Corría el año 2006 cuando, a raíz de un disco de promo de una revista impresa llegó a mí una fantástica versión del himno de Héroes del Silencio “La chispa adecuada”. La firmaba una banda que se llamaba Uzzhuaïa. Nada sabía de ellos, pero me impresionaron por su actitud y por la magistral voz de su cantante, Pau Monteagudo. Sobra decir que me volví fan de esa banda valenciana y quedé huérfano de rock ‘n’ roll / hard rock nacional cuando anunciaron su disolución hace ya una década.
De esa disolución nacieron dos proyectos, por un lado Capitán Booster con Alex e Israel y por otro Corazones Eléctricos con Pau. Tras la mini gira de reunión de Uzzuhaïa pre pandemia y la imposibilidad de dar continuación a dicha reunión por el confinamiento, el resto de miembros (sin Pau) crearon Pölvora.
Puestos en contexto, hoy voy a hablaros del nuevo disco de Corazones Eléctricos. Su tercer disco, tras los notables Corazones eléctricos (2017) y Arte y oficio (2019), se titula De amor y rabia (2023) y es, con diferencia, el mejor disco del trío levantino.
Lo primero y más evidente que es necesario comentar sobre el disco es el perfecto equilibro entre el hard rock – heavys que enamoró años atrás a miles de fans de la extinta banda madre junto a canciones delicadas y elegantes. La madurez con la que Pau y sus compañeros han gestado De amor y rabia es el cenit creativo de una banda que merecería mucha más atención de la que recogen. Pueden gustar a rockeros, a metaleros y a la faceta más indie rock nacional.
La comodidad con la que el trío ejecuta sus canciones es capaz de transmitir ese feeling de “¡hostia esta canción en directo tiene que ser la leche!”. El disco crece y crece a medida que lo escuchas y a medida que prestas atención en las letras. La icónica voz de Pau hace el resto. Tenemos un gran rock interpretado por uno de los vocalistas más poderosos del rock en español.
Puedes vibrar con nuevos himnos como “Canción urgente” que abre de forma magistral el disco. O con la poderosa “La desiltería”. También puedes dejarte enamorar de las letras de “Tú” o “Sueño de una noche de verano”. Y si eres de los que adora las power balads disfrutarás con “Renglones torcidos de Dios”.
Incidiendo en las letras, comentar que es el disco más profundo que ha escrito Pau a lo largo de su carrera. Podemos ver la ilusión como también la rabia. Una rabia bien ejemplizada en el verso que abre el disco: “estoy cansado de sumarle a un mundo que me resta”.
Grandioso hard rock el que nos han regalado unos Corazones Eléctricos en los que no solo Pau brilla. Quique muestra un poderío aplastante tras los bombos y Pete con una sabrosa linea de bajo es el nexo imprescindible entre filas. Un power trio engrasado funcionando con una soltura y una conexión digna de admirar. De amor y rabia es un disco de esos que uno recordará y retomará a lo largo de su vida, el mayor éxito para una banda, la atemporalidad de su obra.