3rd Bass, grupo de hip-hop que saltó a la fama a fines de la década de los 80 y principios de la década de los 90, y que destacó por ser uno de los primeros grupos exitosos de hip-hop interracial. Por lo visto, MC Serch, uno de los miembros del trío, había tratado (sin éxito) de unirse a los Beastie Boys. Al firmar con Def Jam Records, 3rd Bass heredó también la enemistad de su sello con los Beasties. Su primer LP, The Cactus Album (1989), fue lanzado poco después de que los Beastie Boys abandonaran el sello. Además de atacar a otros artistas como M.C. Hammer, en el álbum también atacaban abiertamente a los Beastie Boys por su traición al fichar por Capitol Records. Para ejemplo, un botón. En su canción «Sons of 3rd Bass», incluida en su álbum debut, dicen con toda claridad: «Swarm to the lyrics cause / Search is your father / Screaming «Hey Ladies,» why bother?» Esa línea es solo el inicio del tema; la canción continúa así:
«Sons, slim ones flee from the 3rd
Words, spoken, a silver spoon stuck in the throat
Young useless, lyrically careless
Rhyme revolves around modes of mindless
If everyone spoke of stick-up, it’s pick of a Beast’
prone to a lick of a waste
Taste the flav’ of the original
Orphaned trio, abandoned by lyrical
Through us, the echelon exposed with the roll with no soul
Counterfeit style, born sworn and sold
out with high voice distorted
If a Beast’ to wish play fetus, I’d have him ABORTED!»
Al principio, la guerra dialéctica parecía completamente unilateral, y solo 3rd Bass se encargaban de propinar golpes líricos. Tras el lanzamiento de Paul’s Boutique, los medios de comunicación parecían haber escogido a 3rd Bass como claros ganadores. Muy rápidamente, 3rd Bass pasaron a ser tan queridos tan querido que MC Search, uno de sus componentes, fue incluso fichado por la MTV para uno de sus programas. Sin embargo, los Beastie Boys tuvieron la última palabra y propinaron el último golpe, el ganador. Gracias al éxito comercial de Check Your Head, volvieron a la cima y no desperdiciaron la oportunidad de burlarse de las habilidades para el baile de 3rd Bass. Escuchad atentamente la canción «Professor Booty»:
«I’m bad ass move your fat ass ‘cause you’re wack son
Dancin’ around like you think you’re Janet Jackson
Thought you could walk on me to get some ground to walk on
I’ll pull the rug out under your ass as I talk on
I’ll take you out like a sniper on a roof
Like an MC at the Fever in the DJ booth
With your headphones strapped you’re rockin’ rewind pause
Tryin’ to figure out what you can do to go for yours
But like the pencil to the paper I got more to come
One after another you can all get some
So you better take your time and meditate on your rhyme.»
Pues bien, volviendo a «So Wat’Cha Want», la canción trata sobre decirle a la gente de Def Jam Records, a 3rd Base y al mundillo del rap en general que ellos preferían ir por su cuenta y arriesgar con otro sello que les iba a permitir crecer mucho más que si hubieran continuado con Simmons.
También hacen mención a una cultura underground en la que pensaron que podían llegar a ganar dinero. Ellos pretendían seguir los pasos de bandas como Bad Brains o Black Flag, pero con un enfoque algo más funk y menos salvaje, más en la onda de bandas como Faith No More o Urban Dance Squad.
La verdad es que analizar un tema de los Beastie Boys, frase a frase, verso a verso, es una dura tarea, pues la menciones a artistas de la época y a aspectos de la cultura pop norteamericana del momento son constantes.
Conclusión
Antes de que nuestros tres protagonistas de hoy se animaran a rimar sobre riffs de guitarra, otros ya habían explorado antes esos parajes, como Aerosmith y Run-DMC con su célebre «Walk This Way», que vio la luz solo unos meses antes de que os Beastie Boys debutaran con Licensed to Ill.
Pero hasta que no apareció Check Your Head en 1992, nadie había tejido tan ingeniosamente el hardcore punk, los scratches, el funk de los 70 y el rap de los 80. El álbum es un claro y fiel testimonio del genio de Mike D, Ad-Rock y MCA; solo unos años más tarde, a finales de los 90 y principios de los 2000, el mundo de la música empezó a saturarse de bandas que intentaban una fusión similar pero que en demasiadas ocasiones no salían airosos.
Las Beastie Boys eran la excepción a todas las reglas, y casi tres décadas más tarde, Check Your Head todavía te llega y te golpea. Lo hizo en 1992 y todavía hoy funciona perfectamente.
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.