Hace años que quería escribir sobre la canción que hoy os presento bajo el concepto de Canciones perfectas. Me cuesta ser coherente e imparcial a la hora de hablar de Gojira, una de las bandas que han moldeado mi yo actual durante dos décadas. Pese a que mi primera toma de contacto con los galos fue en el lejano 2003 cuando publicaron el abrasivo The Link (2003), mi amor incondicional se nutrió del excelentísimo From Mars to Sirius (2005) publicado dos años más tarde.
En 2008 llegó The Way of All Flesh (2008), disco con el que acabaron posicionándose como una de las bandas más prestigiosas del panorama extremo. Ya dejaron de ser el secreto de unos para ser la banda preferida de muchos. De “Oroborus” a “The Way of All Flesh”, el disco con sus más de 75 minutos de duración, colgó a Gojira el cartelito de “el futuro del metal”. Dentro de estos 75 minutos me topé en su momento con la que posiblemente sea mi canción favorita de la banda: “The Art of Dying”.
Pero antes de entrar en materia es necesario incidir en el disco y su concepto. La madurez de la banda y tras consagrar su propuesta con el maravilloso From Mars to Sirius les movió a empezar a distanciarse del death metal para abrazar lo que ellos mismos denominaran “open metal”. Amplitud de miras y algo más lejos de la zona de confort. Usaron teclados, corrieron nuevos riesgos y asumieron que el disco tenía que ser más maduro y personal.
Joe Duplantier comentó sobre el concepto del disco en una entrevista de 2008:
“Desde el comienzo de nuestra banda, escribo las letras y siempre tratan de preguntas que me hago sobre la vida en general y en particular: El alma, los misterios de la vida, como ¿qué hay en el espacio exterior? ¿Qué hay dentro de nosotros? Y en este álbum hablo de la muerte, del hecho de que todos vamos a morir. Sé que no es muy divertido, pero para mí aporta mucho a tu vida si aceptas el hecho de que un día el cuerpo ya no funcionará. Afrontar esta verdad aporta mucho a la forma en que vivimos, porque aceptamos que todo está cambiando constantemente: es lo que llamamos impermanencia. Intento superar los miedos que tengo a mi propia muerte y hablo de ello en este álbum.”
Y en cuanto al mensaje:
“Yo diría que no hay que tener miedo, hay más cosas después de la vida. Es una creencia personal que tengo: el alma es inmortal, y esta idea se puede encontrar en muchas civilizaciones, como la India, el pueblo tibetano, los pueblos africanos, la mitología sudamericana e incluso los indios americanos, y sólo hay un pequeño porcentaje de la humanidad que no esté de acuerdo con estas ideas de la reencarnación. Para mí es un hecho que no somos sólo hueso, carne y sangre. Somos más que eso, tenemos ideas, tenemos intenciones, tenemos sueños, tenemos personalidad, memoria y creo que esto permanecerá después de la muerte. Así que el mensaje es que somos más de lo que pensamos.”
«The Art of Dying»
Partiendo de que el disco en general trata sobre la muerte, es evidente que esta canción magnifica el concepto de la muerte. La pieza trata sobre una forma de comportarse durante la vida que podría ayudar a prepararse para el momento de la muerte. Podríamos citar el budismo como fuente principal para la temática de la canción, preparar el alma porqué permanecerá en la tierra y olvidar las cosas materiales que no servirán para nada el día de mañana. Podemos entender de forma simple y clara esta idea en estos siguientes versos:
«I try to keep my eyes open, I am realizing
This life and death more precious than anything
I won’t bring no material in the after life
Take no possessions, I would rather travel light»
Traducido:
«Trato de mantener los ojos abiertos, me estoy dando cuenta
Esta vida y la muerte más preciosa que cualquier cosa
No llevaré nada material a la otra vida.
No llevaré posesiones, prefiero viajar ligero»
La canción está situada en octava posición del disco y tiene una duración de 9:54 minutos, siendo unas de las canciones más largas de Gojira. Todo arranca con un ritmo de percusiones extraño y confuso que bien podría simular el reloj de la vida llegando a su fin, o también un corazón marcando el ritmo cada vez más acelerado. Todo esto dura un minuto y 10 segundos, momento en que entra la batería de Mario y el duo de guitarras arrasando con todo.
Momentos de pánico, de furia descontrolada hasta que empieza el riff junto con la estrofa. La dureza es una constante a lo largo de la canción, agudizado por la imponente pista vocal de un Joe Duplantier colosal. Tras las primeras estrofas, sobre los tres minutos y poco, nos topamos con una galopante batería atronadora marca de la casa. Seguimos con las estrofas hasta bien entrado el minuto cuatro de la pieza.
En ese momento, un pequeño interludio que sirve para bajar brevemente las revoluciones frente a lo que viene a continuación, el cenit de la canción con su estribillo épico. Un estribillo que rompe la canción en dos a los 4:45 con los blast beats y los guturales más profundos Joe. La banda recupera el estribillo y su consiguiente ataque de batería y guturales. Damos paso a otro breve interludio en el que recuperamos el riff principal de la canción, un momento que podríamos representar su muerte final y el comienzo de su viaje al más allá.
La violencia sonora se va diluyendo con una bajada de volumen progresiva que remata en un pasaje instrumental curioso que vuelve a desconectar totalmente al oyente. Los sintetizadores entran en acción en este último minuto y puede parecer que el muerto en cuestión por fin ha llegado a su destino, sea cual sea.
Opinión del autor del artículo
Sobra decir que Gojira son una de las bandas más fuertes en todos los aspectos de los últimos veinte años. Su originalidad y su propuesta es admirada por todos los rincones del planeta y, además, su sonido ha creado escuela. En su excelente discografía hay muchas canciones increíbles, hay varios himnos y hay un puñado de canciones perfectas.
El caso de “The Art of Dying” es de los más claros. A nivel musical es una canción larga que, pese a los cambios de ritmo y de velocidad, siempre mantiene en alerta al oyente. Tanto en sus pasajes duros como en los calmados, la conexión con el oyente es total y la unión de sabores hacen que sea una de las canciones más camaleónicas de la banda. A nivel temático, o de letras, estamos frente a una canción muy trabajada y de carácter espiritual por así decirlo. Se trata de una canción profunda que plantea la muerte de una forma poco común.
Canción perfecta, sí o sí.