¡Ya tenemos aquí uno de los discos más anticipados de la temporada! Han pasado ocho años desde el flamante retorno de Carcass con Surgical Steel (2013), un trabajo aclamado por casi todos, y con razón. Como ha pasado con muchas bandas, la pandemia ha retrasado la salida de su sucesor, pero los de Liverpool no nos han dejado con las ganas todo este tiempo. El año pasado lanzaban Despicable, un EP de cuatro temas que reseñamos en su momento.
Ahora, por fin podemos escuchar Torn Arteries, su séptimo trabajo de estudio. Lo primero que llama la atención es el concepto artístico que han elegido. Lejos de lo que se podría esperar de unos de los pioneros del grind, tenemos una portada muy limpia, que ni contiene el nombre del disco, en la que se ve un corazon construido con vegetales delante de un fondo blanco. Según pasan las pasan las páginas del libreto, el corazón se va pudriendo lentamente. Algo parecido podemos ver en el video que sacaron hace unas semanas de «Kelly’s Meat Emporium», donde se ven diferentes alimentos descomponiéndose en un timelapse.
Mientras que el arte es distinto a todo lo que habían hecho antes, con la música no pasa lo mismo. En cuanto a las composiciones, Torn Arteries sigue a grandes rasgos la línea de Surgical Steel. El death metal melódico que ellos mismos iniciaron en 1993 con su clásico Heartwork sigue presente, pero mezclado con elementos más extremos de sus primeros trabajos de grindcore. Una auténtica fórmula ganadora que no iban a desechar tan deprisa. En cuanto al sonido, sí que hay algún cambio, aunque sutil. La mezcla es más nítida y limpia que en su predecesor, que tenía un sonido un poco más enguarrado. En general parece tener una ecualización un poco más grave y la batería y el bajo están más presentes. Personalmente me gusta mucho como les ha quedado, más aún que la del Surgical Steel, que ya me pareció brutal en su momento.
Empezamos con una canción homónima que no podría ser mejor apertura. Es directa, potente y con bastante dinámica en sus diferentes partes. Parece raro que no sea un single, a lo mejor nos dan una sorpresa más adelante. Los riffs complicados y a la vez arrolladores del gran Bill Steer són inconfundibles: escalas que suben y bajan, rasgueos frenéticos, armonías en los lugares indicados… todo con su sello personal.
Con «Dance of Ixtab» bajan un poco el tempo haciendo un tema más sólido, reminiscente de los del EP Despicable. Ixtab era la diosa maya del suicidio, y las referencias a esa temática se pueden ver en el vídeo animado que adelantaron hace unas semanas. En «Eleanor Rigor Mortis» empiezan y acaban a toda pastilla, pero la mayor parte de la canción se centra en pasajes rítmicos con mucho groove, y un Jeff Walker desgarrador a la voz.
Ya habíamos escuchado la siguiente, «Under the Scalpel Blade», anteriormente. La sacaron como single antes de la pandemia y la incluyeron también en Despicable. Es una pista muy completa con prácticamente todos los elementos de los Carcass actuales. El batería Daniel Wilding se luce de verdad con esos blast beats en las estrofas. «The Devil Rides Out» entra con un medio tiempo imparable, de esos que hacen inevitable sacudir la cabeza de arriba a abajo. La intrigante guitarra en la intro y outro le da un toque oriental que le paga bastante bien.
Siguen con «Flesh Ripping Sonic Torment Limited», un mastodonte de casi 10 minutos con diferentes partes, cada una más bestia que la anterior hasta que llegamos a la parte intermedia. Unos arpegios y un solo más lento y melódico nos dejan descansar un poco. Pero no nos acomodamos mucho, pues los riffs crujientes vuelven a sacudirnos hasta el final. Llegamos así al primer adelanto que nos mostraron. «Kelly’s Meat Emporium» empieza con una batería sabrosona que da a entender que tendremos otra canción lenta, ¡pero nada más lejos! Arrancan de golpe con el corte más loco del disco. Un Wilding desenfrenado nos muestra todo su arsenal tras los parches mientras Steer recorre el mástil a toda velocidad. Tremendo temazo.
Llegamos a la recta final con «In God We Trust», y la calidad de las canciones no baja. Tenemos ante nosotros un disco muy consistente, donde algunos de los mejores momentos se encuentran en las últimas pistas. A los seguidores veteranos de Carcass seguro que les suena el título de la siguiente, pues en 1996 sacaron un disco recopilatorio llamado Wake Up and Smell the… Carcass. Es otra canción más rítmica, pues parece que últimamete les ha dado más por el groove que por la velocidad.
El golpe final llega con «The Scythe’s Remorseless Swing», donde sí le dan un poco a la batucada. Han dejado uno de los temas más completos para el final, donde vemos las diferentes facetas musicales de la banda. El día del lanzamiento, sacaban también un videoclip para este, donde vemos tocar al trío. A pesar de figurar como miembro de Carcass y acompañarles en las actuaciones, el guitarra Tom Draper no aparece en los créditos del álbum ni en el vídeo.
Si vives en japón y te pillas el disco, tendrás un bonus track llamado «NWOBHEAD», en honor a la New Wave of British Heavy Metal. Un corte más desenfadado en el estilo de esas bandas británicas de principios de los 80.
Acabamos la escucha de otro trabajo estelar de la que es actualmente una de las bandas más importantes del metal extremo. Era casi imposible superar su gran retorno con Surgical Steel, pero si con Torn Arteries no lo han hecho, ha sido por los pelos. No puedo esperar para volver a uno de sus conciertos, pues a parte de ser muy fuertes en el estudio, también tienen un directo espectacular, de esos que te quedas a ver en un festival aunque no sepas ni quien son. Hasta que eso sea posible, ¡toca darle unas cuantas vueltas a uno de los discos del año!
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Me metí en esto del metal a los 14 años, y de concierto en concierto he ido descubriendo las bandas nacionales e internacionales que forman parte de este mundillo. Ahora aporto mi grano de arena a Science of Noise contando lo que pasa en los eventos de la zona y algunas novedades discográficas.
También toco la guitarra y el bajo en algunos grupos de la escena local. Tengo los huevos pelaos de tocar en el Ceferino.