Frases introductorias
Pantanoso, hipnotizante, psicotrópico y algo sombrío son algunos de los vocablos que podrían describir, de modo adecuado, el sonido rock-blues de “Wild Child” (1969), de los californianos The Doors; perteneciente, dicho magistral corte, a su injustísimamente infravalorado cuarto LP, The Soft Parade.
Un LP éste que por cierto, en su momento enojó, considerablemente, a muchos fans y críticos simplemente porque algunas de sus canciones como las, bajo mi punto de vista, atractivas y frescas “Touch Me”, “Runnin’ Blues” o “Tell All the People” incluyeron sección de viento. Sin embargo y en el fondo, dicho cambio estilísico, dentro del interesantísimo The Soft Parade, no es tan radical como se dijo, ni mucho menos; porque además, por ejemplo, la propia “Wild Child” conserva bastante de la identidad sonora de los tres primeros álbumes del combo californiano, opino yo.
Expresado en otros términos, The Doors absolutamente siempre sonaron a ellos mismos.
Así pues, Jim Morrison, con una ronca y aguardentosa voz, Robby Krieger, a la rítmicamente marcial guitarra y también, plañidero aquí este mismo instrumento en los solos bluesy; Ray Manzarek, por medio de sus siempre atrayentes y penetrantes teclados y John Densmore, a la disciplinada batería, nos van introduciendo, de modo absorbente, a través de la excelsa “Wild Child”; la cual posee una lírica y bastante impenetrable letra que podríamos llevar al idioma castellano del siguiente modo:
Traducción de los versos
«All right / Muy bien
Wild child full of grace / Niño salvaje lleno de gracia
Savior of the human race / Salvador de la raza humana
Your cool face / Tu agradable rostroNatural child, terrible child / Niño natural, niño terrible
Not your mother’s or your father’s child / No eres hijo de tu madre o de tu madre
Your our child, screaming wild / Eres nuestro hijo, gritando salvaje
An ancient lunatic reigns / Un antiguo lunático reina
In the trees of the night / En los árboles nocturnosWith hunger at her heels / Con hambre en sus talones
Freedom in her eyes / Libertad en sus ojos
She dances on her knees / Ella baila sobre su rodillas
Pirate prince at her side / Príncipe pirata a su lado
Staring into the hollow idol’s eye / Mirando fíjamente en los ojos del ídolo huecoWild child full of grace / Niño salvaje lleno de gracia
Savior of the human race / Salvador de la raza humanaYour cool face / Tu agradable rostro
Your cool face, your cool face / Tu agradable rostro, tu agradable rostroDo you remember when we were in Africa? / ¿Recuerdas cuándo estuvimos en África?»
Varias teorías sobre la recóndita letra
Así pues, el carácter usualmente poético de las letras del magnético Jim Morrison siempre ha dado lugar a una serie de descifrados e hipótesis sobre sus versos y “Wild Child” no es una excepción. En este caso concreto, incluso, podríamos hallarnos ante un auténtico laberinto textual y un enigma complicado de resolver pero trataremos, aquí, de verter algunas pistas y de encender algunos faros sobre el asunto.
De todos modos y antes de que nada, recordemos que el mismo Morrison era muy proclive a lo caótico y al sinsentido de las cosas como camino hacia la rebelión y la emancipación. Por tanto, ese mismo concepto anterior podría reflejarse durante resbaladizos textos como éste; así que, pudiera ser aconsejable para los lectores musicómanos no tomarse el texto de “Wild Child” de modo completamente literal y sí abordarlo, solamente, como algo orientativo, tal vez…
¿Qué hay de la alusión africana?
Comenzado con todas estas posibilidades interpretativas, por ejemplo cuando, como remate de la canción, Jim Morrison pronuncia la frase sobre África y anteriormente, entona un verso sobre la raza humana, el mítico cantante podría hacer alusión a los orígenes geográficos de esta última y es que, algunos criterios son referidos a que el propio Morrison deseaba irse a vivir al continente citado y desaparecer en allí mismo, después de abandonar su turbulenta relación con el estrellato.
