Tras una icónica portada se esconde uno de los trabajos más intensos y eclécticos de Faith No More. La tríada de discazos de FNM se cerraría con este King for a Day… Fool for a Lifetime. Aunque voy a admitir que para un servidor tanto Angel Dust (1992), como sobre todo The Real Thing (1989), son algo mejores.
No voy a entrar en detalles del disco, pues mi querido amigo Rubén de Haro, el supermegafan declarado de Faith No More, ya se ha trabajado un especial aniversario que vale la pena leer.
King for a Day… Fool for a Lifetime (1995) contiene algunos de los mejores cortes de la banda de Mike Patton. No es necesario comentar que “Get Out”, “Ricochet”, “The Gentle Art of Making Enemies”, o “Cuckoo for Caca” son verdaderos himnos del metal alternativo. Y hoy me encargo yo de desgranar un poco más a fondo esta “The Gentle Art of Making Enemies”, para mí, una canción perfecta.
La cuarta canción de King for a Day es un corte de tres minutos y medio justos y exactos. Situado tras la cálida y tranquila aunque auto-complaciente “Evidence”, “The Gentle Art of Making Enemies” es una canción directa con ritmo cambiante y letras abstractas (o eso creemos). Descifrar una letra escrita por Patton es una tarea compleja, como él mismo comenta a menudo:
“La gente destina demasiado tiempo a intentar entender mis letras… yo soy de esos que hago rimar los versos sin pensar en el significado final.”
Bien, Mr. Patton, eres el puto amo y por eso te queremos.
Aunque si intentamos descifrar algún que otro concepto, diríamos que se nutre del placer de hacer enemigos tal y como su nombre indica. Otra idea sería que Patton se inspiró en el libro de James Whistler titulado igual que la canción. Otra sería para que recordemos siempre la salida por la puerta de atrás de Jim Martin, el guitarrista salió de FNM un par de años antes de publicar este disco.
Lo que puedo decir sin contemplaciones es que me encanta el argot barrio bajero de Patton.
“Happy birthday… fucker
you blow that candle out”
Si hay algo que me cautiva y mucho es el estribillo. Ese aumento de velocidad post estrofa con el punteo tan marcado de guitarra, las voces rasgadas de Patton que también aumentan pero en intensidad a medida que avanza el corte. La parte melódica del estribillo es increíblemente adictiva.
Con una intro de estilo rock duro, FNM inician con cierta oscuridad la canción. El punteo de bajo secunda a la perfección la melodramática interpretación de Mike Patton. Cuando este empieza a rabiar el bajo toma toda la delantera de forma sutil pero perfecta. Tras el citado estribillo se recupera una segunda parte de la oscura estrofa principal pero esta vez con cierto aire a locura. El bajo de Billy Gould vuelve a ser imprescindible pero esta vez sí que las voces de Patton se salen del guión. Aunque, para épica, la recta final de la canción, momento en el que toda la banda se muestra poderosa con cierto aroma a locura colectiva.
Sin duda, “The Gentle Art of Making Enemies” es uno de los grandes hits de este disco que hoy celebra los 25 años de existencia. Aunque, si tiro de mi vena felipesca, me inclino a afirmar que “Epic” es todavía más perfecta. Pero esto ya será en otro artículo de esta saga de canciones perfectas.