Celeste – Assassine(s)

Llevo un par de semanas intentando enfocar la crítica del esperado nuevo disco de los franceses Celeste. Y, finalmente, me armo de valor para ello. Hace ya muchos años que me considero seguidor de los de Lyon, los conocí con su segundo disco, Misanthrope(s) (2009), y me robaron el corazón con el perfecto Animale(s) (2013).

Infidèle(s) (2017) me pareció el colofón perfecto a una década en la que los de Johan Girardeau nunca dejaron de crecer y crecer, siempre ofreciendo la mejor de una banda que buscaba salir del underground y ganarse el mundo entero. Su mezcla de sludge, black y post-hardcore era una amalgama perfectamente estudiada de estilos que, entrelazados por ellos, no tenían rival.

Y finalmente, Nuclear Blast Records se fijó en ellos. Lo que posiblemente haya sido el paso más importante en su carrera también ha supuesto un retroceso en cuanto a calidad. Su notoriedad se ha visto encumbrada por pertenecer al sello de los gigantes del metal. La producción ha mejorado un abismo en respecto a sus anteriores trabajos. Pero hay algo aquí que no ha acabado de encajar.

Este disco, en comparación a sus anteriores trabajos, es mucho más melódico. Los riffs y las secciones obsesivas que la banda prácticamente patentó, quedan recluidas detrás de melodías y dinamismo. Estamos frente al disco más accesible de Celeste.Resulta evidente que la banda quería agradar al máximo número de oyentes, pero en la comparativa con sus previos álbumes, Assassine(s) pierde la batalla.

Su estilo ha mutado y ha adoptado herramientas más propias del post-rock. Si es verdad que la identidad de la banda no se ha perdido, pues estos artistas tienen un nivel altísimo en todos sus registros. Pero la densidad y opresión con la que adornaban todas sus piezas ha disminuido demasiado.

Letras nihilistas, imágenes de artwork que siguen atrapando visualmente al oyente. Todo esto sigue siendo fiel al patrón. Y bien, también podemos citar que “Le cœur noir charbon” es una de las mejores canciones que jamás hayan escrito. Pero, a título personal, me llevo un chasco con unos Celeste que podrían haber apuntado muchísimo más alto ahora que están en la major league.

Beto Lagarda

Rock en todas sus extensiones