Ceramic Animal presenta Sweet Unknown (2022), un álbum de diez temas de este quinteto de Filadelfia. El disco está producido por el afamado Dan Auerbach, situación que no desaprovechan para mostrar con una pegatina en la portada. Está claro que el líder de The Black Keys tiene cierta reputación dentro del mundillo de la producción, y sabe obtener un buen sonido atemporal. A parte de producir el álbum de Ceramic Animal, también se lo ha publicado en su sello Easy Eye Sound. La banda ya había publicado tres álbumes por su cuenta previamente, lo cual argumenta cierto recorrido y cierta madurez. Y ahora parece que es su momento. Algo habrá detectado el productor para ficharles para su sello.
El disco suena elegante, animado y, en líneas generales, transmite vibraciones óptimas; pero no sé si es el orden de las canciones, o un exceso de medios tiempos y ritmos pausados, así como de una producción limpia, perfecta y cristalina, que me parece inofensivo y, en ciertos pasajes, inexpresivo, aunque realmente expresan sensaciones a raudales. Curioso, verdad.
“Tangled” abre el disco de forma cálida con un sonido clásico, un rock luminoso muy acertado para abrir el disco con un riff de guitarra muy pegadizo y acordes básicos, pero muy efectivos. Continuamos con “I Can’t Wait”, un tema garage rock muy pulido, en el cual no encontrarás ni pizca de grasa, con cierto aire a Billy Idol y con un ritmo rápido que le viene muy bien. El tercer corte, “I Love a Strange”, tiene un aire funk muy interesante y bailable.
A partir del cuarto corte “Long Day”, el cual desprende aroma soul, el álbum pierde intensidad, y aunque contenga diferentes estilos e influencias, pierde la capacidad de sorprender. “Forever Song” desprende un aire misterioso y una energía personal aplicada con una cadencia tranquila. El título que da nombre al álbum, es realmente bello y redondo; bonita balada; pero quizá viajando más allá de la forma geométrica, el sonido tal como comentaba pulido y con unos arreglos realmente precisos, se hace “Sweet Unknown” hipnótico y bálsamico hasta el punto de que puedes caer en las garras de Morfeo. Con “Up in Smoke” volvemos a marcar el ritmo con las extremidades, lo cual siempre es una buena señal. Buenos riffs de guitarra y enriquecedora pandereta.
El siguiente track es “Private Dancer” (nada que ver con el tema que estáis pensando). Empieza lento para posteriormente cambiar de ritmo con un estribillo gritado, en contraste con las voces dulces de las armonías pausadas. Es un tema muy chulo. “I Don’t Wanna Wait” es una canción que transmite buen rollo, con un brillo soul muy agradable. El álbum finaliza con el rock setentero de “Valerie”, se mueve en la onda de The Black Crowes y The Rolling Stones. Necesario rock ‘n’ roll directo y desvergonzado.
El cuarto álbum de Ceramic Animal es un buen trabajo, y seguro que en directo transmiten energía a raudales.