El encuentro motero de Cubelles (Barcelona) sigue creciendo año tras año a muy buen ritmo. Una semana de actividades varias, buen rollo y con una atmósfera muy familiar la caracterizan. Las actividades fuertes siempre caen el fin de semana y este ha incluido conciertos de grupos como Los Rebeldes, Nöctambuls, Al Dual y demás. Como homenaje a la gran Mati, sus compañeros, amigos y organizadores decidieron cambiarle el nombre al evento y pasar de Supercustom a SuperMATIcustom a partir de el presente año. El día 12 de julio se cumplía un año de su fallecimiento por cáncer… maldito cáncer. Pero el mejor homenaje fue el de traer algo tan grande como son la pionera banda de rock n’ roll clásico de corte americano y de raíces 50: Los Rebeldes.
Son una de las bandas de mi infancia e incomprensiblemente hasta ayer no les había podido ver. Carlos Segarra y los suyos cumplían 40 años sobre los escenarios y tras el concierto de Barcelona en la Bikini teníamos la excepcional oportunidad de verles en este evento tan especial. Quien podía creer que escatimarían algún tema o tirarían de show corto, se equivocó de todas todas. Los Rebeldes estuvieron cerca de dos horas tocando y se sintieron felices y cómodos de estar entre amigos, ante más de 250 personas. Incluso variaron el set tocando material muy antiguo y con sorpresas inesperadas.
Apoyados por un gran sonido, y bien presentados por el maestro de ceremonias, salió la formación de Rebeldes con “Quiero ser una estrella” para presentar luego a Carlos Segarra con entrada triunfal. Aplausos generalizados y felicidad para que el grupo continuara con “Las dos caras de la misma moneda”. Defienden su último disco de 2016 A flor de piel con clase y mucha confianza, pero a pesar de que el combo suena de maravilla, y contrabajo, batería, guitarra solista y teclados suenan híper-compactos… se me hace muy difícil ver a Los Rebeldes sin saxofón. Los coros eran reales y muy trabajados y en “Agua de Valencia” hizo un repaso al levante con mucho cariño. “El chico de la guitarra” es su nuevo single y el momento hímnico, con toda la banda cantando, fue uno de los grandes momentos de la velada. Para el Segarra el tiempo no pasa y sigue con la misma energía, la voz marca de la casa y con unas tablas tremendas.
Combinó catalán, castellano, muchas frases en valenciano y nos dijo de dónde venía cada miembro del grupo: Barcelona, Soria, Castellón, Zaragoza… También salpicó de anécdotas la noche: “He tocado en garitos dónde ponía ‘prohibido a menores de 18’ y yo tenía 16, y era el músico”. La primera sorpresa de la noche fue cuando invitaron a tocar un par de temas a Al Dual, un rocker con unas maneras exquisitas, y, atención lo que dijo Carlos de él: “Es un tío de Murcia que se va a concursar a Memphis y gana a todos los rockeros americanos”. Encandilaron con “Harley del 66” con un deje muy Ramones del “R n’R Radio”. Miguel Ángel estuvo algo impreciso en la guitarra solista en “El loco de la autopista”, pero perfecto en el resto del concierto.
Luego ya cayeron los primeros clásicos del grupo con “Un español en Nueva York”. Segarra nos contó que la letra reflejaba “las flipadas” de los españoles, que en aquellos años (80-90) viajaban a Nueva York y contaban fantasías… cuando en realidad servían cafés en Manhattan. Grandes en “Mía” a pesar de la falta de saxo, pero el trabajo a las teclas es muy lucido y necesario para darle el toque de clase definitivo. Hubo momentos en los que se le da espacio y aire a su vocalista y el grupo se enfrasca en una corta instrumental hasta que el líder vuelve para arrancar con otro nuevo tema, como fue el caso de “Esa manera de andar”, complementada por “No quiero verte”. Presentaron “Anoche” como un bolero aswingado y razón no les falta. Hubo un homenaje a Ringo Starr en “Todo el mundo quiere a Ringo”, acompañada de chistes sobre baterías, siempre divertidos.
“Vestida de azul” fue una bala certera, pero me quedo con “La rosa y la cruz”, recordando que el disco lo produjo todo un Lee Rocker de Stray Cats. A esas alturas Carlos ya llevaba un gorro de cowboy blanco y amenazó con tocar “Mi generación”, tema que últimamente toca mucho la banda de Buenafuente, y uno de los más grandes himnos del grupo. Jorge había también cambiado el contrabajo por el bajo para regalarnos un “Rebeca” ampliamente coreada. Llegábamos ya a los bises y con ellos un homenaje a Eddie Cochran y su “C’mon Everybody”. Luego pudo lucir en todo su explendor un tema como “Mediterráneo”, teniendo la playa a dos pasos. Terminaron la primera tanda con “Rock Ola Blues”.
La gente enfundada en sus chalecos moteros pedía a gritos “Mescalina”, pero antes de ello, hubo una sorpresa ya que Fernando Lavado de Los Gatos Locos subió para compartir el “Bajo la luz de la luna”, una de las más bellas baladas del combo barcelonés. Y como no podía ser de otra manera… cayó “Mescalina”, con toda la gente dándolo todo. Bordearon las dos horas de actuación con mucha solvencia y ganas. Definitivamente el tiempo no pasa para Carlos Segarra y Los Rebeldes, más allá de que su rock and roll es atemporal. Y tras los conciertos siguió la fiesta y hasta el martes actividades varias y mucha diversión en el Supermaticustom. Posiblemente, el mejor homenaje posible a Mati. Yo bajaré en familia, que es como se disfruta más un evento de estas características.