Y aquí me sitúo en una posición que, ni por asomo, hubiese firmado. Reseñando un disco de Cannibal Corpse. No por nada, pero siempre me costó disfrutar de un disco de los de Buffalo y aún más seguir sus conciertos en directo. Pero llevo ya unas semanas leyendo entre lineas que Violence Unimagined es un disco tan impactante como sorpresivo… con lo que me dispongo a afrontarlo sin ningún reparo.
Es evidente que Cannibal Corpse están viviendo una nueva juventud y quizás, solo quizás, parte de esta nueva juventud encontrada es el aporte del nuevo guitarrista Erik Rutan, ¿quién sabe? Violence Unimagined es fácilmente el mejor plástico de los de Buffalo en 25 años y personalmente lo sitúo en el top 2 tras The Bleeding (1994).
Incluso el artwork me parece brutal. Lejos de las imágenes míticas de antaño, aquí nos muestran un artwork horripilantemente atractivo. Violence Unimagined cuenta once piezas en 42 minutos. Un buen registro el que nos ofrecen los de Mr. Corpsegrinder. Vamos a profundizar en el décimo quinto álbum de Cannibal Corpse.
“Murderous Rampage” da el pistoletazo de salida a base de brutalidad y mucha velocidad. Death metal increíble en todas sus facetas y me atrevo a decir que es una de las mejores canciones de Cannibal Corpse hasta la fecha.
“Necrogenic Resurrection” nos demuestra que la virtud del tema de apertura no es mera casualidad. Cannibal se han puesto el mejor mono de trabajo para ofrecernos un disco por encima de la leyenda. Con un desfile de riffs increíbles, la canción es poderosa como ninguna. Otro temazo increíble.
Seguimos para bingo con “Inhumane Harvest”, tres de tres. Canción impoluta con unos riffs y unas voces memorables. Y no aflojamos con “Condemnation Contagion”, una canción de extrema velocidad y dificultad super alta en la escala de niveles del death metal. El virtuosismo de las guitarras y la batería entran en escena. Otro tema capital del disco que además trata sobre la pandemia que vivimos. “Mandatory quarantine enforced” («cuarentena obligatoria cumplida»), grita a placer en uno de los momentazos del disco.
Ritmos más alegres -o incluso death ‘n’ roll– encontramos en “Surround, Kill, Devour”. Una pieza devastadora llena de giros y cambios que te dejan estupefacto. Brutal. “Ritual Annihilation” nos ofrece puro músculo marca de la casa con unos solos melódicos geniales.
En “Follow the Blood” seguimos la dinámica vencedora al igual que “Bound and Burned”, dos piezas puras en las que los chicos no aflojan el ritmo. La primera es más pesada y la segunda te desborda con los constantes cambios de ritmo. “Slowly Sawn” es un medio tiempo con un Erik Rutan avasallador.
Y entramos en el último dúo de canciones con la sensación de estar gozando de un disco mayúsculo. “Overtorture” es una pieza corta, no más de dos minutos y medio de duración. Brutal death metal en estado puro. No te da tiempo a pensar ni siquiera a sacudir tu cabeza. Y el cierre lo encontramos con “Cerements of the Flayed”, una canción que combina todos los elementos de Violence Unimagined de forma magistral. Un grandioso cierre.
¿Quién podría pensar que a estas alturas de la película Cannibal Corpse volvieran a reinventarse? La obligada partida del guitarrista Pat O’Brien tras sus problemas legales puso en alerta a los fans, pero Erik Rutan ha estado aquí incluso por encima de sus posibilidades. Tremendo el disco que nos han regalado, una oda al mejor death metal de Buffalo y repito, un disco capital de su ya longeva carrera. Brutal.