Converge – Jane Doe: 20º Aniversario del DISCO perfecto

Ficha técnica

Publicado el 4 de septiembre de 2001
Discográfica: Equal Vision Records
 
Componentes:
Jacob Bannon – Voz
Kurt Ballou – Guitarra, voz, theremin
Aaron Dalbec – Guitarra
Nate Newton – Bajo, voz, theremin
Ben Koller – Batería

Temas

1. Concubine (1:21)
2. Fault and Fracture (3:05)
3. Distance and Meaning (4:18)
4. Hell to Play (4:32)
5. Homewrecker (3:51)
6. The Broken Vow (2:13)
7. Bitter and Then Some (1:28)
8. Heaven in Her Arms (4:01)
9. Phoenix in Flight (3:49)
10. Phoenix in Flames (0:42)
11. Thaw (4:30)
12. Jane Doe (11:34)

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20 años cumple Jane Doe, la obra maestra de Converge. Y posiblemente la obra maestra del metal moderno. Porque es tan complejo etiquetar a una banda como Converge que lo más fácil es pensar en ellos como la redefinición del metal justo en la entrada del siglo XXI. ¿Hardcore, mathcore, metalcore, punk? Alejémonos de las etiquetas y disfrutemos de su música, tan necesaria como elemental. Tan afilada como abrasiva.

Jane Doe llegó a nuestras vidas impactando en la línea de flotación del metal. En ese no muy lejano 2001 lleno de grandes discos, Converge logró gestar una obra capital tan atemporal como atípica. Lo más lejano al mainstream con la capacidad de hacer sangrar tus oídos sea al son de los complejos riffs o al son de los chillidos atómicos de un frontman nacido para destrozar tus entrañas mientras él se destroza las cuerdas vocales.

Si alguien de vosotros ha visto Converge en directo entenderéis de lo que estoy hablando. No son una banda fácil, para nada. Pero cuando conectas con ellos el amor es a primera vista. Aún sin tener la capacidad de “entender” una sola palabra de lo que escupe Bannon entremezclada con su saliva.

Además de Jacob Bannon, el lineup de Converge estaba formado entonces por Kurt Ballou y Aaron Dalbec, ambos guitarristas, Nate Newton en el bajo y Ben Koller como batería. Aaron Dalbec abandonaría la formación ese mismo 2001 y el cuarteto restante sigue hoy en día copando el lineup de la banda de Boston.

Jane Doe supuso un cambio bastante relevante en el sonido de Converge. El tercer disco de la banda es para muchos el primero de sus obras maestras. Petitioning the Empty Sky (1996) y When Forever Comes Crashing (1998) quedan tristemente olvidados pese a la calidad que atesoran.

Y bueno, muchos os preguntaréis quién es Jane Doe. ¿Verdad? En los Estados Unidos, comúnmente se emplea el nombre John Doe en las acciones legales o discusiones legales, en el caso de los hombres, para reemplazar un nombre (para mantener el real anónimo) o porque se desconoce también el nombre real. Los cadáveres o los pacientes de las salas de urgencias, cuya identidad se desconoce, son conocidos como John Doe. En el caso de las mujeres se utiliza el nombre de Jane Doe. El nombre que se emplea para un niño o bebé que se encuentra en el mismo caso es Baby Doe. ¿Misterio resuelto?

En cuanto al disco, 12 canciones en tres cuartos de hora. Suficiente adrenalina para mantenerte despierto 48 horas sin pegar ojo. Solo con el fulgurante arranque de “Concubine”, Converge se matrícula cum laude. Y es que, ¡qué manera de arrancar un disco! ¡Joder! “Concubine” es una canción perfecta. El caos en el que te sientes envuelto es tan adictivo que necesitas más. Porqué cuando juegas con su caos, te atrapa de una forma tan envolvente como sorprendente. ¿Cómo puede una música tan abrasiva ser capaz de atraparte así? Converge son la única banda capaz de crear esta atmósfera, sientes algo así como un síndrome de Estocolmo. Sabes que tu cabeza va a reventar pero sigues queriendo más y más.

Si no estás familiarizado con música de este tipo, no pasarás de “Concubine”. Lo habrás intentado un par de veces, pero si no entra en ti, no lo lograrás nunca. Así es como funciona el mathcore de los de Boston. O los amas o los odias. Si lo has superado, agárrate, pues las curvas son rápidas y cerradas.

“Concubine” dura 1:19 minutos. Pero hay tanto en ella para analizar que podríamos llenar un artículo entero. La velocidad de ejecución es infinitamente más rápida que cualquier pieza de Slayer. Todo lo que sucede en esta canción está milimétricamente medido, velocidad y disminución de ella en tres partes diferenciadas. Bannon se desgañita dejándose la vida en ello. Todo encaja como un reloj suizo. Una pieza colosal.

Y el listón ya no baja en los siguientes 11 cortes. “Fault and Fracture” es algo más lenta y mucho más larga… ¡3:05! A destacar el trabajo monumental de Ben Koller, el pegamento más potente del mathcore. Su labor uniendo pasajes es soberbio. Las intrincadas lineas de guitarra se lucen a placer en el último tramo de la canción, increíbles. Otra canción perfecta.

Van pasando los minutos y uno no logra recomponerse, el Apocalipsis en el que te ves envuelto es profundizada si además te da por leer las letras. Porque claro, lo de entender algo… no va con nadie. Bannon escupe versos tan duros como “Sin amor, sin esperanza”, o “Ahí es donde mueren, ahí es donde se suicida”.

La violencia desatada va impactando pista tras pista hasta que aterrizas en “Jane Doe”. La pista que cierra el disco se alarga hasta los 11:33 minutos de duración. ¿11:33? Sí. La CANCIÓN. Todo Converge resumido en una canción fenomenal.

Aquí, en septiembre de 2001, dio inicio el mito. Cuando el mainstream se vio sacudido por unos chicos de Boston capaz de destrozar todo lo que pasara por delante. Jane Doe es un disco perfecto y la acogida de los fans y prensa lo atesoran. Considerado el disco madre de la banda, el mejor disco del subgénero, uno de los discos más respetados del siglo XXI. Converge arrasó sin piedad, y 20 años más tarde sigue siendo el grupo a considerar cuando pensamos en términos de hardcore y derivados.

Beto Lagarda
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