Hay pocos discos a los que les tenga el enorme cariño que le tengo a In Your Multitude de Conception. ¿Una banda noruega de metal progresivo en 1995? ¡Si la quema de iglesias quedaba anteayer! Parecía algo sin sentido. Qué poco trve y la de críticas que recibirían en esos días. Pero Conception no eran fruto de un día y ya contaban con dos discos más que correctos pero qué lejos estaban de lo que sería esta maravilla. Nada cambiaría de hecho, In Your Multitude fue un disco que disfrutó una minoría que quedó embelesada por esta maravilla que, afortunadamente, había caído en las manos de la discográfica alemana Noise Records. Dicha discográfica aglutinó lo mejor del metal europeo en las décadas de los 80 y 90. Posiblemente sea más fan de Noise que de algunas de sus bandas y poseo todos los discos recopilatorios que sacaron. Bajo un directo que combinaba a Rage y Gamma Ray colaron algunos temas de Conception. Muchos les conocimos de esta forma.
Recuerdo que en la Heavy Rock de la época el crítico Carlos Mayo les dejaba por las nubes. Eran tiempos en los que uno compraba por el consejo de amiguetes y por la portada, y la de Conception era maravillosa. Absolutamente diferente a todo, gentileza de Michael Albers: un hechicero africano en la Savana con un cielo de lluvia que les conectaba con la portada de su anterior obra y con el fondo de la luna llena (o el sol), con los buitres volando un paisaje de ensueño. No es un disco fácil, a mi por ejemplo me costó lo suyo sumergirme en ese mar progresivo estando en plena efervescencia metalera de power metal alemán.
“Under a Mourning Star” es una canción bastante enérgica y me gusta mucho la dinámica que posee. Siempre es una pasada tocarla en directo.” (Tore Ostby)
No me cansaré nunca de decir que el inicio de “Under a Mourning Star” me parece de lo mejor que se ha grabado nunca. Enigmático y colosal arranque tribal en el que ya ves las enormes posibilidades del grupo con Arve Heimdal a las timbalas mientras un entonces desconocido Roy Khan demuestra sus dotes de vocalista. Pero si alguien destacaba más incluso que el vocalista era Tore Østby y su guitarra, también el compositor. Sus solos son maravillosos. El tema es perfecto para abrir discos y directos y muestra sus credenciales. Estribillo pegadizo entre los devaneos prog dominados también por un teclado moog gentileza de Trond Nagell-Dahl. Sin descanso se marcan un enorme riff de entrada en “Missionary Man”. Los riffs de base son más cercanos a un metal más contundente y con el tiempo creo que ese es una de las principales virtudes del grupo. Pieza atmosférica que crece entre brumas y con los tiempos muy marcados. Siguen los riffs insultantes con “Retrospect” y con esa producción (de Tommy Newton) resaltando batería y teclados para marcarse un medio tiempo original e intimista. Un estilo de componer que Khan exportaría a Kamelot luego, pero que no terminó de convencer a Thomas Youngblood.
“Siempre hemos estado ansiosos por explorar todo tipo de emociones y considero que “Sanctuary” precisamente surgió con un feeling muy bonito y calmado, y con unas armonías muy agradables.” (Tore Ostby)
“Guilt” es oscuridad arrastrada con un Khan cantando con voz mucho más profunda. Un tema más experimental de los que quedan escondidos en el disco pero que demuestra que no hay espacio para el relleno en esta obra. Llegamos a la joya acústica y vemos otra cara de Conception. La voz de Roy se presta para baladas lacrimógenas y aquí tienes la prueba; “Sanctuary”. La guitarra de Tore ya llena y pone el resto para que el vocalista luzca sus facultades. Voces dobladas en canon e inspiración española para rematar uno de los grandes momentos del disco. Posiblemente con este tema se ganó el fichaje por Kamelot y eso le llevó al estrellato. Pero si hay un corte que se salga especialmente ese es “Million Gods”. Prog recargado con mucho de Dream Theater salpimentado de detalles técnicos y en la que el bajo de Ingar Amilen se permite marcar el riff. La guitarra aquí es omnipresente a pesar de que en los versos desaparece dejando solos a batería y bajo. Es el tema más largo y también el que mejor les define y el que demuestran toda su genialidad. Hay momentos en los que Østby juega a ser Malmsteen. Incluye solo de batería integrado y guitarra española cargada de sentimiento.
“Ha sido una pasada volver a ensayar “Million Gods”. Es una canción que avanza directa, aunque también es muy dinámica. Tiene algo de inspiración de vuestras preciosas y pasionales guitarras españolas Siempre he sido muy fan de la herencia musical española desde que tengo uso de razón.” (Tore Ostby)
Curiosamente “Some Wounds” es el corte más Kamelot de todos e incluye voces femeninas potenciando el estribillo. Otro giro de tuerca en el grupo que se volvería a transformar otra vez en su siguiente e incomprendido disco. Belleza en “Carnal Comprehension” y otro giro estilístico en un disco que sorprende a cada canción, y siempre para bien. Un poco este tema abría las puertas a lo que vendría luego con Flow. Ojito a Østby y su guitarra… Quizá el tema menos remarcable sea “Solar Serpent” pero complementa la obra y no baja el listón. Otro medio tiempo original dominado por el pesado bajo de Ingar Amilen. Minutaje y espacio para la bonita “In Your Multitude” que es pura clase y demuestra que a nivel compositivo eran absolutamente diferentes del resto. Otro de los temas fundamentales del disco, no el mejor. Definitivamente la gracia era el combinar riffs de metal casi a lo Pantera con material cercano a Fates Warning.
In Your Multitude es un disco tan estelar como desconocido. Los que sabíamos de su existencia no nos sorprendió que luego Østby y Khan triunfaran a pesar de que el precio fuera desaparecer como grupo. Eran una panda de amigos en Raufoss por lo que 25 años después han vuelto todos, sin problemas de egos ni tonterías. Posiblemente sea su disco más completo y con el equilibrio ideal para referirte a ellos como a metal progresivo. Eran tiempos en los que Dream Theater y Symphony X eran los reyes y nadie podía hacerles sombra. Nunca pudieron reinar, pero sí demostrar el ser artesanos demostrando elegancia y galones. La personalidad que tenían era evidente. Todo amante de metal progresivo debería acercarse a esta obra y darle tiempo pues hay kilos de detalles realizados con sumo gusto.