Chelsea Grin – Eternal Nightmare

Nuestra Nota


7 / 10

Ficha técnica

Publicado el 13 de julio de 2018
Discográfica: Rise Records
 
Componentes:
Tom Barber - Voz
Stephen Rutishauser - Guitarra
David Flinn - Bajo
Pablo Viveros - Batería

Temas

1. Dead Rose (3:32)
2. The Wolf (2:16)
3. Across the Earth (3:53)
4. See You Soon (3:30)
5. 9:30 AM (2:36)
6. Limbs (3:48)
7. Scent of Evil (3:54)
8. Hostage (3:16)
9. Nobody Listened (3:25)
10. Outliers (3:37)
11. Eternal Nightmare (3:04)

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Hace tiempo me prometí a mí mismo, una y mil veces, que tenía que salir del deathcore, pues estaba entrando en una especie de bucle del cual me iba a resultar muy difícil salir… y aquí ando liado todavía, tratando de analizar un disco más. Puta bida, tt.

Este género (o subgénero, up to you) ha sido ridiculizado y desacreditado pero, sin embargo, sigue vivito y coleante y goza todavía de bastante buena salud, en parte por el amor genuino que las bandas más tochas sienten por el death metal, una de sus principales fuentes de inspiración. Desde sus tan famosos breakdowns hasta los tan característicos pig squeals, pasando por singalongs y demás, el deathcore se está convirtiendo en el género más desafiante dentro de la escena metal.

En la actualidad, el deathcore difícilmente podría estar en un mejor estado de salud. Despised Icon, que podría decirse que es la banda que lo empezó todo, volvió el pasado año con un monstruoso nuevo álbum, Beast (2017). Carnifex, que aunque no sacan nada nuevo desde el año 2016, están a puntito de dejarse caer por aquí (de hecho, actúan el mismo día que nosotros montamos nuestra Fiesta de 1erAniversario) y los que aquí nos ocupan, Chelsea Grin acaban de lanzar este nuevo álbum, Eternal Nightmare (2018), que viene a demostrar que la fórmula deathcore todavía tiene bastante potencial siempre y cuando se trabaje como es debido.

Este es, probablemente, el trabajo más interesante (que no mejor) hasta la fecha de los de Salt Lake City, aunque sea solo por el hecho de que cuentan con un nuevo guitarrista, Stephen Rutishauser, tras la marcha de Dan Jones, y porque es su primer álbum sin Alex Koehler, vocalista y fundador de la banda, al frente, después de que decidiera abandonar sus filas a principios de este año para centrarse en arreglar su problemilla con el alcohol. Ocupando la plaza vacante tenemos al ex vocalista de Lorna Shore Tom Barber, un tipo que me encanta sobre todo después de verle durante el pasado Impericon Never Say Die! Tour. Ojo, que estamos hablando de cambio de cantante, del cabeza visible, de un nuevo frontman. Que a una banda de estas características se le puede cambiar al batería, vale, pero al nuevo le pones un drumset más grande delante y nadie lo nota… pero es que el cantante está siempre ahí, en primera fila. ¿Se notará mucho la diferencia? Chelsea Grin casi siempre ha estado en el backstage del deathcore, sin progresar en el género de ninguna manera significativa y siempre siguiendo una línea recta bastante predecible. No son muy de complicarse la vida e innovar, lo que hizo que su álbum de 2016, Self Inflicted, fuera tan insulso y aburrido, y dado lo profundamente arraigados que están en ese camino, hay pocas posibilidades de que incluso un cambio en la formación tan importante como este signifique algo. Nota: ya no queda nadie de la formación original entre sus filas.

Aún así, aún no quedando nadie de los Chelsea Grin de hace diez años, uno intuye la esencia de su sonido, de ese chugga tan característicamente suyo. Quizá tenga la culpa la magnífica producción que hay detrás a cargo de Drew Fulk (Bad Wolves, Bullet For My Valentine, Pop Evil). El álbum, aunque monótono y en ocasiones aburrido, suena fresco y contundente.

Eternal Nightmare (2018) es más de lo mismo, proveniente de una banda que parece haber entrado en estado de coma semi-permanente. Es exactamente el mismo problema que tuvieron con Self Inflicted (2016). ¿Qué atractivo puede tener una banda que se niega a tan siquiera contemplar la idea de evolucionar? Pero la cosa es aún más preocupante cuando la presencia de Barber no aporta nada a este álbum. Su contribución se limita a repartir gritos de la muerte (muy bien ejecutados, por cierto; no en vano el tipo es de los mejores en este campo) por doquier bastante en la línea de a lo que nos tenía acostumbrado Koehler… pero con un twist algo más bestia.