De hecho, cuando Jim falleció en París, en 1971, algunos fans negaron este mismo hecho y, por contra, afirmaron convencidos sobre que él, realmente, se había marchado a vivir a la propia África; aunque ésto es la historieta mitómana de siempre: muchos otros seguidores de The Doors aseguraron ver a un “resucitado” Morrison practicar autostop en una carretera de Los Angeles o en otros emplazamientos del mundo, a partir de ese año ’71 en adelante.
Añadiremos que el culto vocalista de The Doors, desde muy joven, había leído una respetable cantidad de libros sobre culturas primitivas y eso también le pudo influenciar a la hora de componer “Wild Child”; aparte que podría ser que el susodicho Jim Morrison creyera que él mismo tuvo algún lejano antepasado de nacionalidad marroquí, es decir, alguien norteafricano.
Por otro lado, surgieron cábalas acerca de que la canción, en general, trataría sobre la liberación de los esclavos de raza negra (recordemos la insinuante frase “con hambre en sus talones, libertad en sus ojos”) y, por lo tanto, la misma “Wild Child”, solo tal vez ¡ojo!, podría suponer un alegato antiracista.
¿Se refiere a religión o a hippies o a qué, exactamente?
Más especulaciones de otro tipo totalmente distinto sugieren que la ya indicada expresión “savior of the human race” (“salvador de la raza humana”) y algunas otras líneas de la tonada podrían referirse a Jesucristo; donde, además, la propia referencia postrera al continente africano también, quizás, asocie que la familia del propio líder religioso huyó a Egipto para proteger al propio niño elegido del horripilante infanticidio que ordenó Herodes.
Sin embargo y en otro ámbito muy opuesto, acerca esa misma línea de “salvador de la raza humana” brotaron otras conjeturas acerca de que podría hacerse alusión, de modo burlesco o incluso escéptico, a los hippies de raza blanca que protestaban a favor de los derechos civiles de los afroamericanos, en Estados Unidos en 1967, pero cuyos bienintencionados y soñadores ideales decayeron en 1969, en medio de una serie de agrios cambios sociales; y así, podría extenderse también dicho sarcasmo sociológico a la mayoría de la tonada. Adicionalmente, ¿pudo influir en ésto último de la posible socarronería sobre la contracultura americana que el padre de Jim Morrison era militar de la marina o, contrariamente, no tuvo nada que ver ésto mismo al llevarse mal el propio vocalista con su progenitor, ya desde su Florida natal?
Aún más conjeturas
Por contra y sin embargo, sin darle tantas vueltas de tuerca al asunto, “Wild Child” podría aludir, sencillamente, a una persona cualquiera que se siente liberada durante los años 60, en Estados Unidos; según otros audiófilos.
Más presunciones todavía aparecieron cuando los respetados periodistas Nathan Brackett y Christian Hoard, se refirieron a “Wild Child” como una auto-parodia del propio Jim Morrison respecto al hedonista personaje artístico que él mismo creó de “El Rey Lagarto” y de la asfixiante relación de éste con el público y la fama. Por tanto, la frase, por ejemplo, que dice: “mirando fijamente en los ojos del ídolo hueco”, ¿podría, quizás, ser un indicativo sobre esta última opinión formulada por los reporteros citados, Brackett y Hoard?
La posible “conexión francesa”
Cabe la circunstancia también de que la canción pueda estar dedicada al decimonónico escritor francés Arthur Rimbaud, el cual después de una existencia salvaje y turbulenta (“wild child”, recordemos) como poeta maldito y de abandonar la literatura en 1875 (con tan solo 19 años), dicho autor se mudó a Africa, para primero vivir en Yemen, en 1880 y ya luego, en 1884, en Etiopía, para ahí convertirse en cazador y comerciante de esclavos. Así que, retornamos de nuevo a la frase referencial: “¿Recuerdas cuándo estuvimos en África?”
Además, la palabras previas de la misma “Wild Child” que expresan “príncipe pirata a su lado” podrían, quizás, hallarse relacionadas con el propio Rimbaud, cuyo amigo íntimo Paul Verlaine fue nombrado, de modo simbólico, “Príncipe de los Poetas”, justo antes de fallecer este segundo personaje.
Pero es que ésta anterior podría no ser la única cita lírica de este mismo tipo que el poeta Jim Morrison podría haber utilizado, ya que durante la novela Viaje al fin de la noche (1932), del autor galo Louis-Ferdinand Céline; el ficticio personaje principal, Ferdinand Bardamu, se desplazó hasta la propia África después de la Primera Guerra Mundial y eso nos devuelve, en una nueva ocasión, a la expresión hablada con la que concluye “Wild Child”.
