Para muchos periodistas y músicos Ritchie Blackmore es el mejor músico de su generación, un fuera de serie y alguien al que se le ha llegado a comparar con Paganini por su clase, velocidad y creatividad (también vestía siempre de negro). Yngwie Malmsteen copió al maestro y le dio más velocidad a la propuesta en el aspecto técnico, pero a nivel compositivo lo de Blackmore es superlativo. Entre las decenas de canciones que van bajo su partitura hay una muy especial de los tiempos de Rainbow y que abrió el camino (hacia Oriente) para muchas bandas que le siguieron, y que, un poco, intentan acercarse a lo que Blackmore compuso para el majestuoso Rising (1976).
Blackmore el genio
En la figura de este genio se aúnan varios componentes que dan de resultante algo especial. Hay tres elementos básicos con los que juega: El primero de ellos es la técnica derivada del estudio clásico del instrumento. Desde los 11 años empezó a recibir clases de guitarra clásica, he aquí los muchos fundamentos y la base que le permitieron luego desarrollarlo todo y mezclarlo como nadie.
El segundo es el feeling, que le viene de otra de las bases: el blues. Ya desde los años 60 cuando tocaba con Screamin’ Lord Sutch los asistentes a esos conciertos ya veían que Blackmore era diferente a todo lo que habían visto, y en esos días Hendrix estaba todavía por aparecer. El blues estaba en la base en un grupo maldito, sin apenas éxito pero que por sus filas pasaron los grandes nombres del mañana.
El tercero es uno que solo lo puedes conseguir tocando horas y horas en el local y en directo, algo que la academia no te da: la improvisación. A la hora de tocar Blackmore es un excelente improvisador, y eso le viene del rock. Tuve la inmensa suerte de verle en 1997 tocando con Blackmore’s Night en Barcelona y mantenía esa vena improvisada en la que todo el grupo le sigue y espera la señal para entrar.
Recordemos que Ritchie Blackmore asentó las bases del hard rock con Deep Purple y suyos son algunos de los más legendarios solos y riffs de la historia del rock. Desde el riff del “Smoke on the Water” a el solo atemporal de “Highway Star”, que es un tributo absoluto a la música clásica puesta al día. Del hard rock pasó al heavy metal y pocos grupos pueden compararse a lo que fue Rainbow en casi todas sus etapas. Luego el amor llamó a la puerta del hombre de negro y con su mujer Candince Night siguen jugando a reyes y princesas, pero no olvidemos que los dos primeros discos de Blackmore’s Night puedes percibir perfectamente la genialidad. Pocos músicos pueden decir que han sentado cátedra en más de un estilo concreto: Blackmore en tres de ellos.
“Stargazer”, la canción
La canción es una obra maestra absoluta de esas en las que la música y la letra se funden en una para crear algo absolutamente grande, tanto, como la torre del mago protagonista de nuestra historia. La triste historia está narrada (escrita por Dio) desde el punto de vista de un esclavo que trabaja durante años en la empresa loca de construir una torre enorme para que el mago opresor, llegado el momento, vuele hacia las estrellas. Aquí hay en gran parte inspiración tomada de la construcción de las pirámides de Egipto y los zigurats que se construían en su día para que los “magos” mesopotámicos observaran a las estrellas. El título de la composición es sencillamente esto: Stargazer: “el que observa las estrellas”.
En el fondo la temática es algo que se va repitiendo una y otra vez: la locura caprichosa de quien ostenta el poder y la obra faraónica destinada a la nada, como la torre de Babel que aparece en la Biblia. Los años de esfuerzo y esclavismo de los obreros que construyen la torre no sirven para nada pues al final el mago se lanza de la torre y en vez de volar termina estampado contra el suelo. Sangre sobre la arena. Tantos esfuerzos durante lustros se evaporan en un instante y el obrero que ha trabajado creyendo la locura del mago ahora se da cuenta de que ha seguido un sueño absurdo y se pregunta: “¿y ahora qué? ¿Vuelvo a casa? ¿A qué casa?” Un poco la letra deja entrever que quizá el esclavo hubiera preferido que el mago volase y ver que su esfuerzo había servido para algo. Quizá sin quererlo también tocan el fanatismo religioso propio de las sectas.
Todo se abre con una intro que es un solo de batería del enorme Cozy Powell, uno de los elementos que le da a la canción otro plus extra de calidad. Los juegos de tiempos ¾ en escalas a la turca permiten que Powell se luzca una y otra vez a medida que el tema avanza. Hay aquí una lección de cómo acompañar un tema no estando en la primera línea e ir asomando una y otra vez con platos acentuados en los contratiempos, el seguir contramelodías o sorprender sin descanso con breaks inesperados.
La letra es monumental, como la torre construida. Aquí Dio dio en el clavo e incluso se permite homenajes y detalles exquisitos que van sumando a este monumental tema. De entrada, nos pone en situación diciendo que lleva nueve años de trabajo forzado, que el sol del mediodía le haría vender su alma por un trago de agua y con la preciosa metáfora de que el mago es oscuro en eso de: “No hay sol en la sombra del mago”. También alude a que cree en que volará con eso de “Mira como se desliza, es más ligero que el aire”.
High noon, oh I’d sell my soul for water
Nine years worth of breakin’ my back
There’s no sun in the shadow of the wizard
See how he glides, why he’s lighter than air
Oh I see his face
Puente y estribillo:
Where is your star?