¿Y qué podemos comentar de la instrumentación? Una vez más, los chicos de Chelsea Grin echan mano del manual deathcore para obtener y ofrecernos, de nuevo, más de lo mismo. Ese viejo sonido que suena tan imponente como destructivo, vale, pero que al final te deja como vacío… sobre todo por dentro. Además de la oscuridad algo más teatral y «sinfónica» de «Across the Earth» (dichoso pianito), el tema más novedoso en la carrera de la banda, o del leve juego con la melodía que asoma en «Scent of Evil», no tiene sentido analizar las pistas de forma individual, aunque lo haré un poco más adelante. Todas son (y suenan) básicamente iguales y se desvanecen a medida que corre el reloj, con contadas excepciones. Si esto es así, si quizá estamos ante una de las mayores decepciones del año (que me disculpen los más puristas del género), entonces, ¿para qué molestarse? Se me hace incluso difícil y raro negar que los Chelsea Grin del 2018 tengan algún atractivo más allá de traernos algo de violencia sonora pura y dura.

Teniendo en cuenta que Barber solo lleva en las filas de la banda unos cuatro meses, ¿no estaríamos quizá ante un trabajo al que la falte algo de maduración? Quizá el álbum es así porque se han apresurado demasiado en sacarlo, y creo que eso se nota un poco. Opino que un cambio de vocalista es algo lo suficientemente serio como para pretender sacar algo más o menos digno (y escuchable) en tan poco tiempo. No hay forma de que esta sea una banda que trabaje y suene compacta. Aunque, por otro lado, tenemos a una banda como Emmure que ha pasado por algo parecido, por continuos cambios en su lineup (no de vocalista, ojo), pero que su Look at Yourself (2017) cuenta con el potencial de aprovechar la nueva sangre y cambiar su rumbo, el de la banda, para mejor. Realmente pienso que, después de escuchar este trabajo, si la cosa se hubiera madurado un poquito más, creo que Tom Barber podría haber abierto un gran nuevo capítulo para la banda.

Una de las pistas más pesadas de este trabajo, y sin duda la más brutal, es la primera, «Dead Rose», que nos viene a presentar a su nuevo cantante. Me gusta bastante y creo que cumple bastante bien con su función de introducción a cualquier «pesadilla eterna». Representa bastante bien a los viejos Chelsea Grin que todos conocemos y amamos. Pasaré un poco de puntillas por encima de «The Wolf», el segundo corte, y por sus sonidos industriales muy en la onda de los titanes Ministry, o de los más recientes Code Orange, una de las sensaciones del pasado año.

En «See You Soon» abundan generosamente los riffs inspirados en bandas como Gojira pero con algo más de groove, lo que hace que el tema gane en energía a medida que avanza. «Limbs» y «Scent of Evil» naufragan bastante y me dejan un poco descolocado con tanto riff y capas y más capas. Si se supone que el deathcore es la fusión de hardcore y death metal, ¿por qué complicarse tanto la vida? Eso sí, el último minuto de esta última, me llega bastante. Pero la siguiente, «Hostage», es de esas reiteraciones de las que os hablaba antes. La banda nos la presentó hace ya tres meses. Es un «esto ya lo he escuchado antes, pero no sé dónde», aunque nos sirve para comprobar el gran rango vocal de Barber. Gran variedad de pitches que atesora este tío.

Con «Nobody Listened» se inicia el camino final y es uno de los mejores cortes de este trabajo. Muy especialmente recomendable ese double bass que te sacude el cráneo hacia el minuto 1:40.

Chelsea Grin, aunque solo sea por edad y constancia, podría llegar a ser la banda más puntera dentro de esto del deathcore. Ahora que otros pesos pesados del género como Whitechapel y Suicide Silence se han vuelto más escuchables e imposibles de escuchar (respectivamente), le corresponde a Chelsea Grin hacer llegar este estilo musical hasta los oídos de los fans de la próxima década. Es por ello, por responsabilidad histórica, que espero y deseo que este desliz de álbum no vuelva a suceder y que para la próxima, una vez todos se conozcan dentro de la banda, quizá la cosa mejore.

Si eres un fan de Chelsea Grin desde sus inicio, quizá te cueste entrar en este álbum aunque, en término generales, se trate de un álbum «seguro». Es cuanto menos curioso comprobar como el sonido de la banda, su esencia, sigue estando presente. Es decir, aún siendo todos nuevos, se nota que es un álbum de Chelsea Grin, lo que me anima a pensar que el próximo trabajo que saquen al mercado, quizá en un par de años, determine realmente si esto merece o no la pena, ya que Eternal Nightmare (2018) no aporta casi nada, aparte de un sentimiento de seguridad que creo que andaba buscando la banda tras el maremoto acontecido entre sus filas en los últimos meses.

Rubén de Haro
Sobre Rubén de Haro 620 Artículos
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J'hayber.