Resumiendo esta teoría, es consabida la descomunal devoción del mismo Morrison por los escritores franceses, en general, y por ahí se abre esta otra vía de figuraciones.
¿Dedicada a allegados como Frank, Pamela o Danny?
También se ha comentado, por parte de muchos fans, que la tonada podría estar dedicada a la novia “oficial” del icónico Jim Morrison, es decir, Pamela Courson (por lo que, en este caso, ya deberíamos traducir la letra como “niña salvaje, llena de gracia” y un etcétera de pronombres femeninos), ya que la misma Pam y el popular cantante se marcharon juntos de vacaciones a África; además de que, durante el resto de versos de “Wild Child” podría describirse el agreste y enmarañado momento en que se hallaba la relación sentimental entre ambos.
Sin embargo, esta misma probabilidad podría perder consistencia ya que la pareja visitó este continente en 1971, habiendo venido desde París y, por contra, “Wild Child” se hallaba escrita desde 1969, lo que no quita para que los mismos Courson y Morrison planearan dicho tour africano desde ese mismo 69 o que la canción se refiera a un instante del romance entre ellos bastante anterior al año 71.
Es complicado saber ésto a ciencia cierta.
Otra creencia sobre el destinatario de la canción es la referida a Danny Sugerman, ya que según el teclista Ray Manzarek, “Wild Child” representaba el agitado y turbio tipo de vida de este, primero ayudante y luego manager de The Doors; es decir, que el mismo Sugerman se sumergió ya desde pre-adolescente, a partir de 1965, (con solo 13 años, Danny ya era un “niño salvaje”), en las típicas y temerarias espirales de sexo, drogas y rock and roll, además de adquirir celebridad y dinero en abundancia; todo ello, en la glamourosa Los Ángeles, junto a sus camaradas Jim Morrison y resto de tropa.
También nos topamos con la hipótesis sobre el cineasta Frank Lisciandro, amigo y compañero de clase del propio Jim Morrison en la Universidad de California, en Los Angeles, entre 1964 y 1965.
Esclarezcamos que recién graduados ambos compañeros en ese año 65, Morrison fundó The Doors y por su parte, Lisciandro y su nueva esposa Kathy decidieron alistarse en el Cuerpo de la Paz de los Estados Unidos (tal vez para que el mismo Frank esquivase el reclutamiento en el Ejército), donde fueron destinados a servir en África la mayor parte del tiempo; antes de volver la pareja a los propios E.E.U.U, en 1967, justo cuando The Doors acababa de confirmar, de golpe, su indetenible irrupción en el rock internacional.
Esto nos conduce, por enésima vez, al postrero verso clave de “Wild Child” como es, redundamos, “¿Recuerdas cuando estuvimos en África?” Una frase similar a ésta, por lo visto, la solía utilizar, supuestamente, la propia Kathy Lisciandro a modo de recordatorio de los pasajes que se habían perdido dicho matrimonio (Frank y la propia Kathy, claro) en el tiempo en que habían estado en aquel continente lejos de sus amigos estadounidenses, es decir: “¿Recordáis aquel año cuando estuvimos lejos, en Africa?”
Así pues, estos mismos términos resultaron algo que, quizás, se le quedaron grabados en la mente al carismático Jim Morrison en sus reencuentros con su colega Frank Lisciandro, acompañado éste de su mujer; por lo que el icónico cantante, únicamente, podría haber repetido y anexado dichas palabras, (¡quizás de manera inconexa!), al resto de la letra y como sugerente colofón de “Wild Child”.
Por tanto, el lector o lectora de Science of Noise puede escoger la especulación que desee entre la “avalancha” surgida al respecto.
Versioneadores
Entre las ocho versiones de “Wild Child” hasta 2024, destacaremos la de The Cult, en el año 2000 y agregaremos que incluso también, desde hace varios lustros, existe una banda-tributo de The Doors que luce ese nombre referido al “niño salvaje”, precisamente.
Ya solamente con estos datos de los covers nos hacemos una idea de la dilatada trascendencia de esta especial y misteriosa pieza, la cual ha cautivado al público melómano durante varias generaciones.