Is it far, is it far, is it far?
When do we leave?
I believe, yes, I believe
La creencia ciega está en el puente con eso de “mira su cara, ¿dónde está tu estrella?, ¿está muy lejos, está muy lejos, cuándo nos vamos todos?”. Las promesas vacías del mago quedan confirmadas en esa repetición contumaz del “Yo creo en él, sí, yo creo”.
In the heat and the rain
With whips and chains
To see him fly
So many die
We build a tower of stone
With our flesh and bone
Just to see him fly
Don’t know why
Now where do we go?
La alusión al duro trabajo vuelve a quedar patente en este fragmento con: “con el viento caliente, moviéndonos rápidos a través del desierto, bajo el látigo y encadenados sentimos que ya es el momento. Hemos construido una torre de piedra para verle volar. Muchos han muerto. Nos dejamos la carne y los huesos sólo para verle volar. No sabemos el por qué, pero ahora… ¿dónde iremos?”. La torre queda terminada después de una década de trabajo agotador, el mundo sigue girando y el mago ve terminado su sueño.
Hot wind, moving fast across the desert
We feel that our time has arrived
The world spins, while we put his dream together
A tower of stone to take him straight to the sky
Oh, I see his face!Where is your star?
Is it far, is it far, far?
When do we leave?
Hey, I believe, I believeIn the heat and the rain
With whips and chains
Just to see him fly
Too many die
We build a tower of stone
With our flesh and bone
To see him fly
But we don’t know why
Ooh, now where do we go
Otro puente y estribillo para llegar al momento culmen en el que el mago sube hasta lo más alto y al saltar, no vuela, se estampa contra el suelo. El tiempo se detiene y hay sangre en la arena del desierto. El sueño ha terminado. Aquí Dio cambia el tiempo verbal y dice que ellos creían (en pasado) en él. Brillante. Podría terminar aquí todo, pero la cosa va más allá… (genial).
All eyes see the figure of the wizard
As he climbs to the top of the world
No sound, as he falls instead of rising
Time standing still, then there’s blood on the sand
Oh, I see his face!Where was your star?
Was it far, was it far
When did we leave?
We believed, we believed, we believedIn heat and rain
With the whips and chains
To see him fly
So many died
We built a tower of stone
With our flesh and bone
To see him flyBut why
In all the rain
With all the chains
Did so many die
Just to see him fly
Los obreros quedan hundidos mirando a la torre y a sus cuerpos maltrechos para no conseguir nada. No hay un futuro mejor, el mago no voló. Y aquí viene el gran momento del tema (y del disco): Se alza un arco iris: “I see a Rainbow Rising”: hace coincidir el nombre del grupo con el del disco. El arco iris representa la calma después de la tempestad, la liberación final, se mira al horizonte y todo ha acabado: volvemos a casa.
Look at my flesh and bone
Now, look, look, look, look
Look at his tower of stone
I see a rainbow rising
Look there, on the horizon
And I’m coming home, coming home, coming homeTime is standing still
He gave back my will
Ooh ooh ooh ooh
Going home
I’m going home
Añade en esa vuelta a casa que sus ojos sangran y “su cabeza se va”. Aquí las interpretaciones quedan abiertas a si es una vuelta a la cordura o a un lugar físico real. Diez años de trabajos para algo inútil.
My eyes are bleeding
And my heart is leaving here
A place called home
A place called home
OohTake me back
He gave me back my will
Ooh ooh ooh oohGoing home
I’m going homeMy eyes are bleeding
And my heart is leaving here
A place called home
A place called home
OohTake me back, take me back
Back to my home ooh, ooh, ooh
Hay que decir que el solo de guitarra de Blackmore es uno de los más recordados de toda su carrera dando velocidad y acercándose mucho a Deep Purple. El riff es inmortal y definitorio y el grupo juega con ralentizaciones e incluso parones y silencios dando una solemnidad tremenda a la composición. En el tramo final se riza el rizo con la sinfónica de Múnich realzando todo con un final exquisito y abrumador. Al final su lucha eterna por el liderazgo de la púrpura profunda con un Jon Lord que siempre apostó por lo orquestal salió a flote de la mejor manera posible mientras Cozy arremete con los platos sin descanso en un fade out final que… un poco, te dice que la historia no termina, pues se verá continuada con el siguiente tema. Pero esa ya es otra historia.
Veredicto
Martin Birch tras los controles hizo su magia y sabía que estaba trabajando con algo realmente grande. Dio cancha al teclado para esos efectos envolventes y apostó por dejar que todos los instrumentos lucieran y sumaran. Es un tema inmortal y sumergirme de lleno en esta canción me ha hecho ver muchas cosas de diferente manera. Siempre ha sido “Gates of Babylon” mi canción favorita de Rainbow, pero tras tantas horas dedicadas al “Stargazer”, me rindo ante la evidencia de que sus más de ocho minutos son quizá lo mejor de Rainbow. Y mientras el mundo gira seguirá habiendo magos que nos harán creer en vacías promesas. Luego se estamparán contra el suelo y volverá la sensación de aparente libertad hasta que otro siga llevando a la humanidad a gastar nuestros recursos y esfuerzos en empresas vacías para beneficio propio. Puedes opinar si dentro de esta sección nos dedicamos a canciones perfectas o no, pero esta lo es.